Russia - Episodio 5 - Parte 2/4 - Hola Coca-cola

En el capítulo anterior:
Elza: Sí.
Paquito: ¿Sí?
Elza: Sí. Te conozco y ya sé porqué llamas: Ya he reservado el taxi del aeropuerto al hotel y el taxi del hotel a la oficina. También he re-re-confirmado todo en el hotel.
...
Señor X: Sí… Si yo te pregunto: ¿Sabes que hora es?… ¿Tu qué responderías?
Paquito: Pues son las 21:45
Señor X: Bien… Pues un suizo podría responderte "Sí"… 
Russia – Episodio 5 – Parte 2 – Hola Coca-cola.

El aterrizaje se produjo, puntual, sobre las 2 de la mañana... Recogimos nuestras maletas "prioritarias" y, después de conseguir un poco de dinero local (el Euro te malacostumbra) salimos a la terminal de llegadas donde, como ya irá siendo habitual, un señor nos espera con un cartelito que indica el nombre de la empresa para la que trabajamos.

En el camino a la ciudad, disfruto una vez más de la historia del Sr. X y, por un momento, me siento la persona más afortunada del mundo, al escuchar y conocer episodios de nuestra historia a través de aquellos que la han vivido...
Sr. X: Mira...
Al fondo veo un IKEA y me vengo arriba:
Paquito: Sí señor... Se negaron a pagar el impuesto de las mafias para conseguir el tendido eléctrico y, durante meses, se auto-abastecieron de energía con generadores diésel.
Sr. X: Yo me refería a esas tres cruces.
Paquito: Ah... ¿Y qué son?
Sr. X:
Esas tres cruces indican hasta donde llegaron los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
Paquito: Pero... Eso quiere decir que se quedaron a las puertas de la ciudad...
Sr. X: Alucinante, ¿Verdad?
Y por fin, después de unos 40 minutos conduciendo a toda velocidad, en una preciosa noche de verano en la capital de la Federación Rusa, entramos por todo el centro de la ciudad, bajando por la Tverskaya  ulitsa hasta encarar el Kremlin, girando después a la izquierda para enfilar la Mokhovaya ulitsa, cruzando entre el Bolshoi, la estatua de Karl Marx y, no sé cuantas cosas más, todo ello sin apenas tráfico, en uno de esos momentos en los que una de estas enormes capitales son, de lejos, los lugares más plácidos del mundo.

La llegada al hotel se produjo a las 3:10 de la mañana. Espectacular, por cierto, con la catedral de San Basilio y el Kremlin de fondo, a tiro de piedra aunque, el cansancio, las prisas por ir a dormir y las ganas de empezar el día lo antes posible, me hicieron entrar directamente al hotel donde, con una enorme amabilidad, fuimos recibidos para, registrarnos, fotocopiar nuestros pasaportes e irnos directos a la cama...

Me dormí sobre las 4 de la mañana, después de organizar la habitación, ropa, mesa de trabajo, caja de seguridad, etc. Etc. Etc. (bienvenido a mi vida).






Justo antes de dormirme, hago una inspección al minibar y demás y, con asombro, descubro que tengo, junto al susodicho, una sección de "regalías y similares" de flipar:


3 horas más tarde, a las 7:00, suena el teléfono y una dulce voz de gatita me despierta dándome los buenos días…

Empieza el show…

Estoy a punto de afeitarme cuando llaman a la puerta: al haber llegado tan tarde, me han preparado una jarra de café con una cookie de chocolate y el periódico del día...


La amable señora lo deja en mi habitación y, ahora sí, empiezo con todo el proceso de higiene personal que acaba sobre las 8:30 de la mañana…

Momento impagable al ir a abrir un bote de gel y ver el típico precinto de la tapadera donde pone "Safety Seal" ("Precinto de seguridad")..


