Old Blog - Nueva Orleans...
¡Hola Hola Visitante!
Supongo que en estos días, ante la avlancha de información, habrás notado que, de repente, los medios se concentran en hablar sobre una "cosilla" que ha pasado en Estados Unidos, más concretamente en el Sur Este, con un huracán y varios estados afectados...
Una de las ciudades más afectadas ha sido Nueva Orleans, "New Orleans" o "Nouvelle Orleans", según te apetezca reconocerla.
Es terrible pensar lo que ha sucedido y la cantidad de personas que están sufriendo allí ahora mismo, pero dentro de la catástrofe, para mi se producen encontrados sentimientos por una ciudad que he tenido el privilegio de visitar, vivir y sentir durante una semana...
Déjame hablarte de Nueva Orleans...
Estuve allí hace 3 años, en Julio, durante una semana, por motivos que no vienen ahora al caso. Dentro de mis obligaciones que me consumían gran tiempo, decidí durante 2 días (los días que tuve tiempo) dedicarme a conocer el sentimiento y la vida de una ciudad mítica, la cuna del Jazz, la ciudad donde casi todo está permitido y donde historia, modernidad, desenfreno y miseria conviven tal y como lo detalló con gran acierto el escritor John Kennedy Toole en "La Conjura de los Necios".
En todo lo que está pasando destaca el "súbito" descubrimiento de la situación social del Estado de Louisiana (también extensible a Alabama, Mississippi y Georgia): una situación de casi segregación y de pobreza extrema (más del 30% de la población de Louisiana vive por debajo del umbral de la pobreza) mezclada con la indiferencia de un sistema que parece ignorar a esta población.
En aquellos días, como te digo (permíteme tutearte lector: ya que estás en "mi casa digital" hay confianza) busqué periódicos locales y estuve leyendo sobre los diferentes problemas que afectaban a Nueva Orleans... En uno de ellos (el repentinamente relevante "Times Picayune") se explicaba entonces el fenómeno de segregación que se estaba dando en las escuelas de la ciudad, donde el este estaba acogiendo a todos los estudiantes de color y las del oeste a los estudiantes blancos...
Algo que me llamó la atención fue precisamente que en todos los servicios donde los salarios son poco menos que el "Minimum Wage" (salario mínimo) estaban copados por afroamericanos y, sorprendentemente, todas las personas que vi con traje y corbata por la ciudad eran todos de raza blanca...
Nueva Orleans es una ciudad miserable: el barrio francés ("French Quarter") tiene lugares verdaderamente mágicos y rincones donde podrás encontrar actuaciones de Jazz increibles, además de una población relativamente amigable y tranquila, pausada, curiosa en muchos aspectos (en su afán de conocer y al mismo tiempo en su comportamiento) y con un acento sureño inimitable (que además se pega con facilidad). Ese barrio francés te muestra también el progresivo abandono, como una bella mujer que se está haciendo vieja e intenta seguir vistiendo sus vistosos trajes de joven, aunque el resultado sea casi de fantoche.
Recuerdo de Nueva Orleans sus balcones: esas balconadas donde por las noches las personas se asoman y hacen ruido. Curiosos observadores de la vida en la calle: al pasar Canal Street (la calle principal) y entran en la mucho más que famosa "Bourbon Street" (famosa por los desfiles del "Mardi Gras", los bares de Striptease y Jazz y un extraño olor mezcla entre vómito y humedad), descubres una américa despreocupada y deseosa de vivir... En los bares podrás entrar y sentirte más que nunca un extraño bicho al escuchar cantar canciones sobre el orgullo norteamericano y sentirás el fervor casi religioso de un país chovinista como ninguno (los pobres franceses son unos infantes en comparación a estos).
La miseria, la suciedad, las ratas (del tamaño de un gato: las vi) merodean las calles en búsqueda de restos de comida, mientras una humedad brutal (es el lugar donde más calor he pasado en mi vida: salir de un sitio refrigerado al extremo y pasar a 35 grados con un 90% de humedad) te corroe y te fatiga, te hace ir despacio, te hace reflexionar y te vuelve bucólico, mientras buscas desesperado otro lugar frío donde refugiarte y escuchar un buen Jazz durante otro rato.
Al ver ahora las imágenes en televisión, las fotografías en los periódicos, reconozco los lugares donde he estado (El Superdome y el Centro de Convenciones... Este último, para que te hagas una idea, se hace de punta a punta andando a buen ritmo en 35 minutos... Es gigantesco) y ves la desesperación de personas llevadas de nuevo a la súbita pobreza (en la que ya estaban) pero aderezando este terrible guiso con la imposibilidad absoluta de llevarte algo a la boca).
Lo extraño es ver como los medios norteamericanos no están informando de la misma forma que los europeos... Una vez más extraña la desinformación y la "extraña" forma de enfocar una catástrofe de dimensiones coloquiales (imagina inundado a Madrid, Castilla y Leon y Castilla la Mancha en su totalidad) donde miles de personas han muerto y donde la población que sigue viva muere de hambre, desesperación y violencia (los enfrentamientos por comida o alojamiento afloran con más virulencia si cabe entre una población donde la posesión de armas es algo común).
¿Volveremos a conocer esa vieja dama conocida como Nueva Orleans tal y como la vi hace 3 años? No lo sé: creo que sí, pues la vida sigue y los norteamericanos, si en algo son admirables, es en su capacidad para levantarse y enfrentarse con gran coraje ante una adversidad del tamaño que sea. Sin embargo, imagino, que muchas cosas cambiarán en la percepción colectiva de sociedad de aquellos estados... Asumir una situación de pobreza puede ser hasta cierto punto normal, pero descubrir de repente que sucede algo como esto y sentir el desamparo absoluto, puede crear una reacción de terribles consecuencias... Piensa además que la población más afectada es precisamente la afroamericana, la cual, 50 años más tarde de la abolición de las leyes de segregación, siguen igual que como estaban.
Roguemos porque movimientos extremistas (Nación del Islám y compañía) no hagan de esta desgracia un campo de cultivo de odio ante esta barbarie.
Que Dios o lo que quiera que haya por encima de nosotros les proteja... La cuenta atrás ha empezado.
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