Viajes
Buenas,
Hacía tiempo que no escribía: disculpas en primer lugar por la tardanza pero, últimamente, entre el cansancio mental y las mil cosas con las que estoy, apenas tengo tiempo para sentarme y, sólo, escribir, como siempre he hecho y como, este blog lo atestigua, amo hacer.
La última vez que hablamos estaba en Madrid, un par de viajes en los asientos de emergencia más amplios del mundo, volvía de nuevo a la pequeña Venecia del Norte, dejando tras de mi Madrid, mi hogar y esa vida que, cada día, de alguna forma u otra, echo de menos.
¿Y en Madrid qué hice? Pues comer, dormir, visitar a la familia, reír y disfrutar de todo ello en grata compañía: explicar el cariño que uno encuentra allí abajo es el motivo por el cual, hace poco, en una cláusula de un contrato, al hablar de "Home Country" ("País base" o "País hogar") respondí "Spain" (España) y, al ser interpelado, por cuanto, a efectos laborales, soy holandés, respondí:
"Un momento: Holanda es el país donde vivo, pero España es mi hogar"...
Durante el mes de Agosto, después de Madrid, vuelta a la rutina de los Países Bajos, salvo por un pequeño detalle del que, a día de hoy, en uno de esos pronunciados silencios, sólo puedo decir que, "va", con aquello de esperar a lo que el futuro nos pueda traer y ofrecer.
Con eso de que uno, además, tiene buenos amigos y, para mi orgullo, le aprecian, en un inesperado giro, la región de Europa del Este reclamó mi presencia para una reunión en Viena, de ahí que, al preparar la misión, mi amable compañero (y amigo) esloveno preguntó cómo nos lo montaríamos:
El: Vienes el día anterior. Podemos cenar y salir por ahí con "Ella".
Paquito: Vale. Estamos en Viena: hay que cenar "Wienerschnitzel" y después tenemos que salir por la noche.
"Ella" es una compañera de Ucrania que es un cielo en La Tierra: los tres estamos trabajando en un proyecto y, con eso de que nos hablamos teléfono, e-mail y, por aquello de aquel famoso primer viaje-madrugón a la ciudad del Danubio, era la oportunidad para volver a vernos y tener una noche fantástica juntos, por aquello de que somos "juveniles" (o unos más que otros) y que, aunque parezca que no, cuando hay que darlo todo, me pongo en primera fula.
En el último minuto, me asignan un compañero al viaje, de ahí que, con un pequeño aviso al comando esloveno-ucraniano, aterrizo por la noche en Austria y, tras unos 30 minutos de taxi, alcanzamos el hotel en el corazón de una, todo hay que decirlo, preciosa ciudad...
En el hotel, "el reencuentro": abrazos llenos de cariño para gente que, definitivamente, pertenece a una parte del mundo que me fascina.
Y así, 10 minutos más tarde, enfilamos la calle para, pequeño paseo turístico por centro de regalo, disfrutar de la noche vienesa.
"Wienerschnitzel" es lo que llamamos en España "Escalope Milanesa" y, siendo algo típico del lugar, uno tiene EL DEBER MORAL de apretarse uno, por aquello de no desentonar y formar parte del paisaje.
Una cena maravillosa donde, al final, acabaré rilado (el "escalope" era del tamaño de una pizza mediana en el Telepizza español) y cuando el compañero que viajaba conmigo, el hombre, pidió volver al hotel para descansar, "los 3 mosqueteros" se decidieron a invadir Viena y tener una noche mítica...
"For the record"; éste fue el Schnitzel que me apreté:
"Un esloveno, una ucraniana y un español van por la calle"... Lo que suena a chiste malo con moraleja de tópicos absurdos donde siempre, siempre, el español gana por goleada en burradas o estupideces, resultó ser una fantástica combinación donde, sí o sí, acabamos dándolo todo, después de un par de bares donde, entre otras cosas, disfruté de unas maravillosas cervezas "blancas" (y a mi no me gusta la cerveza: ¡Imagina! :-)).
