Sobre Palestina e Israel

Buenas,

No me gusta hablar de temas políticos: me encanta estar informado sobre los asuntos que conforman la realidad del mundo en el que vivo, pero la política, en general, es uno de esos asuntos que reservo, en temas de conversación, para aquellos muy íntimos con los que, en la seguridad de nuestra amistad, saben que tocar el tema va a suponer importantes enfrentamientos intelectuales y dialécticos.

Durante los últimos 14 años de mi vida, debido en gran parte a mis diferentes experiencias vitales en varios países, así como el crecimiento personal a través de mi carrera profesional y mi desarrollo intelectual, he ido aprendiendo aquel concepto tan manido de "el mundo no es blanco o negro, sino que existen un enorme degradado de grises que pueden responder a las mismas cuestiones".

Estos mismos argumentos, poco a poco, han ido calando en mí, haciéndome, curiosamente, más inseguro en según qué aspectos del espectro ideológico e identitario que, quizás, en un punto del tiempo, haya podido ser o adoptar.

La ventaja (o inconveniente), según se vea, de mis vivencias y de mis diferentes espacios vitales es que, según la vida nos lleva a reencontrarnos con personas, estos te recuerdan de según qué forma y con según qué planteamientos... La vida nos cambia, nos modela, como la entropía a los diferentes objetos del universo, haciéndonos, poco a poco, algo diferente a lo que pudimos ser, permitiéndonos un gradual cambio sin apenas darnos cuenta, hasta que esos encuentros suceden.

El asunto del que hablo hoy es complicado: en las últimas semanas, debido al actual estado de las cosas en Gaza, he decidido revisar una vez más lo que creo que sé del asunto, teniendo en cuenta mi limitado acceso a la realidad in-situ, más allá de algunos amigos y compañeros de trabajo que, o bien viven allí o, porque también me sucede, provienen de aquel lugar.

Lo difícil, en este caso, es intentar acceder a fuentes fidedignas y a contextos históricos debidamente detallados: la realidad, analizando la inmensa mayoría de los medios y fuentes disponibles, está altamente politizada u orientada a adoptar una posición u otra, metiendo de por medio, en dichos posicionamientos, factores de toda índole, fundamentalmente de tipo religioso, por aquello de que, si uno apoya a una facción, no sólo está en contra de la otra, sino que también se mete en el saco al movimiento religioso que profesa (judaísmo e islám, en este caso).

El primer problema, por tanto, es desgranar el grano de la paja: ¿Qué consideramos fidedigno y por qué? ¿Qué ideas pueden ser sintetizadas sin caer en la contaminación contextual en las que se fundamentan o por las cuales son generadas? Son difíciles cuestiones donde, con la mejor de las intenciones, podemos caer en erróneas conclusiones (el famoso dicho: "El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones").

Youtube aquí nos ayuda al acceso de los testimonios o de la información, aunque la cantidad de pseudo-propaganda o conspiranoia es abundante y llena de cosas que, llegado el momento del análisis de las causas, empieza a divagar a lo heavy...

La primera pregunta es, por tanto: ¿Qué es Israel? ¿Cómo nace este Estado? ¿De dónde viene todo esto?

La respuesta se remota a casi cien años, en lo que entonces era un protectorado inglés llamado "Palestina", donde la población local, la mayoría de origen y credo árabe, vivían haciendo sus cositas...

En los primeros años del siglo XX, empezaron a llegar colonos judíos que, legalmente, adquirieron tierra en el protectorado (hasta un 6% en 1947)... Hasta aquí, todo bien (sólo faltaba): quieres irte a vivir a un lugar, así que compras tierra en el lugar y a correr...

Los primeros colonos judíos llevaban consigo una motivación adicional: "el sionismo", esta palabra que tanto se usa hoy en día, sin entender muy bien qué significa o qué supone...

El sionismo no es nada más que la defensa del derecho de regreso a lo que una vez fue la tierra de los judíos para así crear un Estado: esencialmente, una forma de nacionalismo basado en la reclamación de un territorio para el establecimiento de una nación...

Curiosamente, es un movimiento laico, no religioso (de hecho, los judíos ortodoxos te dirían que Israel no debería existir en Tierra Santa, pues los judíos sólo podrán volver a esa tierra el día del Juicio Final, pero esto es otra historia).

