Salvando almas
"Si no te importa, me gustaría pedirte ayuda, pero si no tienes tiempo, no pasa nada"...
Me lo dijo despacio y lo hizo con educación, insistiendo en lo de que, si no tenía tiempo, pues daba igual.
Llevamos viviendo varios meses juntos: estudia biología molecular y, a pesar de su edad, básicamente no tiene ni idea de tecnología...
Hasta que ha dado conmigo...
Sabiendo lo que sé acerca del carácter de los teutones, decidí, en este caso, dejarle tranquilo durante una temporada, esencialmente teniendo poco contacto aunque, eso sí, siempre cordial y agradable.
Poco a poco, a través de ratitos hablando y demás, me he encontrado a una persona muy amable, inteligente, tímida y muy educada...
Y todo iba tranquilo y bien hasta que, hace un tiempo, me pilló limpiando el Mac...
Lo estaba haciendo en el salón porque, cada dos semanas, con mimo y toatillas de bebé, lo dejo como si acabaran de salir de fábrica (el aluminio se cuida como el culito de un bebé: es genial :-)) y, de paso, veo algo de tele holandesa, que siempre viene bien, por aquello de pillar oído.
Si fueras Saltamontes, sabrías cómo se hace algo así: alguien te pregunta eso del "¿Y qué tiene de especial?" y, a partir de ahí, hablas, cuentas lo que sabes, lo que, en los últimos tres años, has vivido a través de un cacharrito hecho en aluminio que, simplemente, hace tu vida más sencilla.
Me preguntó por el cacharrito y le conté todo lo que sé: le hice un par de demos, le enseñé las típicas cosas chulas (el conector de energía magnético, el sensor de movimiento, el sensor de luz que regula la intensidad de brillo de la pantalla y la iluminación del teclado...) y lo dejé ahí, pensativo, mirando las cosas que hacía y cómo las hacía, haciéndome las típicas preguntas que, toda víctima de los anti-Mac, le hace cuando te ve con uno de los "objetos del Diablo".
No pareció convencido y, de sus palabras, deduje que la tecnología no era lo suyo y que, como todo ser humano normal, seguía la máxima que promulgo y que, en su caso, se cumplía a rajatabla:
"No seas como yo".
Claro, que el tema de Apple es siempre controvertido: no sólo tengo a un "azote de la manzana" por Madrid sino que, en casa, tengo a un ruso linuxero, cosa no poco baladí, por aquello de que, suele suceder, las conversaciones tecnológicas se convierten en algo divertido.
Así que, después de salvar los tópicos habituales ("los Mac son productos sobrevalorados para gafa-pastosos que no valen lo que cuestan") le ofrecí que, si quería, podía crear un usuario para él y, durante un día, usarlo para, así, desde su experiencia, construir su propia opinión.
Aceptó la oferta pero, en honor a la verdad, se quedó ahí, como el que abre la puerta y espera a que pases mientras tu vas en dirección contraria.
Hasta ayer...
Su ordenador (un PC exactamente igual al que, hace unos años, también tuve que mantener) no funcionaba bien y me pidió ayuda...
"Encantado" le respondí: "Será un placer".
Así, por tanto, pasamos el sábado, con él haciéndome todo tipo de preguntas y yo, en modo multi-tarea, arreglando su ordenador para, así, permitirle seguir trabajando y haciendo sus cosas...
Unos días antes, con eso de que abrimos conversación, descubro que tiene una cuenta de correo de uno de los proveedores de dicho servicio más antiguos del mundo (y, a su vez, uno de los más populares en Alemania): hasta tal punto el servicio es antiguo que, para que te hagas una idea, su cuenta de correo tenía una capacidad total 12 megas de almacenamiento (Gmail tiene 8.000 y Yahoo no tiene límite: interesante comparación)...
Se produjo un silencio estremecedor cuando mi otro compañero de casa le preguntó por el navegador que utilizaba en su Windows y, finalmente, respiramos aliviados cuando nos dijo "Firefox" (si nos llega a decir "Internet Explorer" sufrimos un desmayo colectivo).
No quedó otro remedio: "hechos extraordinarios requieren medidas extraordinarias", así que tuve que bajar mi ordenador al salón, crear un usuario y, durante las siguientes seis horas, explicarle porqué su ordenador funcionaba como funcionaba, en comparación con el mío, de unos tres años, corriendo la última versión de su correspondiente sistema operativo "y lo que te rondaré morena".
"Llevo días dándole vueltas" me dijo sincero: "me tengo que comprar un ordenador nuevo, porque este ya no tiene ni bateria, y de pronto la idea del Mac no me disgusta"...
