Paris - El Regreso
Buenas,
Muchos de los que me conocen el origen de todo lo que nos ha traído hasta justo este momento en el que, en un soleado día de Domingo, en una habitación de hotel en Lisboa, escribo sobre mis aventuras y cuento la forma en que percibo y descubro los distintos vericuetos que conforman nuestro mundo.
El punto de origen en todo esto se encuentra en las Galias, allá donde Asterix combatió irreductiblemente contra aquellos romanos que estaban, según Obelix, bastante locos y a los que un día el cielo les caería sobre sus cabezas.
El año (o años) en los que esto sucedió fueron el 2000 y el 2001: en el primero de esos años, en Septiembre, como Lina Morgan, un chico de pueblo emigrado a Madrid salió de su país para aprender y vivir otras cosas en el mencionado país y, aunque los primeros meses fueron duros, en Octubre del siguiente año, ese mismo chiquillo, se volvía a su amado país entre lágrimas.
Volvería una vez más en el año 2005 a su capital, donde tuve momentos maravillosos y terribles, como los de dos torres en Nueva York que se desmoronaron con el impacto de sendos aviones pilotados por el odio.
Pero la vida tiene estas cosas y, la semana pasada, de igual forma que ahora estoy aquí, estuve allá y, esta vez, para mi más profundo placer, en la zona más contemporánea de la ciudad.
"Bienvenido a casa"
Distrito 92: "La Defense"...
Aterrizar en Charles de Gaulle y reencontrarte con una ciudad en plena alerta de alta contaminación te ofrece, entre otras cosas, que el transporte público en la ciudad sea gratuito, de aquí qué, como uno todavía recuerda según qué cosas, se tome el tren y llegue a su destino, pasando por toda la zona norte que separa el aeropuerto del centro de la ciudad (el distrito 93: ¿Recuerdas aquella vez que se liaron a quemar coches en París? Exacto: todo empezó ahí).
Al llegar por fin a mi destino y salir de la estación de tren, "El gran arco" se presenta majestuoso ante mí... En lugar de dirigirme a mi hotel, me quedo por la zona deambulando con mi maleta durante quince minutos, admirando los rascacielos y la enorme esplanada que los separa...
"Esplanada" y "Plaza" en París toman dimensiones gigantescas
El arco, tomado desde muy cerquita.
El día siguiente empieza conmigo caminando por la zona y descubriendo, entre otras cosas, los famosos aparcamientos "a la parisina", de los que tanto hemos aprendido en la Villa y Corte del café con leche en la Plaza Mayor de la señora alcaldesa.
"Te dije que entraba"
En un antiguo edificio de catorce plantas donde, a través de sus ventanas, contemplo el horizonte de la ciudad, con su colina del Sagrado Corazón, su icónica torre de hierro y una enorme boina de contaminación que ni en los mejores tiempos de Madrid...
Polución a Granel y la Torre Eiffel de fondo
El Sena...
Mis reuniones comienzan y mi presentación es en inglés: algunas personas no me siguen, así que, en una pausa, les digo que, si lo desean, podemos hacerlo en el idioma de Molière, teniendo en cuenta, eso sí, que hace años que no lo hablo y que, una vez más, va a sonar como el francés de un chico de universidad.
Allá vamos...
El show roza elementos dignos de una película de Pajares y Esteso, con momentos estelares tales como (traduzco):
Paquito: Sí claro... Es reemplazable si el usuario lo... ¿Cómo se dice "break" en francés?
Colega galo: "Rompe"
Paquito: Exacto "Rompe"... Iba a decir "Jode"... Ya digo: "la Universidad"...
Carcajada colectiva aparte, lo cierto es que me defiendo bastante bien y que, aunque hace mucho que no lo uso, sigue ahí dentro, lo cual me enorgullece.
Al final del día, antes de irme a cenar con los compañeros a un restaurante en la ribera del Sena, me escapo un ratito una vez más a La Defense, donde, justo en el otro extremo, se divisa El Arco del Triunfo, recordándome también los tiempos en los que solía pasear por Etoile, mientras bajaba, a través de la Avenida Victor Hugo, hacia Trocadero donde, justo antes de los Campos de Marte, la famosa obra de Eiffel se erigía orgullosa como el icono de la República Francesa.
El último día, desde otra planta, tomo más fotos sobre los edificios de alrededor. Los paisajes urbanísticos me encantan y, en este caso, Courbevoie, el antiguo pueblecito hoy absorbido por la jacobina parisina, muestra gigantescos edificios de oficinas y de viviendas (ni preguntéis los precios: de llorar).
Obviamente, más allá de lo meramente laboral y urbanístico, hubo momentos de gran felicidad al re-descubrir esa pasión que los franceses tienen por el buen comer (y a la que uno se apunta, aquí hay una simetría absoluta con ellos).
Fueron días de nostalgia y de reencuentro idiomático: en los próximos meses tendré que volver y, esta vez, publicaré más fotos (si es posible).
Mientras tanto, mi última foto en la puerta de embarque: esta semana toca Lisbona y Madrid... Seguiremos informando.
Eso es todo: ¡París prevalece! :-))
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Hola! llegué por casualidad a tu blog hace algunos meses (buscando información sobre la vida en Holanda encontré el blog de Pelocha y a través del suyo, el tuyo). Me gustaría sobre todo felicitarte. Disfruto mucho leyendo tus reflexiones, espero que no te moleste que te siga!
ResponderEliminarAh, y tus fotos me han encantado y sorprendido. Llevo unos meses viviendo y trabajando en París pero aún no he ido a la Defense, me falta tiempo para hacer cosas.
Sl2
Hola Sara,
EliminarGracias por tu visita y por tu comentario: perdón por el retraso (no doy abasto :-)).
En absoluto molesta: al contrario, siéntete invitada a participar y/o compartir tu blog si lo tienes (aquí al final nos seguimos los unos a los otros :-)).
Vete una tarde a La Defense y disfruta (voy para allá la semana que viene :-))
Un abrazo,
Paquito.