Ya nos conocemos
- ¿Qué quieres que te diga que tú no sepas?
Lo solté así, sin pretensiones, sin ningún tipo de importancia o gravedad, como el soldado viejo, cansado de luchar y hastiado por ver el círculo de la vida pasar una y otra vez delante de sus ojos...
La persona que me hablaba por teléfono contrastaba conmigo las dificultades culturales que nosotros, los sureños bajitos, ruidosos y rebeldes, afrontamos al lidiar con los nórdicos, los rubitos, más altos y mucho más callados que, confrontados a nosotros, nos resultan un complicado puzzle de resolver...
No es la primera vez que oigo esa cantinela... De hecho, la semana pasada la escuché cuatro veces...
La primera venía de una mujer casada con un holandés y sus dificultades con una sociedad que reclama individualidad "siempre y cuando hagas lo mismo que los demás" (lo cual de por sí es un contrasentido, pero ponte tu a explicar por aquí que es eso del contrasentido y comprenderás mi famosa imitación de "la vaca viendo pasar al tren" :-)).
En la segunda ocasión, hablé de la bomba de relojería: no sabes realmente con quién estás lidiando hasta que un día, de un modo funesto e inesperado, algo sucede y lo cambia todo radicalmente...
Ni te lo has olido, pero ha pasado y la cara de gilipollas que se te queda es de cuadro de Velázquez...
En la tercera ocasión, al hilo de varias experiencias, escuché la batalla contra los molinos de viento de una persona y de cómo, a pesar de todos los pesares, seguía adelante, a pesar de que nadie en su familia (holandeses) se hubiera acordado de su cumpleaños...
Y ahí llegamos al domingo donde yo, dándolo todo, iPhone con auriculares con micrófono en ristre, batallaba contra el aire que me enfrentaba en mi paseo, sonriendo en algunos lances, extrañado en otros y, por encima de todo, con el temor de una de las teorías que, durante los dos últimos años, se ha macerado en mi intelecto...
Escuchando a veces a algunos grupúsculos de corte religioso, utilizan un concepto llamado "relativismo moral" que les sirve para, por una parte, justificar todos los males posibles del mundo y, de paso, reclamar la justicia de sus propias creencias...
Al hilo de esto, el otro día me asaltaron dos mormones y, desgraciadamente, iba con prisa pero aún así paré durante unos minutos y, después de los famosos "¿Creés en Jesús? ¿Eres feliz?" y todas esas preguntas que usan para llevarte al huerto, empecé una diatriba basada en dos preceptos:
1. Creo en Aristóteles.2. No hay nada como usar palabras complejas con estos, así como jugar "a la gallega" para hacerles la picha un lío...
Me gusta observar a estos grupúsculos, dado que sus técnicas de captación y adoctrinamiento son, aunque no lo parezca, dignas de estudio (aterradoras, sí, pero realmente bien diseñadas).
Volviendo al tema: cuando vives en una sociedad que no es la tuya con costumbres casi opuestas a aquellas que has visto a tu alrededor toda tu vida, una de las primeras acciones es hablar con gente similar a ti al respecto de aquello que ves, no vaya a ser que:
1. Estés loco de remate.2. Te lo estén haciendo a ti en particular el grupo de personas que te rodea.3. Todo forme parte de una conspiración judeo-masónica-bolchevique instigada por los poderes fácticos de Raticulín...
El relativismo moral parte de nuestra voluntad para ceder... Venimos de sociedades donde la teoría cuántica que los físicos elaboraron a principios del siglo XX forma parte de nuestra vida cotidiana (explícale tú a uno de estos lo del "Sí pero No", el "No pero Sí", y que ambos son posibles y diferentes a la vez)...
Mejor: tu explica lo del "Mucho lirili y poco lerele" y verás qué gracia...