Momentazo impagable lo de nuestra compi que, gastando unos taconazos imposibles, tenía que ir por la calle agarrada a mi, por aquello de que, la suela del tacón, era exactamente del tamaño de los espacios entre baldosas del suelo, quedándose un par de veces, literalmente "clavada" en el suelo mientras, a los demás, nos daba el ataque de risa...
¿Se imaginan que sucedería si alguien tuviera una cámara a mano?
PROCEDURE:
Sí: también lleva mi corbata puesta: una larga historia...
Acabamos en un sitio muy peculiar: un sitio muy pijo donde, gracias a mi corbata y a mi deslumbrante acompañante, conseguimos pasar mientras mi colega esloveno, que iba más de Sport, se reía de que, la última vez, no le dejaron entrar...
El: ¡Alucinante! ¡La última vez no nos dejaron entrar! ¡Y eso que iba con un jefazo!Paquito: Hombre: ¡Tienes que considerar el factor "Pivonazo ucraniano"!Ella: ¡Pero bueno!Paquito: ¡No te indignes! ¡Lo primero que ha hecho el gorila ha sido mirarte de arriba a abajo!El: JajajajajajajajaElla: Sois imposibles :-))
Y así, en una séptima planta, en el corazón de Viena, con la ciudad a sus pies, tres amigos disfrutaron de una noche gloriosa que acabó cuando a "Cenicienta" le dio por mirar el reloj y dio "las buenas noticias":
Ella: Deberíamos volver al hotel.El: ¡Ni de coña!Paquito: ¡Noche mítica! ¡Noche mítica! ¡Vamos a morir! :-))Ella: son las 2:30...Paquito: ¡Copón! ¡Que yo tengo reunión con vuestros jefazos a las 8:30! ¡Al hotel de cabeza!El: ¡Ahora sí que vamos a morir! :-))
A las 6 de la mañana, un español se levanta medio inconsciente y comienza el proceso supra-paranoico de abandono de la habitación: soy el primero en levantarme, así que, sobre las 7, como me conozco el percal, bajo a recepción y pido que toquen corneta en las habitaciones de los demás.
Desayuno con tranquilidad pensando en que, desde el día anterior, estoy en Viena y estoy hablando en alemán, cosa sorprendente, teniendo en cuenta que yo no hablo alemán, pero de mis tiempos en Darmstadt, algo se ha debido quedar en el disco duro, porque soy capaz de explicar lo que quiero y, más divertido, soy capaz de entender lo que me dicen.
Señora de la comida: Servus!Paquito: Guten morgen! Belén, Kannst du bitte machen Sie mir ein Omelett?Señora: Belén?Paquito: Ja! Bitte: Ich möchte eine Omelett mit allen!Señora: Mit allen!Paquito: Ja! Arrás! :-))
Traducción:
Señora de la comida: ¡Buenos días!Paquito: ¡Buenos días! Belén: ¿Me puedes hacer una omelete?Señora: ¿Belén?Paquito: ¡Sí! ¡Por favor! ¡Me gustaría una omelete con todo!Señora: ¡Con todo!Paquito: ¡Sí! Arrás! :-))
Después de un ratito, el resto del comando aparece en la zona de desayunos: vamos tarde, así que, cuando estamos saliendo, tomamos un coche y, en mitad del camino, llamamos a la ofi para comunicarles que llegamos con retraso:
Señor Importante: ¡Buenos días!El: ¡Buenos días! ¡Vamos a llegar tarde porque hay obras en la carretera que hemos tomado!Señor Importante: ¡Vale! ¡Yo ya estoy aquí! Cuando lleguéis, subid directamente.
Este morrazo increíble acaba con nosotros en el coche muertos de la risa y, por fin, después del correspondiente ratito, llegamos a la oficina, con el impagable momentazo en recepción de la chica que tiene dos monitores con un logotipo muy conocido en este blog y conmigo, corriendo como un loco, para llegar a tiempo a mi planta y a la sala de reuniones donde me esperan.
¿Y entonces? ¿Qué sucedió?
