Paquito en Rusia 2 - Capítulo 1 - Apatrullando el Terminal

No English Version (I cannot translate this: I am very sorry :-))

Cuaderno de Bitácora: Fecha estelar - Lunes 21 de Diciembre de 2009.

Localización: Jamelgódromo padre, Capital de la Federación Rusa (me siento como Asimov cuando digo eso :-)).

Temperatura: -12 graditos

Estado Mental: ¡MO-NU-MEN-TOOOOOOOO!

Queridos niños,

La vuelta a Moscú ha sido especial. No por los bellos recuerdos de su precioso metro o las maravillas que uno puede contemplar en sus amplias avenidas. No, esta vez, la llegada triunfal se hizo de una forma, cuanto menos, "peculiar"...

Para empezar, después del madrugón de marras, cuando vi que la nieve lo cubría todo en el aeropuerto de Amsterdam, una leve esperanza de escape brilló en mis ojos: durante la semana, los muy cabrones de mis compañeros (ya van pillando el humor corrosivo que tanto nos gusta) me estuvieron enviando, puntualmente, las mínimas que se estaban alcanzando en Moscú (-22 el Lunes, -20 el martes) por aquello de hacerme sentir "como en casa" :-))

Durante 2 horas, haciendo tiempo, me dedico a "apatrullar el terminal", observando el pequeño micro-universo que los aeropuertos conforman con miles de personas de todo el mundo... Ves de todo: la gente que está harta de viajar, las personas que viajan por primera o segunda vez en su vida, los niños y los mayores disfrutando de los espectáculos navideños que hay en las distintas zonas comerciales...

Lo primero que hago es desayunar y, lo segundo, una vez que he tomado algo, es inmeditamente meterme en una tienda de libros (previa visita de 3 tiendas de tecnología observando gadgets y precios... Vi un HTC Hero que me llamó mucho la atención, pero claro, ya tengo "otro juguetito" que, de momento, hace mucho más que bien su labor :-)).

Los libros que compro hablan sobre el poder de la observación (uno es de Malcolm Gladwell) y el otro acerca de cómo el Marketing y las Relaciones Públicas se han convertido, en los últimos años, en un foco de manipulación (denostando así una profesión que, a priori, siendo yo mismo un marketeer, es mucho más legítima y honorable de lo que puedas creer).

Últimamente me pasa que, cuando estoy en algún lugar público, juego a ir "de incógnito" y escucho a gente de habla hispana contar sus vidas... Te sientas en cualquier rincón, pones cara de "extranjero que no se entera de nada" y simplemente dejas que el mundo fluya... En uno de esos momentos, vi uno de los ejercicios más divertidos de mi vida...

Allí los tenía: dos chicos mexicanos tirando la caña a una chica de Hong-kong y a otra chica de Finlandia... ¡Menudo show! Al hacerlo en los dos idiomas, veía el mensaje que le daban a las chicas y, al mismo tiempo, escuchaba "la estrategia" cantada en el lenguaje de Cervantes... De verdad: estos momentos son impagables... Me encanta ser guiri :-))

Y aunque el mal tiempo persistía y pensé por un instante que me libraría de venir a la Federación (-20 grados el día anterior), finalmente embarcamos... Y ahí empezó nuestra pequeña historia...

El avión no sale: estamos parados durante 3 horas... Unos minutos antes, una mujer de rasgos asiáticos me pide ayuda: no sé exactamente cómo lo ha hecho, pero ha pasado al terminal con una cantidad de paquetes y ropa digna de una mudanza de la Tribu de los Brady...

Impresionante: la tipa me pide ayuda, pero, en un momento determinado, me pide que si me importaría decir que parte de las cosas son mías...

Ya me conocéis: las cosas más fantásticas de mi vida me han pasado ayudando a perfectos desconocidos, llevando a gente a su casa en mi coche y cosas así, porque creo que debemos hacer a los demás lo que queremos para nosotros...

Así que, cuando le dije con una gran sonrisa: "No", la mujer se quedó de piedra... "Yo le puedo ayudar a cargarlo", le dije "pero yo no soy responsable del contenido y, en caso de duda, las bolsas son suyas"...

Ya en el avión, veo que la cosa se demora... 30 minutos, 1 hora, 2 horas... Todo va bien, me lo tomo con filosofía (incluso repartieron unas bolsitas con "cascahueses reveníos" (me encanta esa expresión :-)) y el iPhone está haciendo de las suyas con ese ataque epiléptico-musical que se llama "Shuffle" (combinación aleatoria de canciones).

