Una doble vida

Hola,

Me lo dijo hace poco una persona y, quizás, al hilo de ese comentario, me he decidido a escribir sobre el tema.

Esta persona me decía que, en realidad, yo tenía una doble vida: una, la visible y otra, la que yo te cuento aquí...

Me hizo pensar por un instante en la forma en la que los humanos actuamos: solemos utilizar máscaras para ocultar tal o cual cosa, pero, en honor a la verdad, como estoy mayor y a mi jugar al Carnaval de Venecia me viene mal, prefiero explicar las cosas para que queden claras...

Principio esencial: nunca mientas...

Esta es la base de mi vida: mentir es malo, es absurdo, contraproducente... Ocupa espacio mental y, además, las mentiras conllevan más mentiras: entrar en esa espiral te hace incoherente, paranoico, un obseso del control inseguro que, además, cuando se le pilla en un renuncio, produce a su vez más mentiras (una vez que empiezas, ya no hay marcha atrás).

Hace años que descubrí un "agujero" en el sistema: si pretendía ser honesto y nunca mentir, ¿Cómo podría hacerlo en los diferentes entornos en los que me muevo?

La respuesta es sencilla: "compartimentos estancos".

Cada faceta de mi vida es un compartimento perfectamente dividido y separado de los demás: nunca mezclo a personas, ni lugares, ni experiencias... Cada uno de esos mundos conoce una parte de mi, pero ninguno de esos mundos se relaciona sino que sigue su propio ritmo y su propio rumbo: a veces me considero un sencillo invitado en la vida de esas personas.

La honestidad parte de decir siempre lo que uno piensa: si a mi no me gusta algo de ti y veo que eso forma parte de tus valores personales (es decir, no son negociables), prefiero retirarme de tu mundo...

El método es sencillo: cada entorno tiene su lugar y su situación, tiene su porqué, tiene su lógica y su dinámica y, si pretendo ser honesto, tengo que saber adaptarme al contexto para, sin faltar nunca a mi principio, poder avanzar en mi relación contigo o, sino, simplemente ejecutar retirada.

Hace años, una vez, por aquello de probar, decidí mezclar un par de esos compartimentos estancos... Todavía lo sigo lamentando: el error fue flagrante, pues mis gustos, que soy así de rarito, me permiten compaginar mi vida con ambientes radicalmente distintos entre sí (sociales, económicos, políticos, laborales, etc.), pero algo que descubrí entonces es que el personal no tiene porqué ser así (no les culpo: cada uno somos como somos y así nos va :-)).

De pronto, ante aquella situación, me di cuenta: intentar poner de acuerdo a personas tan distintas es difícil, porque no todo el mundo es igual y, sobre todo, porque no todos queremos igual que otros o, simplemente, no llegamos a entender a la otra persona (el mundo es injusto: ponte una canción de Luis Miguel para que se te pase el disgusto).

Sin embargo, todas esas personas que me rodean, en cada uno de esos compartimentos estancos, tienen un punto en común: suelen ser honestas (al menos conmigo)... El criterio es sencillo: "no me mientas"... Y a partir de ahí, todo va bien :-))

Los que me conocen lo saben: prefiero una verdad hiriente a un bálsamo basado en la mentira... Lo prefiero así, porque me permite actuar también de forma honesta: las mentiras son escollos, son capas que tienes que tener en cuenta a la hora de relacionarte con una persona, lo cual es difícil, al menos en mi caso, porque en cuanto te pillo una, sólo una, empiezo a monitorizar cualquier dato que me des (me entretiene pillar mentiras: me gusta analizar como se construyen nuevas mentiras sobre mentiras ya construidas :-)).

Hace un tiempo, un amigo me confesó que me había mentido: al principio me sentó mal ("¡Que soy yo coño!" le dije) pero luego entendí el contexto. Es quizás la parte de color y matiz de la cultura en la que he criado: la mentira piadosa, esa que uno efectúa para no herir. Para mi sigue siendo una mentira pero, por encima de todo, está la amistad y, lo más importante, es que esa persona me lo confesó después (habría sido peor enterarse por terceros o más tarde :-)), lo cual no sólo es bueno, sino que encima une más tus lazos (mejor que ser honesto es reconocer que no lo has sido en un determinado momento).

Esto que te escribo es mi vida: son mis principios, los cuales también varían (sólo faltaba) pero hay ciertas cosas, "la esencia", que no admiten discusión o variación... La honestidad es difícil: supone decir siempre lo que uno siente y sólo hay una posible excepción en la regla, que es el entorno laboral (aquí prometo que un día escribo sobre el tema: tengo historias para aburrir :-)).

