La Petición de Jan Terlouw y el Hilillo en el buzón

Buenas,

Voy a publicar esto ya, pero el objetivo es intentar encontrar una transcripción del discurso y traducirlo al castellano.

En cuanto lo consiga (cualquier ayuda se agradece: soy capaz de entender a grandes rasgos el contenido, pero hacer una traducción del holandés es algo para lo que no estoy preparado) lo pondré en el blog.

¿De qué va esto?

Me llegó a través de una conversación en el trabajo con una compañera española... Se quedó la cosa ahí, hasta que, este fin de semana, haciendo cosillas, el protagonista de esa conversación apareció en mi ordenador.

"Esto", va de un pequeño suceso que ha removido la (buena y mala) conciencia de los habitantes de Holanda, un pequeño suceso que, si hablas mi idioma y has estado por estos lares un tiempo, confirman algunas de nuestras sospechas con respecto a los cambios sociales de este país.

"Esto", va de un señor, un ex-parlamentario del partido "Demócratas 66", o D66, como se les conoce popularmente por aquí (que sería algo así como un partido de centro puro y duro) que, con 85 años, el día de su cumpleaños, siendo invitado a un plató de televisión, se le brindó la oportunidad de hablar sobre algo que comentó en una conferencia, un par de años antes.

El buen señor, llamado Jan Terlouw, aceptó la invitación y, sin teleprompter y sin nada, mirando directamente a la cámara, se arrancó con un discurso que, en los tiempos en los que estamos, la verdad es que le hacen recuperar a uno la confianza en el ser humano.

El discurso del hilillo del buzón

Apellidado así por los medios de comunicación (en holandés "Het touwtje uit de brievenbus speech"), este buen señor, durante 8 minutos, en el punto álgido del horario televisivo holandés, sin papeles y sin nada preparado, expuso la necesidad de este país y de sus ciudadanos de recuperar la confianza en los unos y los otros.

Podéis escuchar el discurso (en holandés) aquí mismo:

"La Petición de Jan Terlouw" (Fuente Vara.nl)

Para ese llamamiento, Jan Terlouw habló de un pequeño detalle que parecía común en los años de su infancia y su juventud (que pasan, además, por los años de la Segunda Guerra Mundial), unos hilos o cuerdas saliendo de las ranuras de los buzones de las puertas de las casas...

"Pasa sin llamar"
Esos hilillos, colgando en el buzón, en su día, en Holanda, eran la fórmula (normalmente destinada a los niños) para poder abrir las puertas, como aquel que dice, "sin llamar", por cuanto el hilillo estaba enganchado al cerrojo y, al tirar de él, remover el pestiño.

Algunas personas, todavía hoy en algunos pueblecitos de este país, hablan de cómo las puertas de los jardines de las partes traseras de las casas están sin candar, abiertas, para que sus hijos puedan acceder directamente a la casa, sin necesidad de llamar.

A partir de ese detalle (que, por cierto, da nombre a su vez a una canción de un conocido cantautor holandés), Terlouw habla de los problemas que sufre actualmente el mundo, de cómo cosas como el Brexit o la elección de Trump como presidente de Estados Unidos, son sólo explicables desde sociedades donde ya nadie se fía de nadie, donde la desconfianza nos lleva a mirar con recelo a nuestros vecinos o con recelo a aquellos que son diferentes a nosotros (sea por el color de su piel, por el dios al que rezan o por el sexo de la persona a la que amen).

Terlouw habla de la contaminación y de tener en cuenta el daño que le estamos haciendo al planeta, el cual será la herencia que recibirán nuestros hijos, factor a tener en cuenta para intentar protegerlo y cuidarlo un poquito mejor: habla también de recuperar el espíritu donde los ciudadanos confían en sus políticos, en el sistema democrático y en ellos mismos, poniendo por ejemplo como, antes, uno podía cerrar un trato con un simple apretón de manos, en lugar de la situación actual, donde se firman hasta cinco contratos para reconfirmar, una vez sobre otra, lo que se ha acordado.