Esta excusa es tan absurda como otra cualquiera, pero me sirve para hacer el gilipollas durante un ratito (es prescriptivo hacer el idiota una vez al día y, cuanto más pronto, mejor :-)) y, en plan, película de espías, me pongo a crear un diálogo con el Sr. Presidente (sólo he dormido 3 horas y necesito reírme: no estoy loco, que conste :–)):
Paquito: Sr. Presidente.
Sr. Presidente: Dime Paquito.
Paquito: He roto el "Precinto de Seguridad".
Sr. Presidente: ¡No me jodas! ¿Dónde estás?
Paquito: Estoy en Moscú: 7:15 hora local, señor.
Sr. Presidente: ¿Qué dices? ¡Pues yo no despierto a Putin a estas horas! ¿Tu sabes la mala leche que tiene de buena mañana?
Paquito: Hombre, pues tuitea a Medvedev, que es geek y coleguita.
Sr. Presidente: ¿Coleguita?
Paquito: Sí... ¿No te acuerdas de que Steve (Jobs) le hizo una demo del iPhone 4?.
Sr. Presidente: Steve, yo, nosotros... La estrategia...
Paquito: ¡Anda qué!
Sr. Presidente: Hablando de Steve... ¿Qué dice Jrinsflins?
Paquito: La última es que no le gusta "la nube" y mucho menos si es el de Apple.
Sr. Presidente: Pero... ¿Vio el resto del Keynote? ¿Ha visto lo de Lion y lo de iOS5?
Paquito: Se lo he preguntado, pero no responde. 
Momento impagable, también, cuando me afeito...

Te pongo en contexto: tengo una piel muy sensible, de ahí que, como mucho, me puedo afeitar cada 4 o 5 días... Por motivos de trabajo, esta vez tengo que apurar, haciendo apenas 3 días desde la última vez...

Por más cuidado que pongo en el proceso, al final se me acaba irritando la piel y, después de ponerme un poco de crema hidratante, al ponerme un poquito de perfume...

Digamos que sucedió algo parecido a esto:


Una vez duchado y afeitado, me visto y, como voy con un montón de tiempo, empiezo a desayunar en la habitación, tomándome un café y viendo las noticias en la tele rusa...


Y todo va bien hasta que, ¡Cómo no! Se ponen a retransmitir todas las novedades que el amigo Steve había presentado en su famosa conferencia de desarrolladores, momento en el cual me da por acordarme del diálogo anterior que he tenido en el baño y que, por absurdo, me hace sonreír...


Hora de bajar a la zona de desayunos: llego un par de minutos antes que el Sr. X (no me gusta hacer esperar a la gente) y nos ponemos a ello cuando, en uno de esos momentos que uno deja de zampar como si le fuera la vida en ello, levantas la cabeza y te das cuenta de que...
Paquito: ¡Joder!
Sr. X: ¿Qué pasa?
Paquito: ¡Eso!
Al girarse, el Sr. X observa como, un maravilloso día soleado y sin nubes, saluda a la majestuosa Catedral de San Basilio...
Paquito: "¡Wow!"
Sr. X: Alucinante... ¿Cómo conseguiste este Hotel?
Paquito: No he sido yo: ha sido Elza...
En las horas anteriores, mientras enfilábamos en el aeropuerto hacia la "Zona Gambas-Plancha", le dije al Sr. X que tenía que comprarle un detallito a la asistente rusa más maja que el mundo ha tenido el placer de conocer...
Sr. X: Tienes razón... Primero hagamos los recados y después nos ponemos a currar.
Así por tanto, después de desayunar, enfilamos hacia el hall donde, después de un par de minutos de espera, decidimos directamente salir fuera y así disfrutar del maravilloso día y de las increíbles vistas que el hotel nos brinda:


Por fin, unos 4 minutos más tarde, un amable señor aparece con un cartelito donde se puede leer el nombre de la empresa para la que trabajamos...

Y, por tanto, en apenas 10 minutos de trayecto, estamos en la oficina y, como ya me conozco de memoria las entradas y salidas, guío al Sr. X para evitar los famosos registros y demás que, de otra forma, toda persona tiene que efectuar para mantener un control del número de personas en el lugar (ya se sabe: si pasa algo, hay que saber quién está dentro)...

De fondo, un Starbucks recién inaugurado en el edificio empresarial en el que estamos (que tiene peluquería  tintorería, varios restaurantes, bancos...).

Todavía no lo sabía, pero el Starbucks me salvaría la vida al día siguiente.

Son las 9:55 de la mañana y la entrada esta vez se produce "por la otra puerta": la organización está creciendo y ya ocupa toda la última planta de una de las alas del edificio, cambiando, a su vez, la zona de recepción y entrada principal.

