El banco colonial de Amsterdam
Antes de empezar: después de haberme cascado el post glorioso que está justo debajo, continuando con mi investigación, descubrí que el objeto del post no es el Banco de Ámsterdam, por más que el señor Google y el señor DuckDuckGo se empeñen...
A base de investigar, descubro que el banco real se llamó/llamaba "Cultuur, Handel en Industriebank," (o "Banco de cultivos, comercio e industria"), también conocido como "Cultuurbank" y ahora tengo un problema, porque me he cascado un artículo fantástico cuya investigación me lleva a otro tipo de instituciones bancarias de los Países Bajos que, a su vez, tienen relación con el tema (al final todo viene de lo mismo: todos los países europeos con colonias tienen sus manos bañadas en la sangre de millones de seres humanos esclavizados) y que me han enseñado un montón, aunque todo parte de un equívoco en el nombre.
Así que te casco el artículo, pero ya te digo que "El banco de Ámsterdam" no es el "Banco Colonial de Amsterdam" pero algo aprenderás de todos modos (curiosamente, gracias al error, llegué a un montón de información que me ha enseñado mucho más de dónde viene este precioso país que me acoge).
Disfruta el post.
Buenas:
Hace unos cuantos posts, hablando sobre la vez en la que Ámsterdam fue la Pablo Escobar del mundo, mencionaba como parte de la iniciativa se financió a través del Banco Colonial de Ámsterdam y expresé mi interés por investigar al respecto de dicha entidad.
Literalmente, en una nota al margen, escribí:
Nota mental: tengo que escribir sobre el Banco Colonial de Ámsterdam, porque ahí tiene que haber tela para vestir de novia a la estatua de la libertad de Nueva York.
Así que, como uno quiere ser alguien cuya palabra valga algo, me toca responder al desafío y descubrir conmigo qué diablos fue el Banco Colonial de Amsterdam y si, como mi intuición indica, es una institución de la que podemos sacar tela para vestir a una de las estatuas más grandes e icónicas del mundo.
Algo promete cuando el nombre tiene palabras que te hacen pensar.,,
"Banco", "Colonial", y "Ámsterdam"... Tres de las cuatro palabras que conforman el nombre en castellano (la que resta es una preposición) te dicen que:
1. Hay dinero.
2. Hay explotación.
3. Quién ejerció la explotación y ganó el dinero.
Es decir: el nombre nos da quién (Los Países Bajos), nos da el qué (dinero) y nos da el cómo (explotación colonial) y nos da desde y hacia donde (Ámsterdam y las colonias), así que no nos queda mucho margen para la imaginación.
Recuerda: en toda riqueza exagerada siempre hay un robo.
¿Cuál es la historia?
Por más que busco en castellano o en inglés términos o traducciones equivalentes al nombre de la entidad, el señor DuckDuckGo y el señor Google me llevan sistemáticamente al "Banco de Ámsterdam".
El banco de Ámsterdam ("Banco de Intercambio de Ámsterdam", sería su traducción más exacta) nace en 1609 y en cierto modo es un precursor de lo que unos años más tarde (casi 200) serían los bancos centrales modernos que conocemos.
Una de las características del banco es que, en sus entrañas en el actual Palacio Real en la plaza Dam de Ámsterdam, el banco retenía un 100% de los depósitos que sus emisiones de certificados dictaban, es decir: el banco era absolutamente líquido y no producía la multiplicación de dinero que los bancos modernos ejercen al prestar y aceptar dinero hacia o de sus clientes.
Esta modalidad bancaria es el sueño húmedo de algunas personas que desconfían (a veces con razón, a veces sin ella) del rol que los bancos ejercen en las economías modernas, una vez que, sin ser capaces de emitir moneda, son capaces de multiplicarla.
¿Cómo se hace eso? Pongamos un ejemplo sencillo.
Vas a un banco y depositas 100 Euros a cambio de un interés (un 1 por cierto)... El banco presta esos 100 Euros a otra persona a cambio de un interés (un 2 por cierto).
En este caso, mientras que la unidad monetaria real siguen siendo 100 Euros, la realidad es que, sobre el papel, ahora hay 200 Euros (los 100 que el depositante tiene más los 100 que el tipo pidió prestado al banco). El equilibrio es que tanto el que depositó el dinero como el que lo recibió prestado, respectivamente, no lo quiera retirar y que el otro no deje de pagar sus cuotas de retorno.
El 1% entre lo que se paga por depositarlo y lo que se paga por tomarlo prestado sería el beneficio del banco.
Ya te has ido del tema del día...
Toda la razón del mundo: vuelvo al asunto, que me lío.