Me alegra y me alivia ver la reacción y los debates que se han abierto en el país, bien felices por escuchar a alguien hablar de esperanza y sentido común, bien desde el cinismo, al recordar que no se puede volver a un tiempo que ya no existe (uno de los artículos más escépticos hablaba de que esos hilillos existían porque las mujeres estaban en casa: un tiempo donde a las mujeres, cuando se casaban o tenían hijos, se les despedía de su trabajo y sin contemplaciones).

Yo vivo en un lugar donde veo cosas curiosas: veo carísimos juguetes desperdigados por los jardines públicos que preceden a las casas, durante días, justo al lado de donde los vecinos aparcan sus coches.

Y, siempre que paso por esos jardines, pienso en el milagro de ver las cosas ahí tiradas, porque nadie las va a coger sin permiso.

Todavía recuerdo la vez que un ex-compañero (un personaje al que dar de comer aparte) me vino a echar la bronca porque, un fin de semana, en la primera casa con jardín donde viví en Holanda, hace ya 6 o 7 años, un fin de semana, decidí dejarla abierta de par en par, por el grado de seguridad que yo sentía en el vecindario.

Un vecindario donde niños de cuatro años deambulaban solos por las calles adyacentes a sus casas sin ningún tipo de reparo o problema.

Y lo sé porque, curiosamente, en mi primer día allí, caminando por la zona, vi a una niña de más o menos esa edad sola y, pensando que se podría haber perdido, tras conseguir averiguar donde vivía (iba con mi compañera de piso, que hablaba holandés: todavía recuerdo como la niña no sabía leer el número de su casa, el 31, el cual, al decírselo en holandés, "Uno y Treinta" no le cuadraba, hasta que le dijimos los números por separado, "tres y uno") y llevarle a su casa, cuando la madre abrió la puerta y le explicamos que la niña estaba sola en medio de la calle, la buena mujer nos miró como si estuviéramos locos, preguntando si había sucedido algo, porque no albergaba a entender cuál era el problema de que su hija de cuatro años estuviera sola en la calle.

La misma confianza que me llevó a tener una preciosa bici sin candado durante un año y medio, aparcando en todos lados sin poner nada y que, curiosamente, acabaría siendo robada, de todos los lugares, en el jardín de la entrada de la casa.

Aparcada en una conocidísima zona comercial: no verás ningún candado en ella, porque no lo tenía
Efectivamente: necesitamos confiar todos un poquito más los unos en los otros... Siempre habrá ladrones, siempre habrá miedos y temores, pero si renunciamos al valor desde el minuto cero, seremos unos cobardes toda nuestra vida.

Un abrazo,


Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es

Comentarios

  1. Si te cuento yo la de veces que me he dejado la bici con la llave en el candado en la puerta de mi casa...en pleno Utrecht...y suerte la mía no me la han robado. También un par de veces me dejé las llaves de casa puestas por fuera....la primera vez las encontré al día siguiente en donde las dejé...la segunda vez me las robaron en menos de media hora (misma casa) y al día siguiente en horario laboral intentaron entrar en mi casa....

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    Respuestas
    1. Buenas,

      Efectivamente: hay buena y mala gente en todos sitios...

      A mí me llama la atención la sensación de seguridad, en general: hace poco han publicado un ranking sobre las 50 ciudades más peligrosas del mundo (42 en Latinoamérica, 6 en USA, 2 en África, si no recuerdo mal: ninguna ciudad Europea era ni siquiera comparable).

      Otra cosa es la inseguridad pero, ya digo: vivimos en un país muy seguro donde, desafortunadamente, el miedo y la desconfianza ha tomado la delantera (es lo que tienen las sociedades ricas: de pronto, cuando uno tiene iPads y mierdas varias en el hogar, se acuerda del cerrojo, junto con la gente que no tiene iPads y que les gustaría tenerlo).

