Mi cápsula del tiempo digital
Muy buenas: En las últimas semanas, siguiendo mis propósitos más optimistas, he seguido con mi obsesión buenista de hacer las cosas como debo y, poco a poco, he seguido mi pérdida de peso, mi lectura de libros y, anoche, sentarme delante del ordenata, ir a la opción del menú que te permite dejarlo como si lo hubieran sacado de la factoría donde fue fabricado y empezar desde cero. Las obsesiones higienistas se dan en todo tipo de ámbitos de la vida: desde limpiar unos platos en el fregadero hasta pasar la aspiradora, poner la lavadora u ordenar los libros en las estanterías, cuando uno entra en según qué acciones es mejor fluir porque, de alguna manera o de otra, esto acaba dando frutos. ¿Cuántas veces te has puesto a limpiar armarios o cajones y, en el proceso encontrarte con objetos de cualquier tipo que te hayan retrotraído a un lugar, un momento o una persona? A mí, por las obsesiones higienistas periódicas que me dan, en medio de la vorágine del "saca todo de su sitio, empieza