Una vez dentro, empiezan los buenos días en varios idiomas mientras, ¡Cómo mola! Soy recibido con amables sonrisas de quienes, hace ya un año, me vieron por última vez haciendo el cabra por el lugar...

Antes de empezar mis reuniones, le pido al Sr. X dos minutos para ir a darle a Elza sus muy merecidos chocolates y, con ellos, unas decenas de miles de "Spasivas" por ser tan genial...
Paquito: Dobrei Utra.
Elza: Hola Paquito.
Paquito: ¡Te hemos traído esto! De parte del Sr. X y mío: ¡Mil gracias por todo lo que haces por nosotros!
Compi de Elza: ¡Cómo te cuidan Elza!
Paquito: Es que como Elza no hay dos :-))
Elza: Gracias... ¿El hotel está bien?
Paquito: Elza... El hotel es espectacular: mil millones de gracias.
Compi de Elza: ¿Dónde se alojan?
Elza: en el Baltschug Kempinski (ahora es cuando lo gugleas ;-))
Compi de Elza: ¡Jandemore!
Paquito: A-LU-CI-NAN-TE.
Elza: ¿Necesitas un coche para esta tarde?
Paquito: Luego te lo confirmo. Necesitamos también un coche para el Sr. X para mañana por la mañana, porque él tiene que volverse a Amsterdam.
Del contenido de mis reuniones, obviamente, no puedo hablar... En la primera se produjo un momento legendario cuando, preguntado por alguien, le conté la historia de mi vida...
Paquito: Estudié y trabajé en Francia.
Sr. Y: Ajá... ¿Y qué hiciste allí?
Paquito: Pues tal tal y Pascual...
Sr. Y: Después... ¿Qué hiciste?
Paquito: Volví a España y trabaje en Guirijander.
Sr. Y: Ajá... ¿Y después?
Paquito: Después me fui a Alemania y trabajé en una empresa de software.
Sr. Y: ¿Qué hiciste allí?
Paquito: Pues pitos y flautas...
Sr. Y: Ajá... Oye... Y en Guirijander, ¿Qué hiciste exactamente?
Paquito: Hice el capullo...
Obviamente "hacer el capullo" es una forma encriptada de definir lo que hice (algunos ex-compañeros creo que tomarían las palabras de mi metáfora de forma literal, porque de todo hay en la Viña del Señor y por algo un día me fui para, aquí sí, "dejar de hacer el capullo", literalmente :-)).

Pero lo más alucinante es que, de pronto, al Sr. Y le cambia la cara...
Sr. Y: ¿Tu hiciste el capullo en Guijirander?
Paquito: Sí... Yo era el máximo responsable de hacer el capullo en Guijirander en España, aunque hacer el capullo requiere coordinación con EMEA y Corporación.
Sr. Y: O sea... Que tu sabes cómo hacer el capullo pero a base de bien, ¿No?
Paquito: Sí, claro... También formaba a partners y a empleados para hacer el capullo... Incluso estaba a veces involucrado en temas con clientes finales cuando tenían problemas o dudas para evitar capulladas de grosa magnitud...
Ahí, el Sr. X. preguntó porqué era tan importante hacer el capullo...
Sr. Y: hacer el capullo es un tema harto complicado... Y él lo hizo: ¡Wow!
Paquito: Sí... Y lo más divertido es que, en su día, fue la persona que hacía el capullo más joven en todo Guirijander... 
A la hora de la comida, el Sr. X y yo somos acompañados por un compañero de origen italiano y otro de origen japonés que trabajan en la oficina de Moscú...

Antes, eso sí, veo a nuestra hispanohablante favorita (la que, un año antes, me sorprendió in-fraganti dándolo todo con Frinsflins al teléfono), la cual, al pasar a su lado, me mira y, con sus enormes ojos azules, me dice un "¡Hola!" al que respondo con un "¡Coca-cola! Luego tengo que hablar contigo, que tenemos temas pendientes" en castellano, quedándome más ancho que largo (¡Qué gusto da poner comunicarse en el idioma materno de uno! :-)).

