Querer, Amar, Estimar...

Buenas:

Una de las cosas que, de vez en cuando, me da por pensar, es sobre la etimología de las palabras que utilizamos.

En particular, me quedo absorto en cómo una misma expresión, en diferentes idiomas, utiliza palabras que, en sí mismas, son ligeramente distintas, a pesar de que la significación del objeto o de la acción sea igual.

Hace un par de años, en uno de esos momentos donde, en mi nube, estaba pensando en no sé qué muy bien, se me vino a la cabeza la palabra, “breakfast”.

Si hablas inglés, obviamente identificas la palabra: “desayuno” o “desayunar”, pero en ese momento, la descomposición de la misma confirmó su significado: “break”, “romper” y fast, “ayunar”.

Ahí es donde uno empieza a pensar en el origen de la expresión y del verbo: “romper el ayuno”, como fórmula que proviene de un mundo donde, quizás las fórmulas de horas de comida tendrían algo que ver con los comportamientos de las personas que, en su momento, dieron con el resultado de lo que actualmente utilizamos para referirnos a la primera comida del día.

Una visita a la Wikipedia me explica la historia (mi sospecha se confirmó): la expresión aparece en el mapa en el siglo XV, para referirse a la ingesta de alimentos que rompía el ayuno desde la cena del día anterior.

Antes de esa palabra, en la versión 1.0 del idioma de Shakespeare (conocido como “old English”, o “Inglés antiguo”), se utilizaba “morgenmete”, o “primera comida”.

“Morgenmete”... No por nada, nos referimos al pueblo de las islas como “anglosajones”: los anglos son viejos conocidos del imperio Romano y los sajones, como bien sabemos, provienen de lo que actualmente llamamos Alemania.

Lo malo de estas cosas es que sabes cómo y cuándo empieza, pero no sabes cómo o cuándo acaba: la Wikipedia tiene un peligro tremendo así que, tal y como estaba recordando esa anécdota para escribir este post, ahora me veo con dos pantallas, en una con la aplicación que utilizo para escribir este texto y, en la otra, el dichoso artículo de la enciclopedia on-line, donde se te explican todos los detalles de los diferentes orígenes y prácticas alimentarias mañaneras de diferentes culturas.

Si no te lo crees, pantallazos aquí para que sirva de muestra un botón.




Cuando uno conoce varios idiomas, la cosa se vuelve más divertida: en francés, al desayuno se le llama “petit déjeuner”, literalmente “pequeño desayuno”, dando a entender que la comida, en Francia, es la ingesta de alimentos que realmente cuenta como el acto de romper el ayuno (el verbo que se utiliza para almorzar es “déjeuner” y, a la comida, se le llama “repas”).

Casualmente, en Portugués, se utiliza “pequeno Almoço”, siguiendo la línea francesa. "Almorzar" viene del latín, "admordere", "morder algo" y que, según el latín empezó a “vulgarizarse”, o ser modificado por el pueblo llano, se empezó a convertir en “disieiunare” o, “desayunar”.

En alemán, sin embargo, se utiliza “Frühstück”, que a su vez es una evolución de la palabra, en alemán antiguo, “vruostücke”, que significa algo así como “bocado temprano” y, en holandés, “ontbijt”, otra palabra que viene del holandés antiguo y que viene a significar “empezar a masticar”,

Menudo ladrillo, nene...

Pues sí: es un ladrillo curioso que, hasta el momento, no tiene nada que ver con el título, pero dame un poquito que margen, que ya estamos a punto...

Amar en tiempos de etimología.

En castellano tenemos el verbo “amar” para reflejar (esto lo dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, donde hay gente que, de esto, saben un ratito), “tener amor a alguien o algo”.

Apuntan también los señores que la institución que “limpia, fija y da esplendor” a nuestro idioma, que otra acepción, ya en desuso, es “desear”, pero se nos explica que el verbo viene del latín “amare”.

Sin embargo, pocas veces decimos “te amo” a alguien (y, cuando lo hacemos, suena casi a película de los años 50, con alguna escena súper pomposa y música orquestal a todo trapo, mientras los tortolitos se dan un tórrido beso y la escena se funde a negro): nosotros decimos “te quiero”, lo cual me lleva a otra anécdota de las mías, en otro lugar, en otro tiempo...

(Ahora es cuando te imaginas que la imagen empieza a parecer un estanque al que le tiras una piedra y produce pequeñas ondas en el agua, mientras el sonido de un arpa te transporta, en un colorido flashback, a un lugar en las Galias, hace ahora casi 20 años”.)

“Je te veux”, dijo aquella chiquilla con aquellos ojos azules que nunca podré olvidar...

Le llamó la atención la expresión al español al traducirla literalmente, por su brusquedad: en el idioma de Molière, como quizás sabrás, se dice “Je t’aime” que, literalmente, significa “te amo”.

Fue la primera vez en mi vida en la que me di cuenta del detalle y, según escribo estas palabras, empiezo a encontrar una de las génesis de esa particular obsesión mía.

(Volvemos al año 2020: ponte la mascarilla, que no estamos para tonterías).