Esta idea hace en el imperio austro-húngaro, de un tipo llamado Theodor Herzl quien, viendo lo que estaba pasando en Europa (el terrible anti-semitismo que el "Affaire Dreyfuss" desveló a ojos de Francia y del resto del continente) convino en que sería necesario crear un lugar de refugio para todos los judíos del mundo, un lugar donde pudieran ir si, en algún momento, se sintieran amenazados y buscaran un lugar donde vivir acorde a sus creencias.

Bueno, hasta ahí la cosa va más o menos bien: cada cual tiene su ideología y, si uno compra tierra, pues oye, suya es (Herzl pensó en varias opciones, incluyendo Argentina y, como no, la región de Palestina, por aquello de la Historia y por Jerusalem, entre otros factores).

Palestina, de hecho, jamás ha sido una nación "como tal", sino que siempre ha sido una región que ha pertenecido o ha sido parte de otros países o imperios: después de la desaparición del protectorado inglés, de hecho, perteneció a Jordania, aunque es aquí cuando la historia, por motivos que nada tenían que ver, crearon la situación que hoy conocemos...

Segunda Guerra Mundial: una vez que los nazis fueron derrotados, aquí todo Dios estaba en la Resistencia... ¡Todos buenísimos! ¡Se lo juro señoría! ¡Malísimos los alemanes!

Esta es más o menos la versión oficial... La versión menos oficial (la que me encanta recordarles a "aquí mis amigos" cuando tocan el tema y te hablan de la época del "Soldado Naranja", la "Resistencia Francesa" o (mi favorita), la "neutralidad suiza", es que aquí, básicamente, por muy ocupados que estuvieran, mucha población colaboró servilmente para los fines del Reich: sólo tiene uno que irse a la parte Este de Ámsterdam y, en un antiguo teatro de la zona, leer la plaquita donde explica cómo casi inmediatamente después de la ocupación, mientras los nazis se iban a vivir a las maravillosas casas del Sur-Oeste (las de mejor calidad de la ciudad, sin duda: he estado en un par de ellas y uno se da cuenta de que el invasor tenía de tonto lo justo), se establecieron en él los procedimientos de organización para la deportación masiva de judíos de la ciudad...

"Coño, Paquito: ¿Qué habrías hecho tú? Estaban entre la espada y la pared"...

Eso mismo he pensado yo durante muchísimos años: todos, en su piel, habríamos hecho lo mismo, teniendo en cuenta que, o se colaboraba o, probablemente, te pegaban un tiro...

Sólo hace falta seguir documentándose para descubrir que, realmente, no fue así: en Dinamarca, la población se negó a colaborar, con el famoso gesto del rey danés (que, por cierto, no salió por patas como la tan amada familia Real holandesa, bien refugiadita en Canadá, no como sus contemporáneos ingleses, que aguantaron los bombardeos con la flema que caracteriza a su pueblo y, de paso, someterse al racionamiento de alimentos como todo hijo de vecino, como muestra de apoyo a su población y a su resistencia) cuando se puso el brazalete de la cruz de David que todo judío debía portar, sin serlo, sólo para mostrar que los daneses eran, ante todo, un pueblo, más allá de credos religiosos...

De hecho, la cosa fue tan exitosa que, mientras que en el resto de países invadidos, la maquinaria nazi funcionaba a todo trapo, en Dinamarca no sucedió nada, porque los alemanes entendieron que, si tenían que matar a todos los daneses, no quedaría nadie sobre los que gobernar y expoliar...

(Ahora es cuando gugleas lo que te acabo de contar).

Honor a los daneses desde aquí: eso se llama tener cojones como los del caballo de Espartero... Dinamarca: país con un grado de seguridad e índice de calidad de vida en el top 5... En mi lista de "lugares a los que sí puedo ir y pasármelo teta"...

 El caso es que, al final de la Segunda Guerra Mundial, después del genocidio judío, resulta que los que logran sobrevivir se dan cuenta de que, en el fondo, todo lo sucedido ha pasado por desidia de aquellos que les entregaron en primer lugar (que se lo cuenten a Anne Franck, esa niña que éstos reclaman constantemente como icono y que, para empezar, fue de una familia adinerada alemana que consiguió escapar de la Alemania nazi y refugiarse en Ámsterdam, viviendo escondidos hasta que alguien, presumiblemente un holandés, les denunció a los nazis y los encontraron en el agujero en el que vivían, en una acomodada zona del centro de Ámsterdam, más concretamente el 267 del Canal de los Príncipes, ).