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    2. En Utrech hay un kinky concreto que siempre está rondando las bicis en la zona de Neude. SIEMPRE.

      En mi barrio, sin embargo, la seguridad se respira.

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    3. Buenas,

      Toca ir limpiando comentarios y mail antes de irme de vacaciones.

      Este comentario no estaba respondido: efectivamente, siempre hay alguien en cualquier sitio intentando hacer cosas así (los aparcamientos masivos de bicis en las estaciones son como un panal de rica miel al que cien mil moscas fueron a parar).

      Y, efectivamente, respiramos una seguridad pasmosa, con todos sus problemas...

      Un abrazo,

      Paquito.

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  2. Sería interesante verificar las diferencias en las estadísticas por años y por países, y para ser mas exactos por ciudades. Si esto es muy complejo, se podrían comparar por décadas, añadiendo los movimientos migratorios y algún otro elemento sociológico , que pudiera dar alguna clave para la solución del problema.No sirve de nada conocer los porcentajes, si no se añaden los posibles motivos y esto se puede hacer con un gran estudio. La resistencia que se encontraría, sería cuando se descubra lo que no sea políticamente correcto, ya que a la política se le achacan todos los males del mundo y no se tiene en cuenta los progresos que se obtienen. Interesa mas exponer en los medios, los perjuicios que los beneficios. Una amiga me dijo, que cada día le cuesta mas encontrar una buena noticia en los diarios y medios en general y yo le dije que lo bueno no vende y como el objetivo de los medios es el vender , eligen lo que mas impacto produce.Cuando hablo de estos temas, siempre me viene e la memoria, el periódico que alguien creó (en N Orleans creo ), que contaba las noticias de esta manera. " Hubo un accidente ferroviario, se salvaron 20 personas ", omitiendo los muertos y heridos. El periódico quebró en poco tiempo. Si echamos una vista atrás en la historia, observaremos que el mundo siempre ha estado en constante guerra, sean físicas, dialécticas o verbales.Lo diferente de hoy es que en segundos, millones de personas se enteran , cosa que antes tardaba o era omitida. Al ser humano, le interesa mas el drama que otra cosa. Sus vidas suelen ser rutinarias y una noticia dramática les hace subir la adrenalina.Antiguamente las películas versaban sobre el amor, hoy versan sobre el odio, la traición,el engaño. ¿ Nos hemos convertido en peores personas ? No tengo la respuesta. Cuando vivía en N York, me llamaba la atención, que los apartamentos tenían tres cerraduras. Cuando viví en B Aires, me decían que no contestara al timbre de la puerta o que no abriera la cancela de entrada a nadie. La inseguridad, muchas veces es mas una sensación, proporcionada por los medios, que cuentan a diario todos los muertos que suceden en el mundo. ¿ Qué sentido tiene saber que a miles de Kms de donde uno vive, alguien fué asesinado, secuestrado o asaltado ? ¿ Qué reacción se intenta producir en la sociedad ?. ¿Es acaso una lucha por las audiencias y los porcentajes de share?.....dejo el tema aquí.

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    Respuestas
    1. Buenas,

      Esto no es un comentario: es un ensayo :-))

      Vamos allá: la verificación de estadísticas, efectivamente, muestra tendencias y, de ellas, podemos sacar interesantes conclusiones...

      Según se van introduciendo variables, podemos ver correlaciones y causalidades (dos fenónemos parecidos pero absolutamente diferentes).

      Efectivamente: las buenas noticias no son noticia... Irónico :-)

      Somos morbosos: los atascos en la carretera, a partir de un accidente, duran muchísimo más de lo que deberían porque el personal reduce la velocidad para ver qué ha pasado...

      Es nuestra naturaleza...

      Así que, sí: a grandes rasgos, coincido contigo...

      Un abrazo y gracias de nuevo por la visita y el ensayo :-))

      Paquito.

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