Entre bote y bote, sin pagar a escote, acabo siendo partícipe de una maravillosa sobremesa donde, además de los temas de conversación y de la extraordinaria compañía (ya se sabe: calladito y escuchando atentamente), de pronto remarco algo curioso:
Paquito: Globalización...
Sr. X, G y M: ¿?
Paquito: Un Italiano, un holandés, un japonés y un español comiendo en un restaurante en Moscú...
Ellos: Sí...
Paquito: Pero... Observad lo que comemos: el italiano y el holandés están comiendo un plato mexicano, el japonés está comiendo comida italiana y el español está comiendo comida japonesa... La globalización es maravillosa...
En otra de las reuniones, el Sr. X me da paso y, antes de eso, pregunta a la parroquia:
Sr. X: ¿Conocéis todos a Paquito?
Al asentir y sonreír todos, con un cierto revuelo y tonillo de "Noooooo... ¡Qué va!", reformula la pregunta:
Sr. X: Vale... Más fácil: ¿Hay alguien no conozca a Paquito?
Truco del almendruco: como tengo un nombre "largo" para los estándares europeos (dos nombres y dos apellidos), desde hace muchos años que, cuando me presentan a alguien, simplemente digo "Soy Paquito", cosa que, afortunadamente, se ha convertido en mi arma para que el personal recuerde mi nombre, siendo, para mi vergüenza personal, no recíproca la acción, porque mi memoria es HORRENDA para los mismos (cosa por la que, conste, pido disculpas constantemente a todos aquellos que me rodean).

En esta reunión conoceré, por primera vez, a aquella persona a la que entrevisté por teléfono desde Amsterdam... Durante los dos días siguientes descubriré a una persona tímida y, de paso, me encargaré de que me pierda cualquier miedo o respeto, para que, de esa forma, pueda hacer su trabajo de la mejor forma posible...
Paquito: Me puedes llamar cuando quieras... Yo siempre estoy disponible para preguntas de negocio: ¡Doy mi móvil en las presentaciones! ¡Ya lo sabes! :-))
A: Ya pero... ¿Y si estás en una reunión?
Paquito: Si estoy en una reunión, ya me encargaré de decirte que estoy reunido. Nunca molestas y nunca hay preguntas en mal momento, todo lo contrario :-))
A: Vale vale :-))
Todo va fantásticamente bien: ya digo que no puedo contar nada de lo dicho o visto en esas reuniones pero, sobre las 17:00 de la tarde, salimos disparados para el hotel para descansar un poquito y, a las 18:30, refrescados y "vestidos de civiles", salimos a darnos un garbeo por la Plaza Roja, los Jardines de Alexander, los alrededores del Kremlin y por la zona cercana al hotel, donde, finalmente, después de un buen trasiego, decidimos cenar en un restaurante japonés...

Pero, ya se sabe: en primer lugar, hay que rendir pleitesía a "la vieja dama":






Y, por supuesto, maravillosa conversación con el Sr. X acerca del truquito que siempre os menciono sobre la Catedral de San Basilio y que, el día que vayáis a conocerla en persona, seréis capaces de descubrir (los rusos son unos genios en la gestión de las perspectivas y los volúmenes :-)).







Detalle a destacar: en la Plaza Roja, toda engalanada como para un evento de algo...

En ese momento no lo sabía, pero me explicarían un par de días más tarde porqué todo estaba como estaba en los aledaños del Kremlin (y que me explicaron en su día, pero soy medio idiota y olvido datos con facilidad: mi memoria ya no es lo que era :-((().

La cena en el restaurante japonés es deliciosa: decido tirar fotos de todo lo que voy comiendo, por aquello de que últimamente el personal tiene obsesión con que no como (no quiero mirar a nadie :-)) y, después de un homenaje legendario, volvemos dando un agradable garbeo por la avenida próxima al hotel, viendo también lugares curiosos que, "sólo en Moscú", puedes encontrar...






La pregunta aquí es: ¿Y cómo pedisteis la comida?

No es mala pregunta: el menú era visual así que, entre que conseguíamos averiguar lo que eran los platos y, más importante, el hecho de que el Sr. X. chapurreara un poquito de ruso, hizo de la experiencia algo fantástico :-))

Pero el Sr. X tiene que volver a Amsterdam mañana y se despide de mi. Elza le ha puesto un Taxi a las 7:30 de la mañana y él, aunque inicialmente pensó que era demasiado pronto, tuvo suerte, porque a las 8:30, la carretera que va hacia el aeropuerto fue cortada para dar paso a las autoridades rusas que iban a no sé donde (alucinante: cortan toda la carretera para que los señores vayan al aeropuerto... Flipo)...

