Una muerte dulce
Buenas, El título de este post refleja mi situación en los últimos meses: debido a mi trabajo, estoy últimamente dando tumbos aquí y allá, disfrutando y descubriendo lugares dónde, en el caso de según qué ciudades, he estado o vivido con anterioridad y, en el mejor de los casos, en lugares a los que, por tal o cual razón, siempre quise pero nunca pude ir. Una de las cosas en las que me fijo al viajar es en el perfil de los viajeros: en los vuelos mañaneros del lunes, uno ve según qué cosas curiosas (ejemplo: los lunes por la mañana, un montón de pasajeros chinos viajan a Madrid y, a su vez, un montón de japoneses y americanos lo hacen para París). Ahora que el motivo de mis viajes es trabajo, una de las cosas que más envidio es ver al pasajero turista: despreocupado, vistiendo ropa cómoda y expectante por el destino hacia el que va: en mi caso, traje, corbata y una súbita obsesión por llevar el mínimo número de objetos posible conmigo para, así tener acceso a las puertas