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Mostrando las entradas etiquetadas como 2011

El 221-B de Baker Street

Hola, Cuando el avión toca tierra y, en español, la azafata de turno nos dice aquello de "Bienvenidos a Madrid", siempre pienso que, quizás, algún día, escucharé por el micrófono las palabras mágicas: - "Bienvenido a casa". Así es como lo siento siempre: cuando el avión desciende, empiezo con mis extraños rituales donde, como siempre, hay todo un proceso, casi enfermizo, que se repite desde hace unos años. Lo primero de todo es revisar que todo lo que llevo en el avión está inventariado en mi cabeza y está localizado para así no dejármelo en el avión: como casi todo lo que aprendo en esta vida, esto viene de la experiencia en un vuelo desde París donde, al aterrizar, me dejé una bolsa con regalos en cabina (una bolsa que, de eso se encargaría quien fuere, no apareció por ningún sitio, apenas minutos después de haber salido del avión). Echaré de menos, toda mi vida, la preciosa boina parisina, de color rojo, que elegí y compré, en una preciosa bout...

Soledad

Las estadísticas no mienten: seis de cada diez personas no pueden estar solas. Por algo será, ¿No? El caso es que yo pertenezco al grupo de los cuatro restantes y, dentro de este, la facción más dura, la que no sólo puede estar solo sino que, además, lo disfruta. Demasiado a veces: no lo sé. Mi madre me contó una vez que, siendo un bebé, un día me descubrió meciéndome solo: no sé exactamente cómo (mi memoria no da para tanto), había descubierto el sistema de balanceo de la cuna y, con las (cortas) entendederas que puede tener un recién nacido, aprendí a divertirme solo a través del movimiento de mi cuna... Nunca fui particularmente brillante, pero casi todo lo que he aprendido en la vida ha sido en soledad y de la forma más sencilla: aprendí a nadar solo, por mi mismo, observando a los otros niños en la piscina. En las clases (instituto y universidad) solía tomar apuntes pero, más que tomar notas, solía hacer muchas preguntas, insatisfecho por mi corto conoci...

Salvando almas

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"Si no te importa, me gustaría pedirte ayuda, pero si no tienes tiempo, no pasa nada"... Me lo dijo despacio y lo hizo con educación, insistiendo en lo de que, si no tenía tiempo, pues daba igual. Llevamos viviendo varios meses juntos: estudia biología molecular y, a pesar de su edad, básicamente no tiene ni idea de tecnología... Hasta que ha dado conmigo... Sabiendo lo que sé acerca del carácter de los teutones, decidí, en este caso, dejarle tranquilo durante una temporada, esencialmente teniendo poco contacto aunque, eso sí, siempre cordial y agradable. Poco a poco, a través de ratitos hablando y demás, me he encontrado a una persona muy amable, inteligente, tímida y muy educada... Y todo iba tranquilo y bien hasta que, hace un tiempo, me pilló limpiando el Mac... Lo estaba haciendo en el salón porque, cada dos semanas, con mimo y toatillas de bebé, lo dejo como si acabaran de salir de fábrica (el aluminio se cuida como el culito de un bebé: es...

La primera vez

"A mi nunca me hacen ningún regalo: ya me he acostumbrado"... Me lo dijo con tono quedo y triste, con el timbre resignado que podrás escuchar en aquellos que, si algo echamos de menos de nuestra tierra es, precisamente, el intentar, de vez en cuando, tener un detalle con los demás. No todo el monte es orégano, es verdad, pero una cultura es una cultura y, por aquí, eso es verdad, se echan de menos algunas cosas. Así que, mientras escuchaba a aquella persona decirme esas palabras, recordaba todos sus favores, todo su apoyo y todas las cosas que, en los últimos dos años, ha hecho por mi, sin pedir jamás nada a cambio, estando incondicionalmente de mi parte, pasara lo que pasara, guiándome en los diferentes "Lost in Translation" que, a veces, me suceden y donde, si no es por su ayuda, no consigo entender en su completa amplitud todo lo que pasa. Las cosas no cambian porque sí: siempre existe un primer suceso, algo generalmente imperceptible y aislado,...