Le expliqué los pros y los contras, le conté mi experiencia, mis visitas a tiendas en aeropuertos para probarlos, el día que lo compré y como, conduciendo hacia casa, no dejaba de pensar que, en todo caso, todavía tenía quince días para devolverlo o, como "plan b", siempre podría formatearlo e instalarle Windows...
La interfaz le pareció interesante, pero más interesante le resultaba como navegaba a través del sistema con los gestos de la mano: todas sus preguntas se iban respondiendo y, mientras desfragmentaba el disco duro de su ordenador, eliminaba claves antiguas de sus registros, eliminaba archivos temporales, modificaba claves en el sistema de inicio y en el sistema de servicios, no dejaba de preguntarme exactamente lo mismo:
- Pero... ¿Y esto es normal? ¿Se supone que yo debería saber esto?
"No, no es normal" le respondía: "Por eso, la gente de Apple solucionó esto hace muchos años"...
Pero estaba lidiando con un alemán: cabezotas irredentos reacios a cualquier cambio, así que no me lo iba a poner fácil :-))
Bajó su lápiz USB y probó cómo se veían sus archivos de Word, Excel y Powerpoint en el Mac: lo probó todo y, más pasaba el tiempo, más empezaba a gustarle la idea (todo funcionaba bien y, sobre todo, el sistema no le requería saber nada de nada de informática)...
El problema, en todo caso, es su restricción presupuestaria (los temas dinerarios suelen ser un problema con los productos de Apple) pero, esa misma noche, llamó a su hermana para indicarle que, como él, dado que ella quería comprarse un ordenador, debería probar lo que él había probado esa misma tarde.
Mientras todo eso sucedía, mi otro compañero de casa (el ruso) cambiaba el sistema operativo de su ordenador (lo actualizaba a la última versión de Ubuntu, que es una distribución de Linux que, "los corsarios del chip", seguro que conocen) y, de paso, revisaba conmigo lo que hacía en el PC del teutón, el cual, como un niño con zapatos nuevos, se lo pasaba teta en mi ordenador probando cosas...
Los primeros pasos de un bebé son los típicos que hacen que a un padre o a una madre se les caiga la baba con su retoño: los primeros pasos informáticos de mi compañero de casa se formalizaron cuando, muy orgulloso, me enseñó que se había creado una cuenta de correo en Gmail y quería aprender a manejarlo...
Ahí es donde todos saltamos encima de él, importándole sus correos antiguos, conectando el correo de su universidad a la cuenta de Gmail y, de paso, explicándole mil servicios asociados a la misma que, poco a poco, irá descubriendo.
Todo esto puede parecerte estúpido y aburrido: cuentos absurdos de niños cacharreando con sus juguetes. Y sin duda puede que tengas razón: a fin y al cabo, yo también lo veo un poco de esa forma.
Pero, esta mañana, el teutón que no sabía ni que era Gmail, me ha dicho que ha instalado Google Chrome en su ordenador, que le ha puesto los plugins que el usa para sus investigaciones (micro-aplicaciones dentro del navegador para escribir y compilar referencias científicas para sus estudios y cosas así) y que, después de pensar en todo lo que conté ayer, eso de tener las cosas "en la nube", según sus propias palabras, "no parece una mala idea".
Cuando hemos sincronizado su cuenta y le hemos contado todo lo que, desde este momento, tiene en su poder, a empezado a preguntarse qué más cosas podría encontrar que fueran útiles para su vida profesional y personal...
La curiosidad está llamando a su puerta: del miedo al cambio hemos pasado a una situación donde, poco a poco, se vislumbran nuevas formas de entender su relación con la tecnología.
Alguien, que no sabe ni lo que es Spotify, de pronto, empieza a comprender que esa caja de plástico que usaba para escribir sus artículos puede, en realidad, aportarle mil soluciones para su vida cotidiana, multiplicando sus posibilidades para, simplemente, aprender cosas nuevas que, se supone, le ayudarán a hacer su vida un poquito más fácil.
Quiere aprender más y me ha pedido que le enseñe: ha estado hablando con su hermana hace un ratito y he oído la palabra "Apple" un par de veces...
Es curioso ver a gente así: para mí, la tecnología es un medio cuyo valor comprendo y que, en la medida en que satisface mis necesidades y mi curiosidad, me ayuda a encontrar soluciones que me van a proveer un cierto valor.
Por eso tengo un iPhone (es mi teléfono, mi agenda y mi reproductor de música: no necesito ni uso nada más), o por eso tengo un Mac (el mejor ordenador que he tenido en mi vida: "yo ya no vuelvo", como le decía ayer a mi compañero alemán mientras señalaba a su pobre ordenador) o un iPad (mi cuaderno digital y de viaje donde, esencialmente, hago un poco de todo).