Muchos de ellos se encuentran con que, o bien no pueden volver a allá dónde vivieron (todas sus propiedades fueron confiscadas y revendidas) o bien no quieren hacerlo (ya digo que volver al lugar donde tus vecinos te entregaron diligente al invasor no debe de ser plato de buen gusto) así que, con estas, muchos de ellos reciben el canto de llamada de aquellos granjeros que, durante muchos años, se fueron instalaron en aquel trocito de tierra que a nadie interesaba o importaba...

Empieza el hardcore...

Si uno ha tenido 16 años y ha pasado una Nochebuena en España, puede entender la siguiente analogía: estás en tu casa, preparando cosas para que los familiares que tus padres han invitado puedan tener una cena mítica... Siempre hay una familia que llega pronto y que ayuda a tus padres y a ti en todo lo que puede: se ponen a cocinar los unos, a poner mesas los otros, buscar cubiertos y demás...

Según van llegando más invitados, la cosa empieza a ganar volumen y, cada vez más, tu pequeño espacio vital se va reduciendo... Como encima tienes 16 años, no eres ni niño ni adulto y, como al final vais a acabar 14 y la madre en un espacio donde apenas seis personas pueden ver la tele, acabas desplazado en la mesa de los niños haciendo de niñera y jurando que, esto, cuando te hagas mayor, no se volverá a repetir...

Después de la Segunda Guerra Mundial, como ya he comentado, muchos supervivientes deciden hacer las maletas e irse a Palestina... Pero el horno ya estaba calentito: el protectorado inglés había garantizado la seguridad de los colonos judíos, reclamando a su vez el respeto por los moradores originales del lugar, a los cuales, a su vez, les hacía poca gracia eso de que, así, después de la Primera Guerra Mundial, Inglaterra se pusiera a disponer del orden en el territorio y determinar el destino de sus moradores, en especial de aquellos que, desde hacía cientos de años, vivían allí y que, de pronto, eran tratados como una minoría, siendo sin embargo la población mayoritaria del lugar...

Por tanto, el horno está calentito en Palestina, los ingleses están allí invirtiendo el papel y el rol de las poblaciones moradoras (se reclama a la minoría judía que respete a la mayoría árabe a cambio de su seguridad: tal cual) y la Liga de Naciones (la ante-sala de este insulto a la inteligencia moderno que es la ONU, debido a su absoluta incompetencia para hacer algo más de lo que las superpotencias dicten) decide en 1947 dividir el protectorado en dos países, dejando Jesuralém como ciudad internacional para evitar el conflicto de titularidad entre las dos etnias, debido al carácter "sagrado" del lugar (el antiguo templo de Salomón está justo debajo de la Mezquita, el segundo o tercer lugar más sagrado del Islám)...

Los judíos dijeron que sí y los palestinos dijeron que no... Aquí es dónde uno debe parar y preguntarse: "Espera un momento... Esto se pudo haber solucionado en el 47 y los palestinos se negaron... ¿Por qué?"

Te voy a poner un ejemplo para ilustrar el problema...

Holanda tiene 17 millones de habitantes, entre los cuales, pongamos que hay 2 millones de extranjeros... La UE defiende a los extranjeros de Holanda para que se puedan instalar en el país, a cambio de que los extranjeros no hagan daño a los holandeses...

Un día, como empiezan a llegar extranjeros a granel, decides dividir el país: en la parte norte, un 60% del territorio, con Shiphol, Rotterdam, La Haya y una franja que llega hasta Eindhoven (queremos el tejido productivo), nos quedamos los extranjeros...

El resto, el 40%, básicamente bosques, zonas abiertas del sur, con Brabante y poco más...

Para no liarla, decimos que Ámsterdam no es de nadie: los extranjeros aceptamos y los holandeses dicen que "tararí"...

Cómo cambia el cuento cuando cambiamos los nombres, ¿Verdad?

Es decir, según el informe de los ingleses, 600.000 judíos, poseyendo el 6% de la tierra legalmente, se quedarían con el 51% del protectorado (y las zonas guays, ojo), mientras que el resto, 1.200.000 palestinos y 110.000 cristianos, se quedarían con el resto (básicamente zonas desiertas y demás)...

Este es el origen del moderno Estado de Israel... Ya vamos mal...

Bien, un año más tarde, con el desacuerdo en la mesa, los judíos se declaran Estado y el resto de países de alrededor invaden el territorio... Después de un año de guerra, los judíos consiguen el armisticio (1949) y en ese armisticio ganan mucha más tierra de la originalmente pactada en el acuerdo del 47 (esto también les pasa a los palestinos y a sus vecinos por gilipollas: los judíos llevaban más de 30 años preparándose y estableciendo mecanismos de financiación y defensa en el caso de ser atacados, como así acabó sucediendo)...