Estupor

- "Hola: me llamo xxx, soy de yyy, tengo z años, llevo 4 meses en Amsterdam, soy muy feliz y me gusta mucho: lamento no hablar muy bien inglés". Así, tal y como lo acabas de leer, comenzó ayer uno de esos diálogos que uno, con el poco sentido común que le va quedando, lamenta no haberlo grabado y enviado a un museo como prueba de que, definitivamente, aunque compartimos los mismos átomos, los seres humanos, por naturaleza, somos completamente distintos. Si no recuerdo mal (fue una velada mítica), eran cerca de las 11 de noche cuando, entre un grupo de conocidos, una amable joven se colaba entre ellos y empezaba a hablarles. Después de un rato, cuando se dispersaron, vi que alguien se acercaba a mi y, después del típico "Yo te conozco de algo", comenzamos a hablar sobre cualquier cosa. - Esta es mi esposa - me dijo para presentarme a la mujer que, unos minutos antes, hablaba con esas personas a las que yo observaba. - Hola, me llamo Paquito - le d...

El desencanto

Hola, Desde hace casi 5 años, desde que, un día de Enero, decidí cambiar mi vida y tomar un rumbo que traería consigo alegrías, penas, sufrimiento y conocimiento, pocas cosas se nos han quedado fuera de la experiencia vital, con los famosos "días buenos, días malos y días horribles"... Los de hoy, por primera vez en casi 5 años, no cualifican dentro de esta escala que creé en su día para definir lo que me sucedía sino que, volviendo a tiempos pasados, volveremos a usar una escala harto olvidada y que, precisamente, pretendí dejar tras de mi en aquel frío Enero... "Días extraños": son los días donde, habiendo cosas malas, uno siente tranquilidad, como en el ojo del huracán, donde todo es plácido mientras todo lo que está alrededor gira sin control. Mis días extraños comenzaron hace un tiempo, cosa no extraña, aunque sí sorprendente, teniendo en cuenta que, afortunadamente, la vida que dejé atrás, hace más de un lustro, se quedaba fuera de mi camino ...

Sobre la muerte

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Buenas, No sé exactamente qué es lo que estoy escribiendo: en realidad, ahora mismo, estoy sin saber realmente qué decir o sobre qué hablar. Un muy buen amigo mío me mandó un e-mail hace 2 semanas comunicándome que su padre había muerto: aceptando que la muerte es inevitable, que es lo único que, a ciencia cierta, sabemos que nos llegará a todos, bien es cierto que, en estos casos, nunca pensamos en el que se va, sino en los que se quedan. Una llamada de teléfono más tarde, me encuentro con una voz apagada que me habla con tristeza y suavidad: el primer instinto ha sido el de marcar el teléfono sin saber muy bien qué voy a decir, de ahí que, cuando el momento llega, se producen esos extraños e incómodos silencios donde se hace evidente que uno no sabe ni qué decir ni saber tampoco que espera escuchar. La muerte es una de esas cosas de las que nadie quiere hablar: nos asusta pensar en el día que, espero que más tarde que temprano, todo se acaba y, como en las películ...

Escribe

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Buenas, Siguiendo el consejo de uno de los gurús del Marketing que habitualmente sigo (un tipo muy inteligente llamando Seth Godin que recomiendo leer encarecidamente), voy a intentar escribir un poquito más, a pesar de que, últimamente, por diversos motivos de distinta índole, no siento ni el momento ni las ganas ni la razón de hacerlo. "Escribe"... Bien: vamos allá :-)) Tengo un agotamiento mental profundo: mi gasolina se acaba, mi tiempo en este país se acorta, mi paciencia se ha acabado y, definitivamente, "esto" (que algunos defienden a capa y espada) definitivamente no me gusta. Mis pasiones en la vida son de distinta índole: pienso en tecnología siempre que puedo, a nivel técnico como a nivel práctico. Me gusta conocer las tripas de las cosas que utilizo y, al mismo tiempo, me encanta pensar en las aplicaciones prácticas de objetos que, sin haberlos usado, pienso que pueden ser útiles para todo tipo de propósitos. Pero mi formación acadé...