Paquito en Rusia - Parte 2 de 3 - "El Jamelgódromo"

No English this time (such a pity: today's it's really juicy :-)),

En el capítulo anterior:

... Cuando me dijeron que tendría que visitar por motivos de trabajo Moscú, una enorme sonrisa invadió mi rostro...

... Eran las 6:30 de la mañana y tenía 3 horas largas para disfrutar del aeropuerto...

... Es Madrid" digo en voz alta, mientras mi jefe me mira extrañado... "Es como Madrid" repito: son las afueras de Madrid...

Parte 2 de 3 - "El Jamelgódromo"

Despertarte en la planta 12 de un edificio histórico en el centro de Moscú no tiene nada particularmente especial, si no fuera por las espectaculares vistas que te saludan y que te hacen contemplar la dimensión de una capital "de verdad" (Amsterdam no deja nunca de ser una ciudad muy bonita, aunque nunca deje de ser un sitio pequeñito a fin de cuentas)...

Justo antes de dormirme, al ritmo de las noticias del canal japonés en inglés NHK World, contemplo por un instante el horizonte a través de la ventana... Sigo sintiendo esa extraña conexión con la ciudad en la que pasaré unos días, una extraña e inexplicable sensación de cercanía, de pertenencia, de identidad... No sé describirlo y no sé si en realidad lo deseo racionalizar: sólo sé que lo siento y que me gusta...

De momento, Moscú me está dejando un excelente sabor de boca...

Una vez duchado y preparado para "la batalla" (primer día de trabajo en tierras rusas), salgo de mi habitación dispuesto a apretarme un "desayuno de campeones" como los que me hago los fines de semana (huevos revueltos, bacon, tostadas, fruta y café: haciendo amigos, rollito José Coronado con el Fíbidus para irte bien por la pata abajo)...

La chica que te recibe y que habitualmente controla el acceso de los huéspedes del hotel, lo hace con una gran sonrisa y, como ya llevo una hora despierto, he conseguido cargar todo el sistema operativo de mi cerebro y mis rutinas habituales ya están dispuestas para ser disparadas (¡Buenos días! ¿Preparados para otro día de diversión y alegría?)...

Tanta efusividad satura a la pobre mujer, que, sin embargo, se lo toma con sentido del humor y tiene a bien buscarme un buen lugar para disfrutar de mi desayuno, mientras me leo un par de periódicos en inglés y en francés (como Dios manda)...

Sobre unos 40 minutos más tarde, salimos hacia la oficina en un taxi... Observo por la ventana la hora punta de Moscú: todo me es tan familiar, tan próximo... Acostumbrado a Amsterdam, donde todo es sencillo y, hasta un cierto punto, demasiado cómodo, echo de menos la indescriptible belleza de las inconveniencias de una gran ciudad (el tiempo en desplazamientos, el ruido, el stress... LA VIDA en mayúsculas)...

Cuando a uno le dicen "Rusia" o "Moscú", una de las primeras cosas que le vienen a la cabeza es "frío", "Siberia" o cualquier cosa que pueda ser asociada con bajas temperaturas. Sin embargo, es verano y el calor es casi sofocante (en especial para alguien que no lleva bien el calor en general y que, en particular, al que el calor húmedo le deshace como una aspirina efervescente en un vaso de agua)...

Quienes me conocen, saben de mi opinión de las mujeres en Holanda: creo que, en general, son mujeres muy bellas pero que, debido a toda una multitud de factores (de tipo social y cultural) carecen de una serie de atributos que, aunque quizás sean irrelevantes, lo cierto es que son destacables en su condición (feminidad o simple gusto vistiendo)... Una vez dije (y lo sostengo) que si las mujeres en Holanda cuidaran un poquito más su aspecto un poco y se dulcificaran, la mitad del país podría convertirse sin ningún género de duda en súper-modelos...