Del refranero español: "Lo que mal empieza, mal acaba"...

Bien: la cosa empezó de forma normal, se empezó a enrarecer y la primera guerra sucede el mismo año en que los ingleses abandonan el territorio (1948: los judíos se declaran estado el día anterior a la fecha original de dicho evento, el 18 de Mayo)...

Durante el armisticio, como podrás entender, que no haya guerra no quiere decir que aquello fueran las bodas de Canaan o "La casa de la pradera"... En 1956, durante la guerra de Suez, el ya Estado de Israel invade la península del Sinaí (de forma temporal, sí, pero con un claro mensaje a navegantes) y, en 1967, durante la guerra de los séis días, Israel consigue invadir todo el Sinaí, la franja de Gaza y tocar así las fronteras de Egipto y Siria, con la famosa toma de los altos del Golán, fundamentales para poder controlar el acceso al agua en una región del mundo que es prácticamente desierta...

Esa famosa "Guerra de los Seis Días", según un general que tomó parte en ella, no la inician los egipcios ni los sirios, sino Israel, por cuanto su capacidad militar ya era muy superior a la de todos sus vecinos... De hecho, el razonamiento que ofrecieron los militares al gobierno israelí para atacar (el gobierno era contrario a esta acción inicialmente) se basaba en que "el ejército egipcio necesita cerca de 18 meses para alcanzar nuestro nivel operativo" y, si uno ve la enorme toma de tierra que consiguen en apenas seis días, uno tiene que remontarse a la machada de Cortés en México para recordar algo de similares proporciones (la fuente, ya digo, es en este caso un general israelí que participó en esa guerra y que, años más tarde, curiosamente, intentaría defender principios de paz entre las dos comunidades).

Desde ese día, los problemas entre ambas comunidades están enquistados: más de tres generaciones de judíos y palestinos han crecido bajo este paraguas... Los judíos no dejan de seguir tomando tierra a los palestinos, demoliendo casas o permitiendo asentamientos de colonos que son ilegales o condenados por la comunidad internacional (la ONU ha intentando sancionar estas cosas, siendo sistemáticamente bloqueadas por el derecho de veto que Estados Unidos ejerce en el Consejo de Seguridad de dicho organismo).

A su vez, cerca de cuatro millones de palestinos han sido desplazados a naciones cercanas, teniendo el campo de refugiados más grande del mundo (1.5 millones de personas) en Jordania... Israel niega el derecho de regreso de esas personas a su tierra, mientras continúa su política de acoso a los ciudadanos palestinos...

Los palestinos, a su vez (es lo que tiene que te puteen la vida) comienzan a organizarse en grupúsculos de corte terrorista: el famoso símbolo de Jassir Arafat como resistente con tácticas de guerrilla en la Organización para la Liberación de Palestina, reincide en el romanticismo de muchos movimientos de fanáticos religiosos, así como paramilitares, atacando a Israel por lo que consideran que es (y no sin falta de razón) un ataque a su existencia...

Cosas como lo del secuestro de atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 demuestran que, por mucha razón que uno pueda tener, el hecho de utilizar según qué métodos te descalifica...

El problema aquí también es que las naciones vecinas niegan el derecho de existencia a Israel y, a su vez, el lenguaje que utilizan muchas veces no ayuda a su causa (son famosas las declaraciones de algunos de sus líderes, entre ellos el ex-presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, quien públicamente ha negado en diversas ocasiones y de forma pública el Holocausto Nazi, así como haciendo llamamientos al exterminio del Estado de Israel, entre otras lindezas...)

A todo esto, tienes a organizaciones fundamentalistas en ambas partes del conflicto (sionistas y musulmanes radicales) que financian las acciones en contra del otro (desde los asentamientos ilegales de los colonos judíos hasta el dinero que las familias de los terroristas suicidas recibían cuando sus hijos se hacían estallar dentro de un autobús)...

De fondo, además, existen intereses geoestratégicos: Israel juega como aliado de Estados Unidos en la zona, donde los vecinos del este tienen petróleo para dar y tomar y donde Israel tiene una posición estratégica en el este del Mediterráneo...