Podría tener un Android, un PC y una Samsung Galaxy: es verdad, pero... ¿Para qué? ¿Por qué complicarme la vida? Estoy seguro de que podría trastear con ellos, pero, en realidad, para trastear utilizo Linux o el pedazo de UNIX BSD que va debajo de los colorcitos del Mac OS y otras cosas similares en mi ordenador.
Cuando uso un teléfono, quiero que el teléfono funcione bien y que haga lo que tenga que hacer bien. De igual forma sucede con mi cámara de fotos, o mi ordenador o mi máquina de cortar el pelo: estoy seguro de que existen otros modelos a los que podría hacerles mil cosas pero, cuando uno sólo quiere usar algo y que ese algo funcione a la perfección...
¿A quién le importa que le puedas hacer algo que NUNCA le vas a hacer?
Por eso mis padres tienen un iMac (ni un sólo problema y, si lo hay, es porque no saben hacer algo, no porque algo no funcione: simplemente, no hay forma de que puedan romperlo y, conmigo a tres mil kilómetros de casa, simplemente, no me puedo permitir que eso suceda) y por eso, cada persona que conozco que, en los últimos dos años, se ha decidido a dar el paso, en última instancia, no sólo no lo ha lamentado sino que, efectivamente, se ha dado cuenta de que la tecnología puede ser amable y que, al final, le permite ser capaz de usar su ordenador sin miedo y sin tener que dar la vara al típico amigo/hermano/primo/cuñaaaaaaaaao/vecino que sabe algo de informática cuando algo va mal y que, por ello, lamenta hasta el día que ha nacido.
Por eso, para ti, si no estás versado en los misterios encerrados en extraños algoritmos hechos de ceros y unos, te recomiendo que te cambies y que, por tu salud mental y, sobre todo, por la salud mental y el tiempo de las personas que, actualmente, te hacen sentir como un inútil cuando le pides ayuda, aceptes el buen consejo de alguien que, en Febrero hará tres años, se decidió a hacerlo porque, sin obedecer a lo que escuchaba a mi alrededor, decidí seguir mi intuición y mi experiencia.
Me queda sólo uno que, como gato panza arriba, se resiste: él no necesita ayuda (sabe mil veces más de computación que yo) pero sabe que yo jamás le recomendaría algo malo, sobre todo teniendo en cuenta que, los mismos criterios que yo utilizo para defender estos dispositivos, son exactamente los mismos que él aplica, en su vida cotidiana, para otro tipo de cosas...
Él sabe cómo sacarle el jugo a un teléfono Android: él abre un ordenador y le cambia hasta los tornillos del disco duro, sin contar con que tiene un modelo de tablet que hasta a mí me gusta (y lo sabe :-))...
Pero, como él, hay muy poquitos: una persona "normal" no tiene sus conocimientos y, de igual forma que él a lo mejor no tiene ni idea de cómo manejar una excavadora, el que maneja la excavadora no tiene por qué saber cómo funciona un ordenador.
O, como le dije a mi compañero de casa alemán: "¿Necesitas saber cómo funciona el motor de un coche para conducirlo?"... Quizás no esté de más, pero que no sepas cuales son los principios de funcionamiento de un motor de explosión, no te incapacita para manejar una máquina que utiliza esa tecnología...
Así que, como siempre digo, para la gente que sabe, que prueben Linux, que trasteen con UNIX (BSD, obviamente) y que, sobre todo, que no dejen que la opinión de terceros les creen prejuicios: no hay nada como probar uno mismo las cosas, tener una experiencia directa con aquello que deseemos entender, comprender su funcionamiento y, a partir de ahí, poner opinar en primera persona.
Y si eres alguien que no sabe de informática, pues mucho mejor: no mires el precio si te lo puedes permitir (si no, pues no pasa nada: lo entiendo), porque será probablemente el ordenador más longevo que tendrás.
No confundas "valor" y "precio", porque no son lo mismo: duda de lo que los demás te digan (incluyéndome a mí) y vete a una tienda a probarlo, tranquilamente (en cuanto abran el Apple Store de Sol en -madrid, Saltamontes tiene demo personal asegurada por un servidor :-)).
Y, si finalmente, te convence, sé bienvenido a lo que, de verdad, debería ser el uso de un ordenador: algo fácil, sencillo y seguro :-))
No confundas "valor" y "precio", porque no son lo mismo: duda de lo que los demás te digan (incluyéndome a mí) y vete a una tienda a probarlo, tranquilamente (en cuanto abran el Apple Store de Sol en -madrid, Saltamontes tiene demo personal asegurada por un servidor :-)).