No es que precisamente sea eso la cosa más importante en la vida, honestamente, pero siempre me ha resultado chocante el vivir en un país donde las mujeres parecen comportarse como hombres y los hombres parecen comportarse como mujeres (quizás los enormes esfuerzos educativos en pro de la ruptura de "roles tradicionales" haya contribuido a este comportamiento)...

Si a esto le unes que aquí en Julio sigue lloviendo y hace frío, te encuentras con que, verano, lo que se dice verano, no tenemos y, al final, las mujeres, aunque más ligeras que en invierno, siguen llevando un par de capas de ropa...

Pero en Rusia el verano es sofocante y en Moscú la cosa, créeme, no es mucho mejor... Si a esto le unes el hecho de una sociedad capitalista en modo "consumo conspicuo" y a un bombardeo masivo de publicidad de las principales marcas de ropa, perfume, zapatos y cosmética, te encuentras con lo que yo me encontré...

Una de las cosas que destacas cuando bajas a España, es como se viste el personal para ir a trabajar... En Holanda, salvo el idiota que os habla, que va de traje y corbata (¡Con lo que yo he sido! ¡Qué desastre!), en general el personal va bastante "casual" (no voy a entrar en la deficiente calidad del gusto y/o incapacidad manifiesta para entender que zapatos y cinturón deben combinar)...

Pero en España, y de esto doy fe, puedes ver a niñas que trabajan en un Call-Centre yendo a trabajar como si se trataran de modelos desfilando en la Madrid Fashion Week...

En esto, como en otras cosas, tienen el record nuestros vecinos italianos, donde la cosa de la moda y complementos (gafas de sol en la cabeza a las 12:00 de la noche o en una discoteca: señal inequívoca de que el tate es catenaccio) alcanza el grado superlativo...

Pues ahora imagínate esto en mujeres que, a diferencia de las holandesas, sí tienen en cuenta toda la serie de factores que te comentaba hace un momento...

Te podrá parecer sexista, superficial y todo lo que quieras, pero, en este caso, sólo te estoy narrando lo que vi... Y lo que vi fue indescriptible...

Por más que "La Bella y la Bestia" nos canten que sí, que lo importante es lo que tenemos dentro (y no le falta razón), lo cierto es que, atendiendo al famoso refrán castellano "Los ojos también comen", una imagen dice más que mil palabras...

Así que, cuando ves que, en el candor del verano ruso, bellas mujeres te aparecen con preciosos y ligeros vestiditos mostrando sus muy bellos cuerpos, uno, que no es de piedra, no puede por lo menos que mirar de reojo...

Bueno, mirar de reojo y, porqué no decirlo, a veces entrar en modo López-Vázquez cuando veía a las suecas en Benidorm ("¡¡¡Mo-nu-men-toooooooooooo!!!" :-)), mientras tu jefe, que es alemán, se parte de la risa viendo a Paquito diciendo chorradas a lo Alfredo Landa en el idioma de Cervantes ("Sí" me decía el hombre, como el que da la razón a los locos :-)).

El desfile de mujeres en los distintos business-centre por los que el taxi pasó era increíble: observé, casi con consternación, que la altura de los tacones que por allí gastan era considerable, pensando que, si ya de por sí andar en una ciudad tan grande es incómodo, hacerlo con ese tipo de calzado es para ganarse el cielo...

Insisto: aunque parezca sexista, hay que entender el contexto del que se parte... Vivo en un país donde la feminidad brilla por su ausencia (y desafortunadamente ésto no es un prejuicio, sino más bien una realidad)...

Como no puedo hablar en español y esto tengo que soltarlo de alguna manera (¿Cómo le explicas tu a un Europeo que es "Bertovisión", quién es Berto Romero y qué significa "jamelga", a pesar de que en Wikipedia alguien haya explicado en Ruso que es "un jamelgo?"), le pongo un mail al Sr. Hopkins diciéndole exactamente eso: "¡Esto es un jamelgódromo!" con un montón de smileys, buscando la complicidad de uno de mis confidentes y amigos supervivientes de "mi otra vida"...