Por cierto: mientras para el común de los mortales, iPhone es "aifon", para uno que no quiero mencionar y que gasta cuchillos con el peso equilibrado entre hoja y mango (yo lo dejo ahí, en plan "enigma", pero a buen entendendor pocas palabras bastan para saber que es el señor Hopkins :-)), diré "aaaaaaaaaaaifon" :-)) y es que, el cacharrito sigue teniendo su puntazo (mi improvisado compi de viaje tenía un Nokia táctil muy chuli, pero el aaaaaaaaaaaaifon le gustó un puñado: lo miraba con deseo y de reojo, como el que observa jamelgas en el Metro :-))

Hasta ahí todo bien (nivel tolerable de chorradas) hasta que, de pronto, lo último de lo último: "Los niños cantores de San Petersburgo", como me da por llamarlos... Unos niños se ponen a cantar en el avión en plan "¡Para ser conductor de primera! ¡Acelera! ¡Acelera!" o "¡No te quieres enterara! ¡Ye-ye! ¡Qué te quiero de verdad! ¡Ye-ye-yeyé!" o Dios sabrá que, pero el caso es que los niños se vienen arriba y, al final de cada canción, un público entregado aplaude las preciosas melodías de los pequeños kerubines...

3 horas más tarde, el avión arranca: los pasajeros lo festejan vivamente... A mi lado, una familia que, como tal, a la que se descuida se ponen a bajar botellas de whisky de sus bolsas de Duty-Free y se empiezan a calzar pelotazos... El chico más joven de todos (presupongo que era el hijo) se ríe (debe de tener unos 20 años)... Hablo con él y es un chaval simpático, amable, y habla inglés, lo cual es de agradecer (porque aquí me tenéis que ver a mi hablando "como los monos" para hacerme entender en cuanto salgo del hotel o de la empresa).

La llegada a Moscú se hace con un montón de nieve en todas partes... Temperatura local estimada es -17 graditos y yo he llegado en camiseta.

Inmediatamente una compañera de aquí organiza la logística y, en un tiempo record, estoy fuera de la terminal con mi taxi preparado...

El buen hombre (un chico joven) no habla inglés ni yo ruso... Va abrigado como iría un sherpa en el Himalaya, así que, cuando me vio llegar con mi abrigo y mi camiseta, le da el ataque de risa/incredulidad...

"Si tenemos que morir, hagámoslo con honor" le digo en español, pero el hombre no parece muy convencido...

Yo creo que me entendió... Quizás el haber dicho eso de forma lenta y pausada, solemne, con los ojos del heroe que afronta su fatal destino, como Leónidas ante Jerjes o Churruca ante Nelson, como el caballero de la triste figura que sigue viendo gigantes en vez de molinos, sintiendo la gravedad de la situación en la inflexión de mi voz y, sobre todo, porque la inequívoca cara de "este muchacho es tonto" apareció en su rostro...

A raíz de éste ejercicio de deducción y lógica inapelable (a ver quien es el guapo que me desmonta semejante silogismo... He dicho "guapo", el de los cuchillos, que te veo venir :-)) creo que por fin la inversión del Ministerio de Cultura y de Asuntos Exteriores en el Instituto Cervantes y la difusión de la cultura hispana ha empezado a dar sus frutos (eso sí: luego pones TVE Internacional y vuelves a recordar que el Cervantes no es el British Council y que nuestra televisión pública no es, ni de lejos, la BBC).

Salimos a la calle en dirección al coche que me llevará al hotel. Es la primera vez en mi vida que me enfrento a semejante frío... "¿Qué sentiré? ¿Cómo se siente uno ante algo así? ¿A qué huelen las nubes?" me pregunto a mi mismo cual anuncio de compresas realizado por la Coixet (gafapasta Rex)...

¿La respuesta? Me parece que te voy a hacer esperar hasta el siguiente capítulo de nuestra historia...

Próximo capítulo: "¿Estás preparada para la diversión? Tienes que venir a San Petersburgo"

Un saludo: Moscú Prevalece...

Paquito.

Comentarios

  1. Querido niño, esta noche prometo leer tus aventuras en Rusia, anda que no disfruto nada con tus letritas.
    El asunto de ahora es no olvidarme en darte un achuchón en estas fiestas que ya se aproximan...

    Te deseo lo mejor de lo mejor, ya lo sabes de sobra.


    Un besazo enorme también para la rubia, de vez en cuando me escribe cositas y yo... ni contesto pero quiero que sepais que aún sin contestaros me acuerdo muchos ratos de vosotros.

    Un beso de los grandes.

    ResponderEliminar
  2. Hola Sara :-))

    Ya me ves: respondiendo en cadena a todos los comentarios pendientes que tenía.

    Mil gracias como siempre: sé que tienes mil problemas en la cabeza y que estás muy ocupada, de ahí que, tus visitas, literalmente, me sepan tan bien :-))

    Te agradezco el achuchón y, como no, te respondo con otro de vuelta.

    No puedo hablar en nombre de la Rubia, pero estoy seguro de que ella también te manda uno bien grandote :-))

    Mil gracias de nuevo por tu visita y comentario: ¡Feliz Navidad y Próspero 2010!

    Un saludo enorme,

    Paquito.

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