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Mostrando entradas de mayo, 2012

Darmstadt - ¡Vente con Nosotros! - Día 3

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En el capítulo anterior : - Belén... Ahora que somos familia: ¿Me haces una omelette? ... Paquito: Verá... Me gustaría hacer fotografías de la iglesia: ¿Puedo hacerlo? Señora: Sí: ¡Por supuesto! :-)) ... "There is one more thing..."  ...Bienvenido a la Colonia de los Artistas de Mathildenhöhe. Darmstadt - ¡Vente con Nosotros! - Día 3 En el capítulo anterior no me dio tiempo a describirlo adecuadamente, pero la noche del día anterior terminó con una agradable cena con un par de buenos amigos. A él lo conocí en la empresa para la que trabajé y, a ella, dado que entonces era su novia, la conocí en una cena, ahora hace unos 6 años, ofreciéndoles en mi última cena en Alemania una botella de vino de Ribera del Duero (para él) y un curso de español en CD-ROM (para ella). Esta vez les llevé algo más corriente (una figurita de cerámica de Delft con un pequeño queso para ella y, para él, la biografía de Steve Jobs). No me dejaron pagar a pesar de mi oposic

Darmstadt - ¡Por Supuesto! - Día 2

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En el capítulo anterior : ... - Guten Tag. Ich habe eine Frage: bitte, sprechen Sie Engels? - Yes.   Chachi: hablan la lengua franca, así que le explico a la amable cajera del Deutsche Bank que, hace unos seis años abrí una cuenta y que me gustaría cerrarla...   ...   "Hace cinco años conociste a un español en Darmstadt... Bueno: ese español ha vuelto a la ciudad... ¿Sigues viviendo aquí?" Darmstadt - ¡Por Supuesto! - Día 2 Fue una noche lenta y calurosa: recuerdo haber puesto el aire acondicionado en la habitación y recuerdo la claraboya que dejaba entrar la luz del cielo. Recuerdo estar tirado en la cama con mi iPad, leyendo noticias en el RSS y en el Twitter a la vez que jugaba a un simulador de Fórmula 1 no disponible en otras (ejem) plataformas :-)) Total, que sobre las tres y media me sumergí en el campo de los sueños y, con eso de que no quité la alerta despertador del iPhone, a las seis y media empecé el día, teniendo apenas tres co

Darmstadt - El Regreso - Día 1

Existe un lugar que todos podemos identificar con tan sólo hacer "la pregunta": de alguna forma, en algún sitio de este planeta (lo sabes tan bien como lo puedo saber yo) tu corazón palpita de forma diferente, tu vida funciona con un ritmo distinto y las cosas parecen suceder de la forma en la que crees que deberían ser siempre, como si la armonía formara parte del aire que rodea ese misterioso rincón del mundo. Mi historia con Alemania es parecida: en la ciudad en la que nací, cuando era niño, unos entrañables señores vinieron a vivir justo en la puerta de al lado de nuestro descansillo y que, después de las debidas pesquisas vecinales, resultaron ser unos españoles que se venían desde Dusseldorf para vivir sus años de dorado retiro por nuestras latitudes. Ya en Francia, con veinte años, descubrí a un grupo de alemanas que, no sólo como compañeras de clase, sino que como personas, me enseñaron la versión más amable y tierna de un país que, poco a poco, se me fue r