Gracias a ese mail sabré de su posición en Europa y, de paso, sabré de un "incidente" que, afortunadamente, sólo se quedó en eso.

Ya en el trabajo, empezamos con nuestras reuniones y, a la hora de la comida, como buen español que soy y, mucho más estando en Rusia, me apreto un buen plato de sushi japonés (excepcionalmente bueno, por cierto), mientras mis compañeros de trabajo del lugar me observan extrañados (creo que no se lo esperaban, pero durante los siguientes 2 días haría exactamente lo mismo, llegando incluso a congeniar con la chica de la caja, la cual no hablaba inglés, yo no hablaba ruso, pero una simple sonrisa y un guiño fue suficiente para que ambos nos entendiéramos)...

El mundo funciona mucho mejor cuando la gente sonríe: es lo único que he aprendido después de dar botes por el mundo y tratar con gente con la que, a veces, por cuestiones idiomáticas, no puedes expresar todo lo que quieres decir a través de las palabras.

Justo antes de salir a cenar, en el hotel, me pido para probarlo un cocktail de vodka con melón... Riquísimo: el vodka ruso (Russia Standard: uno de los mejores vodkas rusos, según parece) es suave y, combinado con el melón, entra que da gusto.

La cena se desarrolla en un restaurante armenio: el sitio es espectacular y la cena cuadra perfectamente con el escenario... Gracias al origen del restaurante, durante las 3 siguientes horas, disfrutaré de una de las veladas más entretenidas de los últimos tiempos, escuchando a una chica rusa hablar sobre el origen de ese país, los "problemas" con Turquía (quien dice "problemas" puede decir "genocidio"), hablando además de la percepción que, tanto europeos como rusos, tenemos los unos de los otros y viceversa...

¡Qué gozada! Habituado a tener que soportar soporíferas conversaciones de fútbol y/u otros deportes, que el personal sostenga un diálogo un poquito superior es de un alivio indescriptible... Y, además, hablan de cosas de las que no sé, de ahí que, como no, me ponga en modo "bombardero" y me ponga a hacer mil preguntas sobre todo lo que se habla...

No hay sensación más maravillosa que el sentir que no tienes ni idea de lo que el personal te habla: es como volver a la escuela y empezar a aprender cosas, como la primera vez que te enseñaron a leer o la primera vez que fuiste capaz de resolver una ecuación...

El mundo desde Rusia es bastante diferente al nuestro: desafortunadamente Occidente vive ensimismado en sus chorradas y, "sucesos" como Paris Hilton, son capaces de copar minutos en las 4 (cuatro) agencias de noticias que nutren nuestras televisiones, periódicos y radios...

Rusia, sin embargo, siendo el país más grande de la tierra, abarca dos continentes y varias civilizaciones. Europa y Asia, Occidente, Oriente Medio, Asia Menor y Asia Pacífico...

Es una gozada leer periódicos o ver las noticias allí: más allá de la manipulación y de los intereses que los grupos de comunicación poseen (dato: no existe imparcialidad en la información, sin importar quien o donde), lo cierto es que en sus informativos la diversidad y la riqueza de noticias es muy superior al sucedaneo CNN al que estamos acostumbrados (utilizo CNN por ser el icono principal, a pesar de que en los últimos años, este canal de televisión me dé vergüenza ajena por la progresiva conversión en un peligroso canal "Wannabe Fox News" de corte amarillista).

La cantidad de noticias sobre China, Japón, India, Europa y toda la corte de antiguas repúblicas socialistas soviéticas, junto con por supuesto, los Estados Unidos, te muestran la concepción de un mundo con más sabores al que estamos acostumbrados (nos hemos malacostumbrado al sucedaneo insípido de CNN, insisto, donde al final todo siempre es lo mismo y, a la mínima, Lindsay Lohan en Headlines), teniendo en cuenta, por supuesto, que uno siempre debe ver las noticias con una cierta distancia, evitando los juicios de valor e intentar diferenciar la, por otra parte cada vez más difícil tarea de, opinión de la información.