Los palestinos a su vez han elegido a una organización, Hamás, que no es capaz de controlar a los movimientos armados que, entre otras cosas, lanzan cohetes contra Israel... Esto provoca que a los judíos no les tiemble el pulso al mandar a los helicópteros apache con misiles para bombardear lo que sea menester: los palestinos no están jugando sus cartas de forma inteligente y, en todo caso, le están haciendo el juego a Israel, quien ha sabido sin duda gestionar todo este caos a través de una mejor organización militar, diplomática y propagandística (ejemplo: cualquier persona que critique sus acciones es sistemáticamente tachada de antisemita, cosa absolutamente injusta pero tremendamente efectiva a la hora de descalificar a aquellos que piensan diferente que ellos).

¿Y qué hacer?

Buff... Esta es difícil: lo primero de todo es informarse y documentarse bien del problema... Independientemente de cómo empezara, repito, existen tres generaciones de judíos y palestinos que han nacido en la misma tierra... Existen cerca de 4 millones de palestinos a los que se le niega el derecho de regreso, mientras Israel permite a cualquier judío de cualquier lugar del mundo ir a vivir a Israel sin problema (el objetivo es mantener ahora la mayoría poblacional: si el enemigo es pequeño o desaparece, el problema se irá con él)...

Pero más allá de los planteamientos de sus líderes, la población civil, o el grueso, en ambas comunidades, está harta de todo esto y sólo quiere paz...

En el mundo ideal, un sólo Estado donde ambas etnias pudieran vivir en paz sería lo ideal (los palestinos no reclaman un país, sino el derecho a existir) pero me temo que eso, en estos momentos, es inviable (me temo que hay mucho fanático y muchísimas muertes injustas en ambas comunidades que, por su particular sentido de la vida, no se pueden olvidar fácilmente: como muestra un botón, los israelíes han llegado a hacer intercambio de prisioneros por restos humanos de soldados muertos en territorio palestino, lo cual te lleva a pensar cuál es su relación con según qué cosas en la vida).

Tengo amigos en Israel y conozco a un par de personas de allí por estos lares: tocar estos temas es complicado, aunque algunos datos que me han ofrecido han resultado ser falsos (como el porcentaje de tierra legal o el número de judíos que habitaban entonces allí), pero, sin justificar lo de los cohetes contra los israelíes, lo cierto es que los palestinos están ahora mismo metidos en un gigantesco campo de concentración donde no se puede introducir comida, donde el suministro de agua se corta a voluntad de los israelíes y donde muchas cosas que se denunciaron durante el genocidio nazi, aparecen de pronto en el horizonte de un pueblo que ha sufrido muchísimo, sin duda, pero que, con eso del "estado judío", niega la existencia a aquellos que, durante siglos vivieron allí.

Es una historia complicada: intento verlo desde ambas partes y sólo siento pena, de ahí que, hoy, compartiré contigo un video que una persona muy inteligente, Nina Paley, quien explica, con una canción y unas maravillosas ilustraciones, la historia de esa tierra con todos sus moradores (asirios, egipcios, judíos, griegos, romanos...) hasta el día de hoy, aventurando cual va a ser el final de toda esta historia, mientras todos reclaman el título del mismo: "Esta tierra es mía".

Disfrutadlo, compartidlo y, de paso, si queréis, comentamos lo que pensamos.


Si os interesa saber quienes son todos los pueblos representados en el video, os dejo aquí la explicación de su creadora (en inglés, eso sí):

http://blog.ninapaley.com/2012/10/01/this-land-is-mine/

Eso es todo: Ámsterdam prevalece...


Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es

Comentarios

  1. Uff Paquito, no sé si leiste mi post, pero básicamente fue fruto de mi ignorancia sobre el tema este. Si tienes un rato (largo) lee el link que yo pegué donde otra bloguera explica a su manera el conflicto. Tiene puntos comunes con tu historia, pero ella tira hacia el otro extremo : Los Palestinos no son unos santos, Israel es bueno.

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    Respuestas
    1. Me acaba de mandar el formulario una preciosa respuesta a la m...

      In a nutshell: hay que atenerse a los hechos (un misil palestino no es justificable, pero la tragedia humanitaria a la que Israel está sometiendo al pueblo palestino, es innegable).

      Esta mañana escuché a una periodista israelí hablando de los últimas horas... No pronunció en ningún momento la palabra "Palestina" o "Palestinos"... Sólo decía "Gaza" y, por supuesto, siempre "El Estado de Israel"...

      La perversidad del lenguaje... Terrible...

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