Einstein nos cuenta que el tiempo el relativo... Esto lo descubrimos por allí abajo hace muuuuuuuucho tiempo, cuando la vecina de turno te enganchaba para cotillear y el vecino del cuarto se unía al aquelarre casero...
El relativismo moral empieza cuando, en nuestro deseo por entender lo que nos rodea, empezamos a considerar "normal" cosas que, en otro contexto, serían perfectamente inaceptables...
Peor aún, no sólo ese tipo de cosas empiezan a ser normales, sino que empiezas a justificarlas, como la madre que intenta justificar la gamberrada de su niño pequeño o como el estudiante que le cuenta al profesor que su perro se ha comido los deberes.
Y de pronto, ahí lo tienes, delante de ti: personas perfectamente funcionales defendiendo lo indefendible como si fueran ellos quienes lo hacen en primera instancia...
George Orwell escribió una vez (espero que la traducción sea buena :-)):
"No es una cuestión de si la guerra es o no real, porque la victoria no es posible... Las guerras no tienen como propósito ser ganadas, sino tienen el propósito de ser continuadas. La sociedad jerarquizada sólo es posible a través de la pobreza y la ignorancia. Esta nueva versión es el pasado y ningún otro pasado diferente pudo haber existido. En esencia el esfuerzo bélico se crea siempre para mantener a la sociedad al borde de la hambruna. La guerra es articulada por el grupo dominante contra sus propios súbditos y su propósito no es la victoria contra Eurasia o Estasia, sino para mantener la propia estructura de la sociedad intacta".Es decir: tu propia existencia desafía los valores de la sociedad dominante en la que vives, de ahí que, efectivamente, "éstos" (que están por encima de ti, por cuanto tu eres el ajeno) se permitan decirle a mí amiga cómo criar a sus hijos, o cómo te tratarán como les convenga y, además, por más esfuerzos que hagas por integrarte, recuerda, nunca serás aceptado como "uno más", sino que, a lo sumo, serás asimilado y desposeído de tu identidad (denle gracias aquí al Calvinismo, hablando de religión), lo cual te llevará a justificar las acciones de aquellos que te oprimen (y esto no es ninguna broma) con tal de auto-otorgarte un estatus que, en esencia, no te quieren dar.
Recuerda: "Maaiveldcultuur"... "“Doe maar normaal dan doe je al gek genoeg” ("ser normal ya es lo suficientemente inusual")... Tu representas diferencia y desafío para todo aquello que conocen, mucho más que en otros lugares (y te digo, si has vivido en otros sitios, te habrás dado cuenta de que las habas son distintas en otros lugares).
Esto te lleva por tanto a la terrible frustración que tu riqueza cultural te ofrece... Vives en un lugar donde tus valores no sólo no se aplican, sino que, además, como consecuencia de tus actos, tienes la constante sensación de que tú sueles ceder más a menudo que ellos (y eso, que somos de ahí abajo, al final nos provoca recochura, porque somos todos encantadores y majísimos, sí, pero tenemos recochura y cuando nos da el ataque recochúrico tenemos más peligro que un mono adicto al crack con una metralleta y patines)...
A lo sumo, te dan un poco de tiempo, pero "su plan" (recuerda ese concepto) tarde o temprano se lleva a cabo...
A lo sumo, te dan un poco de tiempo, pero "su plan" (recuerda ese concepto) tarde o temprano se lleva a cabo...
Y si estás en él, fantástico... Y si no...
Tarde o temprano, recuerda.
Quizás por eso me empiezo a plantear un cambio de estrategia... Los anglosajones hablan de "tener una agenda" refiriéndose a las intenciones de una persona al hacer algo...
Los sureños somos cabrones como monos con ladillas, sí, pero esto de la agenda es algo que dejamos a los aspirantes a Joan Collins (la mala de "Dinastía" o Angela Chaning (la mala de "Falcon Crest"), los malos profesionales, ya se sabe...