Y, si finalmente, te convence, sé bienvenido a lo que, de verdad, debería ser el uso de un ordenador: algo fácil, sencillo y seguro :-))
Mi compañero alemán lo ha descubierto: no sé si finalmente dará el paso (tiene una restricción presupuestaria importante y eso hasta yo lo entiendo) pero, al menos, sabe que el día que esa restricción no esté ahí, la opción será, inequivocamente, esa que, ayer, durante seis horas, le permitió hacer de todo sin preocuparse de nada.
A partir de ahí, mejor una imagen, que vale más que mil palabras:
Eso es todo: ¡Amsterdam prevalece! :-))
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Hola. Yo estoy en el "lado oscuro", pero con esas ansias de cambio como tu compañero alemán. Tengo dudas, supongo que básicas, sobre Mac, y en un organismo oficial español como el que estamos lo que más me preocupa es la compatibilidad Windows - Mac. Es como un matrimonio: ambos tienen que comprender al otro para funcionar. Si algún día nos conocemos, te pediré consejo, además creo que será muy positivo para nosotros tenerte a mano.
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre
Un saludo, Alfonso González
Hola Alfonso,
ResponderEliminarMil gracias por tu visita y por tu comentario: todo un placer.
Tu caso no es nuevo, pero me consta que, otros profesores, en otras comunidades autónomas, ya han dado el salto (siempre, eso sí, hay que verificar que el software que uno necesita tiene su traducción en Mac, pero, si no es así, también puedes instalar un Windows, de tal forma que usas Windows para algunas cosas y MacOS para todo lo demás).
Si necesitas cualquier ayuda, házmelo saber :-))
No hay nada mejor que ayudar a otros a saltar "del barco en llamas" :-))
Un abrazo y, de nuevo, mil gracias por pasarte por aquí :-))
Paquito.
Responderé por alusiones..... Mira que te habrás reído de mí y conmigo sanamente por este tema.Cúantos minutos, momentos , ratos has dao la matraca con esto :)) . Y el caso es que me estoy enamorando de la manzana como Eva cayó en el pecado.
ResponderEliminarPensé que era de aquellos perdidos que no saben ni las tripas que hay dentro de un disco duro, pero veo que no soy un especimen único.Sólo digo que si el Windows es fácil para los que mínimamente nos defendemos en este mundo, el Mac es alucinante. Y el Paquito sabe cómo colocar ambos sistemas por si lo echas de menos. Éste nos va a tener que dar clase a distancia a much@s... ¡¡ Si Steve levantara la cabeza y supiera de tu existencia , volvía a nacer!!!
Un abrazo y te espero para ya sabes qué......
SALTAMONTES
Pues no me queda otra, querido amigo, que darte la razón y además convencidísima de todo lo que has dicho y también muy segura de que tus consejos son así y no hay vuelta de hoja.
ResponderEliminarLeí, no creas que no vengo... tu anterior entrada y sinceramente me conmovió.
Con la rubia no hablo aunque creo que es innecesario decir cuanto la aprecio, yo soy de poco contacto tecleril y de mucho cuando tengo cerca a la gente a la que quiero.
¿que pasa con las navidades? vienes o no?
t quiero amigo.
Rubia... a ti también y tienes cama libre cuando quieras.
Gracias , Sara. por todo. no cambies :))
ResponderEliminarSALTAMONTES
Buenas :-))
ResponderEliminar"Por agresiones" (como decía un jefe mío :-)),
Le recuerdo a la joven y lozana señorita de Madrid que, en su día, recibió un pequeño curso avanzado y que, como le expliqué, su cacharro es, definitivamente, un iMac de 20 pulgadas (tu no eres de laptop y el iPad no satisface las necesidades que me explicaste).
Recuerda: "Tu no tienes porqué saber cómo funciona un ordenador: sólo tienes que saber cómo disfrutarlo y sacarle el jugo, nada más".
Cuanto esté en Madrid te lo volveré a contar :-))
En cuanto a la "señora bloguera": como siempre, mil gracias por pasarte (sé todo lo ocupada que estás, así que, descuida: yo tampoco te posteo mucho, pero me leo siempre tus recetas y, sobre todo, disfruto de las fotos de tus deliciosos platos).
Tenía ganas de hablar de tecnología esta vez: en última instancia, es mi única debilidad en el mundo donde, como bien sabéis, "todo debe caber en una maleta".
Un beso para las dos y, de nuevo, mil gracias por vuestras visitas y comentarios.
Paquito.