Resabios
- Buenos días - me dijo educadamente. - Buenos días - respondí - Hoy es el gran día - continué. La conversación se desarrolla en un bonito y soleado día de sábado. Estoy a punto de hacer algo que va en contra de varios de mis principios, pero ya no hay vuelta atrás. - Acompáñame a mi mesa - me dijo - Te gustaría tomar un café? - Sí por favor - respondí - Me apetece un cafecito. Todo comenzó dos semanas antes: en el día de mi cumpleaños, con varios días libres, decidí por fin algo que, unos meses antes, se anunció como una temible profecía. - El siguiente problema que tengas - empezó diciendo - te costará mucho dinero. Te recomiendo que lo cambies. Y allí estaba yo, unos meses más tarde, en un bonito concesionario, con cara de Rompetechos, buscando a alguien que me atendiera. - Me gustaría comprar un coche - empecé. - Muy bien - me dijo - Alguna idea o modelo específico? - Me preguntó. Ni flauers. - Ni flauers: por eso vengo aquí. La mañana pasó rá...