De igual forma, sostengo que de todos lados se aprende, que dice aquel, y mi experiencia (como quizás la tuya) me ha enseñado que no es bueno estar siempre entre el mismo tipo de personas, pues al final tu forma de pensar no sólo no evoluciona, sino que se afianza y se radicaliza (si nadie contesta de forma distinta a lo que tu crees que es cierto, acabas creyendo que tienes razón, y ahí es donde, entonces estás jodido).

Ejemplo ejemplar: ¿Quién no conoce a la típica persona que te dice "Yo soy muy tolerante"? Todos conocemos a uno de esos elementos ("la ralea", como a mi me gusta apelarles) y cuyo concepto de tolerancia es "Yo soy tolerante siempre y cuando tu seas y/o pienses como yo"... Obviamente, además, los que no piensan como ellos son automáticamente catalogados como "intolerantes" (ralea fina: lo mejorcito de cada casa :-))

Es como los del "Yo no soy racista pero" o "yo no es por criticar pero"... Es divertido: las mentiras crean un sistema de comunicación que intenta imitar a la sinceridad con un toquecito de corrección política (excusatio non petita, accusatio manifesta :-))

Quizás algunas de las cosas que te escribo, si me conoces, no te cuadren... No te preocupes (yo tampoco me entiendo a mi mismo a veces :-)) que habrá gente a la que sí y viceversa... El mundo es complejo y yo me adapto de la mejor manera posible, (cuando no, como ya sabe la parroquia, suelo aplicar resistencia y rebeldía dejando muy clarito el porqué de mi actitud)...

Así es mi mundo: rodeado de gente con formas de pensar muy distintas y de las que soy un orgulloso conocido, amigo, "relación social" (como me dijo una vez una persona) o simplemente "el loco que vive en Holanda" (de todo hay :-)) con "ese punto" en común que tanto valoro...

Por último (esto es importante) estos principios no sufren excepciones: me da igual quien seas o cual es tu contexto en mi vida... Si me mientes, y te pillo (también soy muy inocente: con la edad pierdo reflejos :-)), entonces ya me dará igual lo que me cuentes (si me has mentido una vez: ¿Por qué no dos?).

Espero que esto ayude a comprender lo que tengo en la azotea (es un compendio interesante de ideas contrapuestas: un batiburrillo enorme de contradicciones que, de alguna forma, a veces se ordenan y producen situaciones muy chulas :-)).

Si quieres conocerme, ya sabes: sé buena gente (no queremos santos, queremos buena gente) y sé honesto (así nos ahorraremos un montón de chorradas :-)).

Lo demás vendrá solo.

Un abrazo: ¡Ámsterdam Prevalece! :-))

Paquito.

Comentarios

  1. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y por mucho que digas que te haces mayor y que no tienes los mismo reflejos te aseguro que te darás cuenta. La mentira es una de las cosas que más me duelen en la vida, incluso aquellas "piadosas" que no quieren herir pero que terminan haciendo sangre.
    En esto, y en otras cossas estamos de acuerdo!!! Me niego a mentir y me niego a que me mientan. Prefiero una verdad a tiempo ¡sin lugar a dudas!
    Y sí, soy selectiva, me he hecho selectiva y quiero rodearme de la gente que yo "elijo". De todo tipo de clases, colores, religiones...pero ante todo "personas" en las que yo confío. Ahora que a mí no me importa mezclar: soy buena "coctelera"!!!!

    Besos valencianos!

    ResponderEliminar
  2. sera que la alergia a las mentiras nos vendra por eso de haber nacido en el mes de mayo y ademas por ser tauro???, no mentire, ni siquiera sobre las ya famosas noches miticas que tanto hemos nombrado, asi que supongo que sera ergo: tengo el chance de conocerte?
    saludos, por aca te estare leyendo!

    ResponderEliminar
  3. Estimadas Anna y Cristina,

    Mil gracias por vuestras visitas y comentarios: ¡Todo un verdadero placer el leeros por aquí! :-))

    @ Anna: coincidimos por tanto. Si es cierto que, más allá del hecho, también está la intención pero, al mismo tiempo, siempre digo aquello del "¡Pero que soy yo!" que es muy socorrido

    @ Cristina: es que los Tauro somos muy cabezotas y claro, ¡Así nos va! :-))

    Además, como buenos Tauro, estamos predispuestos a aguantar lo que nos echen, noches míticas incluídas :-))

    Un abrazo para las dos y, de nuevo, mil gracias por vuestras visitas y comentarios :-))

    Paquito.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Todo comentario, siempre y cuando sea educado, es bienvenido.

Quizás te pueda interesar...

Es cuestión de organizarse

Cuando sí puedes soportar la verdad

Tener un coche en Holanda

Cuando Holanda fue productor de cocaína más grande del mundo

Pensando, deprisa y despacio