Mi última obsesión

Buenas,

Es una tarde-noche de elecciones municipales y autonómicas y España: enhorabuena a todos los premiados para los que su partido favorito haya sacado buenos resultados, ánimo para aquellos cuya opción política no haya conseguido lo que sea que quisieran y, con esto, acabamos de despachar esto (la buena noticia, ya te lo voy diciendo, es que esta noche, con independencia de los resultados, todos aparecerán en los medios diciendo que les ha ido de maravilla... En fin...).

Mi última obsesión, en estos días inciertos en los que vivo, es la recuperación de la memoria histórica del mundo de la tecnología.

Algunos recordarán que, hace un tiempo, publiqué mi lista de blogs y podcasts que sigo o escucho, por aquello de hacer un ejercicio de transparencia para así ofrecerte un contexto sobre mis influencias o referencias culturales.

Entre todas las referencias que rellenan mi lector de RSS (Feedly, para más referencia), se encontraba el siguiente blog:

Nombre: ASCII by Jason Scott
Página Güerrrrll: http://ascii.textfiles.com/
Idioma: Inglés.
Descripción: Blog Jason Scott, un empleado de The Internet Archive, la biblioteca virtual que intenta recopilar todo el contenido de internet o de cualquier elemento en formato digital para su análisis histórico.
Por qué: Peco en este caso de curiosidad científica por la labor que Jason lleva a cabo (te cuenta cosas curiosas sobre algunos de sus proyectos, como recopilar antiguos manuales de productos informáticos, juegos que ya no existen y que pertenecen a otra época, entre otras perlas)... Interesante.

Como uno es un poco obsesivo y, últimamente, el amigo Jason ha estado publicando un montón de cosas interesantes, me puse a rastrearle por Internet para saber de él y de su labor, descubriendo así la historia de una persona fascinante: una persona obsesionada con la preservación de la historia de la tecnología, buscando diskettes, revistas, CDs y todo aquello que pudiera explicar un poquito todo aquello que hoy utilizamos en nuestras vidas y que, a veces, tomamos por supuesto.

Su última labor en el Internet Archive (una página que está grabando y publicando todas las expresiones de conocimiento que pasa por sus manos) ha sido la de publicar todos los videojuegos de los años 70 y 80 de tal forma que puedas jugar directamente en ellos desde la Web (una virguería tecnológica y un lujazo para los nostálgicos del PC, Commodore, Atari, Amstrad...).

El tipo, además, ha hecho un par de documentales (uno de ellos sobre el origen de las Bulletin Board Systems, o BBS, y otro sobre las aventuras interactivas de texto) donde se ha dedicado a entrevistar a un enorme número de personas que, a pesar de que sus nombres no son recordados, son los héroes anónimos que nos han traído hasta este momento en términos tecnológicos y de comunidad conectada en Internet.

Es impresionante descubrir la labor de personas que, como Jason, buscan el preservar todas las formas de conocimiento humano, teniendo en cuenta la velocidad a la que estamos quemando etapas en los últimos 40 años (la producción de conocimiento, bien visual, bien escrito, se ha multiplicado en un factor de varios ceros: por poner un ejemplo, en Youtube, cada minuto, se suben cerca de 48 horas de video... Cada minuto).

Existen varias charlas en Youtube explicando su cometido: es inspirador escuchar a alguien que hace de una obsesión una forma de vida donde, además, encuentra diversión y confort para seguir adelante en aquello que el define como su pasión.

Ojalá tuviéramos más gente como Jason en este mundo: quizás deberíamos escuchar mucho más a lo que nuestro corazón nos pide, tener el coraje para hacer aquello que nos apasiona, seguir nuestro instinto allá donde nos lleve y, simplemente, dejar detrás de nosotros algo más bello o mejor que aquello que nos encontramos al llegar.

Eso es todo: ¡Ámsterdam prevalece!


Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es

Comentarios

Quizás te pueda interesar...

Tener un coche en Holanda

Es cuestión de organizarse

ChatGPT - Ahora empieza lo bueno

"No hay huevos" - La compra de Twitter por Elon Musk

Para mí Tanya es Ucrania