Todos tenemos objetivos en la vida, pero lo del "plan" es algo muy subjetivo, un compendio de ideas que nos guían y que, sin mucha estructura, nos permiten ser flexibles...
Por aquí no: "el plan es el plan" y uno puede verlo en cuanto se propone descarrilar el tren... Nuestra ventaja es nuestra lateralidad de pensamiento: podemos ir de frente como un rinoceronte pero cambiar el rumbo, incluso empezar a correr en círculos... Entendemos que la vida no es una sucesión de acciones encadenadas, sino más bien un río cuyo agua busca salidas para seguir fluyendo (en mayor o menor medida: en esto yo soy mucho menos flexible que otras personas).
Por eso, a veces, cuando nuestro agua deja de fluir, es importante recordarnos los unos a los otros que no estamos locos, que podemos aceptar según que cosas, pero que ello no supone justificarlas ni restarles valor con respecto a las consecuencias de las mismas y su impacto en nosotros...
Es el principio del Tao que BMW explotó para un anuncio donde Bruce Lee lo explicaba (el famoso "Be Water, my friend"):
Así que fluye e intenta adaptarte, pero no te preocupes: el agua es agua y el aceite no lo es... Ambos fluyen, pero no se mezclan...
Así que, ahora que ya estamos todos alineados y sabemos que no estamos locos, por favor (mensaje cifrado) compra ese billete de avión de una puñetera y sigue fluyendo...
Eso es todo: ¡Ámsterdam prevalece!
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Lo de la bomba de relojería me suena de algo sí. Pero no estoy 100% de acuerdo en eso del plan y la agenda. Yo no creo haber formado parte de un plan (y ya no) o de una agenda....
ResponderEliminarBuenas,
EliminarObviamente no lo sabemos, pero sí sabemos qué ha sucedido después... Y las bombas de relojería funcionan porque alguien las programa...
Podemos creer más o menos, sentir más o menos, pero recuerda (reincido en mis palabras):
A lo sumo, te dan un poco de tiempo, pero "su plan" (recuerda ese concepto) tarde o temprano se lleva a cabo...
Y si estás en él, fantástico... Y si no...
Tarde o temprano, recuerda...
Ya te dije que, desafortunadamente, no eres ni la primera, ni la segunda, ni la tercera... Es cultural: "funcionan así" (y te daría ejemplos concretos con hasta 60 años de distancia, llegando incluso a personas que estuvieron aquí antes de la Segunda Guerra Mundial que coinciden en el modus operandi).
Existe una agenda, un plan... ¿Formas parte de él? ¡Cojonudo! Un día el plan cambia... Te pueden informar (o no, dependiendo de su conveniencia) y a partir de ahí, empieza la cuenta atrás...
Recuerda: "ike ike ike en de rest kan stikke".
Es terrible, en especial cuando lo vives en primera persona... De pronto uno se encuentra contrariado: no da crédito, no lo puede creer...
Los diferentes estadios del duelo aquí se reproducirán fielmente:
1. Negación.
2. Ira
3. Negociación.
4. Depresión.
5. Aceptación.
Y cuando quieras, lo hablamos por teléfono :-))
Un abrazo,
Paquito.
yo salto de un estadio a otro según sopla el aire...
ResponderEliminarNo... Tercera fase: "Negociación" :-))
EliminarY yo contesto, como afectado por otro lado pero en la misma situación. ¡¡¡Sigue y compra el billete a España!!! Espero que pases del estado 3, negociación, al 5 directamente, aceptación, sin pasar por el 4, depresión. Al final todo será GEZELLIG!!!!!
ResponderEliminarBuenas,
EliminarUn placer el verte por aquí (otro que tal baila :-)).
Me alegra que te unas a la propuesta popular (¿Qué quieres que te diga que tú no sepas? :-)).
En fin, a ver qué nos cuenta en su blog nuestra querida Pelocha :-))
Un abrazo señor: mil millones de gracias por tu visita y por tu comentario.