Vive la Resistance!

Buenas,

Nada como empezar el día con una noticia que me ha tocado en lo más profundo:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/07/actualidad/1475858612_013991.html
Ahora resulta que hay que hacer sesudos análisis para entender que en Francia (como en el resto de la Europa ocupada, ojito), la historia que los ganadores de la Segunda Guerra Mundial nos contaron no es "tan así" como nos hicieron creer.
Traducción: los fenómenos de resistencia fueron más pequeños de lo que nos han contado y, en algunos casos, dirigidos por extranjeros (en Francia, republicanos españoles entre otros).
Éste, es un debate que toda Europa tiene pendiente: sabemos quienes fueron los malos malosos (los alemanes), pero, al igual que con el Centenario de la Primera Guerra Mundial, un montón de cosas se han sabido discutir y contextualizar debidamente, en los asuntos que atañen a la Segunda quedan un montón de cosas pendientes...

Entre las cosas pendientes no sólo está el Holocausto Nazi (está más que documentado todas las barbaridades que le hicieron a judíos y a otras etnias o personas de ideología discrepante), no ya la colaboración con el invasor de mala gana (si te invaden, pues mal lo llevamos y poco puedes hacer), sino los entusiastas locales que adoptaron, defendieron y colaboraron para llevar a cabo las burradas que los alemanes hicieron...

De esta parte se habla poco: la historia la escriben los vencedores y, éstos, que hay que tenerlo muy en cuenta, son muy de lavar los trapos sucios en casa y que no los vea nadie, así que hay muchos temas sobre los que deberíamos reflexionar.

La mitad de Francia se rindió con el armistiscio del 22 de Junio de 1940: bien es cierto que les dieron la del pulpo en la Batalla de Francia y rendirse es legítimo si uno ve que no hay opción alguna para ganar una guerra (eso no está en discusión)...

El problema empieza cuando sabes que una parte de la población era proclive a las ideas de los señores (suelo contar, hecho verídico, que en mi año en Francia, por aquello de ser un toca-pelotas como nadie, me solía llevar al baño una enciclopedia de Francia, haciendo hincapié que, para los días donde la cabeza de la tortuga estaba tímida, nada como leer el episodio del Affaire Dreyfus, otro de esos episodios vergonzantes de la República de los Derechos del Hombre), parte sobre la que suelen dar un muy bien diseñado garbeo...

Esto, además, no es exclusivo de "aquí, mis amigos": nosotros venimos de un país donde todavía quedan cadáveres en cunetas de nuestra Guerra Civil (otra cosa de la que deberíamos aprender a dialogar y a hablar sin tapujos del asunto: hay que aprender a hablar del pasado y, de una vez, curar esa herida que parece supurar de cuando en cuando).

La Historia (con mayúsculas) ha sido siempre un campo que me ha fascinado: desde pequeño aprendí que, aquellos que desconocen su pasado, están condenados a cometer los mismos errores en el futuro.

Estoy esperando que, ese ensayo que se publicará en Francia, sirva para iniciar similares ejercicios de análisis en otros países (por cierto: nuestros "salvadores", según las películas Hollywood, olvidan que, a principios de los años treinta, los nazis eran muy bien recibidos en su tierra, donde hacían fiestas y eventos para recaudar fondos y extender su visión del mundo en la tierra de las oportunidades, siempre y cuando fueras blanco, anglosajón y protestante).

En toda Europa, con respecto a la Segunda Guerra Mundial, hay un solo país que merece toda mi admiración: Dinamarca.

Dinamarca, un país que fue invadido, como todo el Benelux (aquí, "los pragmáticos", se rindieron en veinticuatro horas, en cuanto les bombardearon Rótterdam), pero hay algo que les hizo diferente al resto.

Se negaron a colaborar en la barbarie.

El mayor gesto, que demuestra lo que digo, es cuando los nazis obligaron a los judíos en Dinamarca a llevar el brazalete amarillo con la estrella de David, su rey (que no se dio el piro, como "otros", que aparecieron en Canadá) decidió portarlo también en público.

Los daneses supieron manejar muy bien la situación de protectorado, intentando hacer lo imposible porque los alemanes no llevaran a cabo las burradas que hicieron, al menos con su gente, dentro de lo que es una ocupación, donde sabes que, si te levantas, te aniquilan (los daneses supieron manejarlo: ya digo que una ocupación o una rendición no es innoble en sí... Lo es cuando colaboras con el enemigo, en especial, uno como lo fue este, responsable de la mayor atrocidad que el hombre ha sabido concebir hasta el momento).

"Aquí", mientras tanto, en apenas días, estaban utilizando teatros al Éste de Ámsterdam para registrar a todos los judíos, mientras los oficiales alemanes se establecían en los bonitos apartamentos de la zona de Olimpiaplein...

Y como ellos, en realidad, todos los países ocupados (no quiero hacer a estos peores que los demás).

Y por último, como me gusta recordarle al personal: Anna Frank era alemana (de Frankfurt), su familia huyó de allí buscando refugio y, cuando la cosa se puso muy mal, se escondieron como pudieron en la famosa casa del Herengracht en Ámsterdam.

Fueron delatados por un holandés: ésta, es la parte que no te suelen contar de la historia.

Y esto, no te engañes, es tan aplicable a ellos como a nosotros mismos: la Historia está demostrando ahora que la Dictadura Franquista no colaboró con Alemania por una gran estrategia del Caudillo (como la propaganda de aquella época difundía), sino por algo mucho más triste, que fueron los sobornos del gobierno británico a los altos dirigentes del régimen para que no entraran en el conflicto.

Tenemos una enorme discusión pendiente, unos y otros: no entender el pasado te conduce a cometer los mismos errores en el futuro...

Es la hora de mirarnos a los ojos y decirnos la verdad: "no estuvimos a la altura, pero la próxima vez, al menos, sabremos qué hacer".

Seguiremos informando.


Paquito
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