¡Lo di todo! ¿Para qué engañarnos? ¡Lo hice que te cagas! ¡Alucinante! ¡Mítico! ¡Legendario!...
Tu podrías pensar que, claro, siendo yo mismo el que estaba allí, podría estar exagerando y que, en última instancia, incluso, podría estar mintiendo...
Pero el log de mi agenda no falla: mi reunión inicialmente debía haber durado 30 minutos y, sin embargo, acabó durando 60, con las personas a las que tenía enfrente entregadas, preguntándome 14.000 cosas e, incluso, con, de momento, la mejor pregunta y la mejor respuesta que he dado en mis 11 años de carrera profesional:
Señor Importante: Paquito... Todo esto está muy bien pero: ¿Cuándo será posible acceder a ello?Paquito: Buena pregunta... La respuesta es "Hace una semana".Señor Importante: ¿Hace una semana?Paquito: ¡Sí! ¡Yo mismo os creé los accesos! ¡Están en vuestros e-mails! ¡Los envié el viernes pasado! :-))
Así que, después de esa reunión, empezaron mis sesiones de formación con mis cositas: comprender los problemas de toda una serie de territorios, con todo tipo de preguntas en ambas direcciones, de mis asistentes hacia mi y de éste que te habla hacia ellos, queriendo comprender cómo son las cosas en sus países.
Y así llegamos a la hora de la comida, donde nuestro catering se empieza a retrasar y nuestros estómagos a rugir, momento donde uno, con esa chispa que Dios le ha dado, viendo a su compi con el agobio de que la manduca no llega, le hace sonreír con un:
Paquito: ¡No te preocupes! ¡Seguro que han pasado por donde están las obras de esta mañana!
Mi compañera ucraniana por poco se atraganta con el zumo de naranja cuando terminé de pronunciar la frase: ¡Impagable!
Después de la sesión de la tarde, salimos un ratito a que nos dé el aire: el edificio ha sido diseñado para conservar el calor, de ahí que, teniendo un día maravilloso, aunque el sistema de gestión de luz regula la entrada de la misma, yo me esté muriendo de deshidratación y ruegue que me saquen de aquí:
Ellos: Pero... ¿Qué te pasa?Paquito: ¡Que tengo un calor brutal! ¿No lo sentís? Es como si en este país quisieran decir "como somos de clima frío, nosotros tenemos un sistema de calefacción que lo flipas y te lo vamos a enseñar".Ellos: Jajajajajajaja :-))Paquito: ¡Aire! ¡Por favor! ¡Aire!
Y así, saliendo del edificio, nuestra ucraniana favorita se volverá a quedar clavada en el suelo porque, claro, en un país con frío y nieve, las entradas tienen un sistema de alfombrillas estrelladas que, al ir caminando sobre ellas, dejarán los restos de nieve "o lo que sea", en sus espacios, pudiendo así llegar al interior con el calzado "más o menos" limpio o seco.
Claro: en estos momentos de vergüenza ajena, donde una mujer podría decir el tan socorrido "Tierra, ¡Trágame!", es dónde uno echa de menos una cámara de fotos para inmortalizar el momento impagable...
O no... PROCEDURE:
"Vale. ¡Ya están fuera!".
"Pasito a pasito"...
"Mission Accomplished" :-))
Terminamos la tarde temprano y nos queda tiempo para tomarnos algo cerca de la oficina. Es un momento mágico donde aprenderé que, en Ucrania, según qué juego de palabras en español, puedes decir palabrotas (como, por ejemplo, "El traje negro", que no quieres saber lo que significa" :-)).
Y por fin, a las 17:30, hora de salir zumbando hacia el aeropuerto, de vuelta a Amsterdam, con tal mala fortuna que, mientras que mis compis y yo nos hacíamos fotos "tipo Tuenti" (desde arriba, en plan "enseñando canalillo y escondiendo papada"), me dejé mi teléfono en el asiento de atrás, de ahí que, de pronto, tuviéramos que montar un operativo de recuperación (momentazo infarto aquí, con mi compañera ucraniana llamando a mi compañero esloveno, el cual se puso a llamar a la compañía de taxis y, de paso, mi compañero holandés, que habla alemán, llamando al taxi que nos trajo, porque el tipo nos apuntó su licencia en el recibo).