El caso es que el Banco de Ámsterdam eventualmente desaparece y da paso al Banco Central de Holanda en 1814: el golpe de gracia se lo dio la Compañía de Indias Orientales en 1791 (la primera corporación con emisión de acciones de la historia, niños y niñas) cuando no pudo pagar una serie de préstamos garantizados con lo que se esperaba que fueran unos ingresos de su actividad comercial que, obviamente, no llegaron a suceder.
Volvamos al tema colonial
Como decía antes, cuando uno busca algo sobre el tema colonial y el banco, dos buscadores diferentes no retornan nada en sus primeros lugares de resultados encontrados, lo cual es extraño, porque este tipo de cosas son sabidas e incluso nombradas en otros aspectos económicos de los antiguos imperios coloniales con trata de esclavos, cuya trata (la compra la hizo todo bicho viviente, de esto no se salva nadie) fue principalmente ejecutada por portugueses, holandeses e ingleses.
Un artículo del periódico español EL PAÍS me pone sobre la pista: "El banco central holandés reconoce sus lazos con la esclavitud durante la era colonial" en el cual, la autoridad monetaria neerlandesa pide disculpas por sus obvios lazos con la trata de seres humanos desde su fundación (11 de los 16 miembros fundadores tenían intereses directos sobre las plantaciones donde se usaron esclavos) y donde se explica que, a pesar de que en el mismo año de la fundación del banco, en 1814, se establece la prohibición de la trata de esclavos por parte de Holanda, la realidad es que la esclavitud continuó hasta el último cuarto de siglo en sus coloniales (1873 en Surinam), con el banco aceptando negocio de aquello que, mientras que la trata de esclavos ya había sido abolida, los productos creados por esclavos en las colonias eran bienvenidos.
En ese mismo artículo hay un link a un estudio del banco central holandés donde se habla precisamente del enlace entre el banco y la esclavitud: en un juego de palabras entre la cadena de distribución y las cadenas que representan a la esclavitud, el título del informe te lo dice absolutamente todo.
"¿Sirviendo a la cadena?", como te decía, es un informe de 32 páginas donde se habla de la institución y las últimas décadas de la esclavitud ligadas a los Países Bajos (entre 1814, fecha de su fundación, y 1863, fecha oficial de la prohibición de la esclavitud que, como expliqué antes, se entiende en lugares como Surinam cerca de 11 años más, por aquello de "compensar" a los dueños de los esclavos por perder la mano de obra a precio casi nulo).
El estudio, en inglés eso sí, es fantástico para entender lo que, con la financiación del banco central holandés se financió, en especial cómo desde el origen, la esclavitud fue el gran motor de las actividades comerciales del Reino de los Países Bajos.
El estudio llega a tres conclusiones principales:
- Parte del capital fundacional del Banco Central Holandés viene de empresarios que tuvieron intereses directos en plantaciones con esclavos.
- Una vez creado, el Banco Central Holandés estuvo indirectamente involucrado con la esclavitud colonial holandesa y de otras áreas fuera de su control, como Guyana (país vecino a Surinam, ex-colonia holandesa).
- La esclavitud afectó a los cargos más prominentes del Banco. Estas personas estuvieron conectadas a la esclavitud de forma personal, administrativa y política. En una institución comparable, como "El banco de Ámsterdam", la conexión con la esclavitud fue mucho menor.
"El banco de Ámsterdam" vuelve a aparecer en la ecuación, aunque como ejemplo comparativo para demostrar como algunos los altos cargos del Banco Central Holandés en su fundación debían sus fortunas a la trata, comercio o producción de bienes y servicios con esclavos.
Otra parte interesante de la historia es cómo en las colonias se establecieron bancos que, estos sí, fueron realmente el link con la esclavitud y su ciclo económico, permitiendo que, cuando su dinero fluía hacia Holanda, el Banco Central Holandés no podía determinar el origen real del mismo, más allá de la entidad que se lo enviaba para tal o cual fin.
Todos los países tienen pasados oscuros...
Toda la razón del mundo: da igual allá donde mires, en cualquier periodo de la historia, en cualquier lugar de la tierra, bajo cualquier precepto religioso, tarde o temprano se llega a la parte en la que el poder y la división entre seres humanos se crea entre aquellos que dan órdenes y aquellos que las reciben, aquellos que pueden disfrutar un cierto grado de libertad o aquellos que, incluso para poder ir al baño, deben pedir permiso.