Y así, cuando finalmente llegué a mi habitación y cerré la puerta, una sensación que, desde hacía más o menos 3 años que no sentía, entro en mi y embriagó hasta la última de mis células...


Sin embargo, en el apogeo de mi momento místico, algo me dijo que tenía que hacer una llamada y así, a las 12:00 de la noche, hora local, mi querido compañero de viaje se conectó a la red de redes y, vía SKYPE, viajó unos 10.700 kilómetros para, en el nuevo continente, conectar con otra de esas mega-capitales que el mundo posee y, así, poder conversar con alguien que, esa noche para mi, tarde para ella, tenía que saber lo que estaba pasando...

El contenido de esa conversación, también, se queda en otro de esos silencios que abundan en mi vida, pero sé que, aquella noche, a miles de kilómetros de distancia, alguien recordó porqué hacemos lo que hacemos, porqué resistimos y seguimos adelante, aún cuando no nos quedan fuerzas, cuando creemos que todo está perdido y que, en realidad, deberíamos dejar de soñar para así convertirnos en "ciudadanos de bien" que tienen que hacer "lo que tienen que hacer y dejarse de pamplinas"....

Y eso, como le dije "no debes olvidarlo: todo lo que estás consiguiendo es sólo el principio... Prepárate para todo lo que viene" :-)).

Así por tanto, después de la llamada, programé un reloj despertador sobre las 2 de la mañana, dado que el botoncito de programación de alarma del teléfono no hacía nada...

Una pena que no pusiera el botón de la alarma en posición "On" para que así sonara...

Me quedé dormido sobre las 2:30, después de un baño aromático y de un canal de televisión ruso explicándome que los pepinos europeos eran malos malísimos y que estábamos muriendo en Europa como chinches.


Mañana iba a ser un día muy largo y empezaría con prisas, pero, en este momento, sólo sé que me dormí con una sonrisa de oreja a oreja...

El iPad, en la mesilla, mientras tanto, se quedó colectando noticias para mi siguiente despertar.



Las fotos de este día, también son accesibles haciendo click aquí :-))

Próximo Capítulo: Russia - Episodio 5 - Parte 3/4 - Sano y Salvo.

Comentarios

  1. Muy buen post! Y ademas ya se ven bien las fotos!

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  2. :) sos un maniatico del orden!!! jajaja ..... me divirtio mucho tu post me quede con algunas interrogantes, pero la principal es la de tu cara.....je! las demas talvez sean mas faciles de decir. (Me divirtio sobre todo tu dialogo con el sr. presidente, este post ha sido realmente como entrar un poquito a tu dia dia, sin que tu dia dia, sea a si siempre je!)

    Un beso
    S.S

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  3. ¡¡¡¡ QUE ME PARTOOOOO !!!

    Entre lo de que falta tu cara por esas fotos y que me has quitado con muchíiiiiiiiiisima clase lo del título de "posh" mega con tutú rosa , me van a salir más arrugas o agujetas en el estómago :) .
    ¿¿ Al final habrá boda :) ?

    SALTAMONTES

    ResponderEliminar
  4. Estimados Santiago, S.S. y Santamontes (cuantas "eses" en los nombres :-))

    Gracias por vuestras visitas y comentarios: todo un placer :-))

    @ Santiago: es que ahora que tengo iPad, puedo visualizar el resultado :-))

    Espero que te gustara mi pequeño homenaje a Guirijander :-))

    @ S.S. Lo bueno de estar medio-zumbado es que, estas cosas, más o menos son así de forma regular...

    Un día que no sonreímos, es un día perdido :-))

    @ Saltamontes: ya deberías saber que yo estoy muy mayor para según qué cosas y que, "si hay que ir se va", por supuesto, pero que "yo estoy de lo mío"...

    Espera al episodio 4 para que te dé por reír otro buen ratito :-))

    Lo de la boda no lo he pillado, así que ya me lo explicarás :-))

    Un saludo a los tres y, de nuevo, mil gracias por las visitas y los comentarios :-))

    Paquito.

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