Unos 50 Euros más tarde, por fin entramos en la Terminal y nos reunimos en "nuestro bar habitual" en el Aeropuerto de Viena ("habitual" quiere decir que sólo he estado una vez :-)) y allí, tranquilamente, con una cerveza blanca, me despediré de mi compi ucraniana (la cual me pidió que, sí o sí, vaya a Kiev para así descubrir su ciudad y su mundo) y, con mi compi holandés, enfilaré hacia mi puerta de embarque.
Estoy a punto de caer rendido en el avión cuando, en el último minuto, una amable chica se sienta a mi lado y comenzamos a hablar...
Originaria de Bielorrusia, vive actualmente en Tel-Aviv, en Israel, y es una experta en Marketing Digital que viene a Amsterdam a conocer a la compañía para la que trabaja desde su lugar de origen.
Es maravilloso conocer a gente así por el mundo: aprendes de todo, enriqueces tu visión de la gente y, más importante, escuchas y te quedas en silencio, cosa que, en mi caso, quiere decir que, o bien estoy entusiasmado con quien escucho o, en el peor de los casos, algo pasa que no me gusta.
Mi trabajo consiste en pensar y explicar las cosas que pienso: "escuchar" supone aprender, que se me dan parámetros nuevos sobre los que tengo que pensar, de ahí que, con los años, "hablar" se haya convertido en un extraño defecto de deformación profesional y, en cambio, "escuchar" sea un lujo asiático al que, cuando hay oportunidad, recurro como un sediento en medio del desierto.
Pero, durante dos días, he vuelto a sonreír como hacía tiempo que no lo hacía: un mundo distinto se presentó ante mi, con cariño y afecto y, créeme, no hay nada mejor en esta vida que ser recibido en un lugar con una sonrisa y con un abrazo...
Esa es quizás la diferencia: en Viena, las dos veces que he estado, he sido recibido con amabilidad y cariño, lo cual es duro, comparado con el lugar del que vengo, donde, poco menos, da igual que respires o que no...
Holanda te da cosas, pero nunca lo olvides, también se quedará con otras en el camino que, tarde o temprano, créeme, echarás en falta.
Así que, si es posible, la próxima vez que te encuentres con alguien de Ucrania o con alguien de Eslovenia, cuéntales la historia de un amigo tuyo que está en Holanda y que, según él te cuenta, son gente maja y amable: orgullosos y afectuosos los ucranianos, directos los eslovenos, porque esa es mi lección en este viaje, que me hará echar de menos tantas cosas que, en apenas dos días, he podido disfrutar.
Seguiremos informando... Eso es todo: ¡Europa del Este prevalece! :-)
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Si es que a mi Paquito lo quiere todo el mundo...
ResponderEliminarCuanto me alegra saber que has estado tan requetebien en tu viaje. Se agradece mucho encontrar gente maja cuando estás fuera de "casa"
Eres un crak nene...
Hola Sara,
ResponderEliminarMil gracias como siempre por tu visita y tu comentario: todo un placer :-))
No sé si me quiere todo el mundo, pero desde luego da que pensar cuando, allá donde vayas, sea donde sea, recibes siempre mucho más afecto del que uno puede recibir en el lugar en el que actualmente vivo.
Quizás es el carácter o la forma de ser de cada cual: en cualquier caso, siempre hablo desde mi perspectiva y, si alguien tiene una perspectiva distinta, pues eso, es también su propia percepción (procuro pedirle al personal que dude de mi, que viaje y que descubra por sí misma si lo que cuento se aproxima a la realidad o no: la primera regla es poner en duda todo :-)).
No sé si soy un crack: sólo sé que, allá donde una sonrisa es bienvenida, suelo hacer buenas migas :-))
Un besotazo enorme y, de nuevo, mil gracias por tu visita y por tu comentario.
Paquito.