El punto de este post no es un alegato sobre la esclavitud, tema muy muy muy serio sobre el que no me gustaría banalizar, pero cuando estaba escribiendo el famoso post de "la fábrica de cocaína holandesa", al leer como su financiación vino de un "Banco Colonial", inmediatamente sentí el olor del pan al dorarse dentro de un tostador, en particular sobre un lugar del mundo que apunta sistemáticamente a otros ("La leyenda negra", niños y niñas: les encanta aleccionar a gente como yo sobre mi propia historia) pero que se niega a mirarse en el espejo cuando según qué vergüenzas salen a flote.
El problema protestante con el pasado...
Ciertas latitudes del mundo, directamente conectadas con un cierto pensamiento o ciertas influencias sobre el destino de las personas en función de sus actos, tienen serios problemas mirando a su pasado: el pecado capital de muchos de los imperios que han creado la historia que nos trae hasta el día de hoy se han basado en el asesinato, la invasión, el pillaje, la esclavitud y la explotación de los recursos de los territorios conquistados.
En otros lugares del mundo estas cosas están a la orden del día y crean sentimientos de todo tipo: desde la negación del hecho hasta un mal entendido orgullo de lo que un lugar fue en un momento determinado y dejó de ser.
Como español, de esto sé un poco: hay gente que te sigue hablando del Imperio Español como si aquello fue Jauja, al igual que hay gente que te dice que poco menos que fue el Infierno de Dante... La realidad es que probablemente hubo de todo: la historia de los pueblos está llena de luces y de sombras y, aunque obviamente las luces sean atractivas, negar las sombras nunca es una opción inteligente.
El propio pueblo español puede hablar de invasiones de todo tipo, incluso de pueblos vikingos asaltando Sevilla... También puede hablar de conquistas de Romanos, bárbaros, árabes e incluso franceses que, en sucesivas invasiones, conformaron lo que somos y nuestra historia, para bien y también para mal.
Uno no puede cambiar el pasado: puede aprender de él para, quizás, no volver a hacer según qué cosas o simplemente entender cómo lo que sucedió conformó equis, y griega o zeta cosas del presente.
Lo que yo tengo muy claro, muy probablemente por mi amor por la historia, es que cuando un pueblo se niega a mirar a sus propias vergüenzas, algo no va bien, sobre todo porque no puede haber aprendizaje donde hay ignorancia.
Y por aquí, y no es la primera vez, cada vez que hay episodios vergonzantes, el simple hecho de nombrarlos y de razonarlos, sin juzgar, sólo enumerar, provoca reacciones propias de aquel al que no le han hecho pensar dos veces en algo que atribuye malo en los demás, pero que no desea aceptar como parte de su pasado.
Los Países Bajos tienen un pasado de brutalidad colonial como pocos (pregunta en Indonesia: hasta hace cuatro días, por cierto: hay gente viva que lo conoció) y esto, escrito por un español, tiene tintes irónicos, cierto, pero yo no voy dando lecciones de nada a nadie (por aquí, repito, les encanta hablar de lo que los españoles hicieron, como si Indonesia hubiera sido un episodio de la Tribu de los Brady) o hablar de la esclavitud, cuando portugueses, holandeses e ingleses tuvieron el tripolio de la trata de esclavos en Occidente hasta que se acabó (o cuando consideraron que las colonias, al emanciparse y quedarse con los esclavos, ahora sí, resulta que competían en condiciones de superioridad con sus metrópolis, donde en lugar de esclavos había gente que, aún viviendo en la miseria, costaba más que los primeros).
Otro día hablaremos de la resistencia holandesa durante la segunda guerra mundial y del colaboranismo: este último, curiosamente, reducido a la mínima expresión cuando todo acabó...
"La historia la escriben los vencedores", cuentan...
Un abrazo y seguiremos escribiendo.
Hola, Paquito. Eres un crack de la investigación. Alucino contigo. Eres el Mikael Blomkvist holandés.
ResponderEliminarA los bancos, si es posible, no entrar ni para atracarlos.
Un saludo
Don Jorge,
Eliminar"We meet again", que diría el clásico: me has hecho guglear el nombrecito y me has hecho sonreír, que lo sepas.
De toda la vida me ha encantado trastear y buscar cosas difíciles de encontrar: este post fue un viaje que me llevó por todos sitios y al final acabe, en el último segundo, dándome cuenta de que me había confundido de nombre (culpa del señor Google y del señor Duckduckgo, que indefectiblemente me llevaban al lugar erróneo, conste).
Pero, y eso es lo bueno, es que gracias a eso descubrí otras cosas: las serendipias son tan maravillosas por algo.
Los bancos tienen su función, como las bacterias en el sistema intestinal: puede que no nos gusten, pero sin ellas no podemos vivir.
Otra cosa es que, como con las bacterias, si se van de madre, acabe la cosa mal.
Seguimos para bingo (voy respondiendo comentarios tan rápido como puedo).