Siguen nuestras noticias importantes: les interesa nuestra opinión y, sobre todo, como buenos jugadores de ajedrez, les interesan nuestros movimientos geoestratégicos (como el gaseoducto "Nabucco"... No lo han perdido de vista ni un momento).

Al salir del restaurante, observo en la entrada un coche todoterreno tipo "Rally París-Dakar" (un Mercedes enorme) con un tipo vestido de militar con un arma semi-automática...

Es el servicio de seguridad del lugar: son este tipo de cosas las que, de pronto, te traen a la realidad de un país roto por un dramático cambio de modelo económico sin un cambio real de valores (el sistema se colapsó y, ante el caos, un montón de grupos y organizaciones de corte mafioso aparecieron para ocupar el espacio que el Estado perdió)...

Ese será el único "pero" que me llevaré en esos días... Todavía les falta y creo que este tipo de cosas no sólo no les perjudica, sino que además les condena a seguir en un inestable equilibrio durante más tiempo ("La vida es dura aquí" como me confesaría un compañero moscovita al día siguiente)...

Una vez más llegaré a la habitación de mi hotel muy tarde y, una vez más, me acostaré casi a la 1 de la mañana para volver a despertarme al día siguiente a las 7:00...

Todavía me queda un día y medio más en Moscú y estoy reventado, aunque lo cierto es que me está sentando muy bien la estancia... Me siento feliz, vivo, activo y adaptado al ritmo de la gran ciudad... La velocidad se adapta a mi ritmo vital y eso me encanta...

Pero será al día siguiente, cuando por fin consiga hacer lo que de verdad quería hacer...

Próximo capítulo: Paquito en Rusia - Parte 3 de 3 - "¡Su puta madre!".

Comentarios

  1. Sabes lo que es estar leyendo las crónicas "paquiteras" a las 8.30am locales ( +2 horas zulú/solares) en el curro y reirte a carcajadas??? hacía mucho que no estabas en tu papel de Typical Spanish machoman....
    Ya estoy deseando leer el " Su p*** madre" , juajuajua.
    Un abrazo y cuidado con las rusas.

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  2. Paquito, por el amor de Dios...que te veo con una moscovita en cuantito te me descuides...
    Vaya, me lo estoy pasando genial con tus relatos y me pasa como a la rubia, deseando leer el tu p*** madre!
    Gracias por compartir todas tus vivencias.

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  3. Estimadas SS (Saltamontes y Sara: curioso acrónimo :-))

    Mil gracias por vuestras visitas y comentarios :-))

    Saltamontes... Te estoy viendo a las 8:30 CET dándolo todo en la oficina, aunque esta vez no me hayan pasado cosas muy divertidas (ya te contaré porqué: desafortunadamente hay gente que tiene un sentido del ridículo más alto que el mío)...

    Qué ganas tengo de volver a casa por unos días para hacer el capullo como Dios manda... Qué nostalgia! :-))

    Sara: no viviría allí... Demasiado inseguro... Pero lo cierto es que el lugar despertó en mi una sensación de familiaridad muy raro...

    Supongo que el cuerpo me pide Madrid a gritos y, como intento explicar a ti, intento no concedérselo, para que la nostalgia no me machaque y así poder seguir adelante...

    Si volviera a menudo, entonces quizás un día decidiría no volver... Y capaz soy :-))

    Espero que disfrutéis de la tercera parte y que, conmigo, podáis comprender un poquito lo que he vivido por allí la semana pasada :-))

    Un beso para las dos y, de nuevo, mil gracias por vuestras visitas y comentarios :-))

    Paquito.

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