La traducción literal de “Te quiero” al inglés te puede costar una noche de tórrida pasión o un tortazo a mano abierta que te quite la tontería: en ese ejercicio de traducción literal, en el idioma de Isaac Newton, descubres que la expresión, en esa fórmula, no es "I love you", sino “I want you”, cosa que uno le podría decir algún chiquillo o chiquilla para indicar que, lo que se dice amor, precisamente no es lo que tienes en la cabeza en ese momento, sino que más bien, tienes deseos carnales muchísimo más tangibles que las simples mariposas que uno tiene cuando mira a esa persona especial que nos hace sentir cosas completamente diferentes a las demás.

De alguna forma, teniendo los dos verbos, los españoles fuimos por la parte mucho más tangible del asunto: “querer”, del latín, “quaerĕre”, que viene a significar, “buscar”, “pedir” o “desear”.

Diferentes pueblos se refieren al asunto de diferentes formas: franceses, italianos y portugueses utilizar “Aimer”, “Amare” y “amar” respectivamente.

En alemán, el verbo es “lieben”, que viene del alemán antiguo “liuben”, (“hacerse o ser querido, tratar de forma amigable”), en holandés, es “houden van”, (algo así como “prendarse de” o “quedarse de”, con un origen curioso del holandés antiguo y con algunas influencias del alemán antiguo también) y en inglés, como ya sabrás, el verbo es “Love”, que viene del inglés antiguo “lufu” (algo así como “sentirse enamorado” o una “atracción romántico-sexual”), con claras raices del alemán.

Una vez más: “anglosajones, niños y niñas” (no voy a abrir ese melón, porque entonces lo siguiente será hacerme un post-grado de esto y tampoco es plan).

Así que tenemos que, en Francia, Italia y Portugal (volvemos a los países con idiomas claramente enraizadas con el latín), la gente “ama” y que en España, la gente “quiere”...

¿Y lo de estimar?

Trabajando y teniendo amigos en Cataluña, uno aprende rápidamente algunas expresiones en su lengua (la que, por cierto, encuentro maravillosa y en la cual encontrarás a un escritor, llamado Josep Plá, al que te recomiendo encarecidamente que descubras, si no lo has hecho ya): en este caso, refiriéndonos al tema de este post, ellos utilizan la expresión “T'estimo”, para expresar el mismo sentimiento que todos los demás.

Literalmente (recordemos: hay un sentimiento en la expresión, pero el origen etimológico puede ser distinto), por tanto, ellos utilizan la estima como fórmula de sentimiento afectivo.

El verbo en catalán es “Estimar” y, en su origen, viene del verbo latino “aestimāre”, donde existen varias teorías en el origen, pero la significación original es “apreciar, evaluar, determinar el valor de algo”.

Quizás, todo esto que te he contado no te diga nada, pero a mí me gusta pensar que, de alguna forma, el origen de las expresiones y las palabras que utilizamos, probablemente reflejen cosas que, en su origen, tenían un propósito diferente al actual (como el icono de “Guardar” en muchísimos programas informáticos, representado por un diskette de 3.5 pulgadas que, alguien que haya nacido después del año 2000, no habrá visto en su vida).

Recuerda: hasta hace cuatro días, como aquel que dice, la palabra inglesa “gay” se utilizaba para definir algo o alguien “feliz”, “divertido” o “agradable” (palabra que, a su vez, era una transliteración del francés, “gai”, que tenía el mismo significado).

Estoy seguro de que conoces cosas curiosas de expresiones y palabras que, en diferentes idiomas, en el análisis de las palabras, descubres pequeñas diferencias.

Te invito a que las compartas: "el saber no ocupa lugar" :-)


Paquito

Emilio: sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es

Twitter: @paquito4ever

Comentarios

  1. En GALEGO tamén dicimos "almorzo" para esa palabra que define á primeira comida do día, o español "desayuno". E con respecto a querer, é moito máis apaixoado dicir "Quérote", esdrúxula co pronome enclítico que "Te quiero". Xa ves, ás vantaxes de ser bilingüe ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Alfonso:

      Gracias por la visita y el comentario: todo un placer.

      Mira que te gusta hacer gala de tu poliglotía: obviamente, el desconocimiento de tu idioma me llevó a excluirlo del post, pero si lo hubiera sabido, lo habría añadido a la ristra.

      Algún día hablaremos de expresiones hechas, que ahí también hay un montón de tela que cortar, con cosas que se vienen repitiendo desde hace casi dos mil años, por poner un ejemplo.

      Gracias por pasarte por aquí una vez más y un cordial saludo,

      Paquito.

      Eliminar
  2. A. Preguntad a l@s amig@s italian@s si es lo mismo "ti amo" que "ti voglio bene". (No).
    B. La Etimología permite nadar en aguas más profundas, e.g. preguntar de dónde viene "Amar" o en aguas más superficiales, preguntar de dónde vienen los términos "Ordenador" y "Computador" -es obvio que superficial/profundo aquí se refieren al tiempo.
    C. No olvidemos que los significados son una red. "Estimar" en catalán dudosamente califica como relativista frente a absolutista a quien prefiere "Amar" en otro idioma. Las palabras están inscritas en una cultura.
    D. A ese respecto los interesados encontrarán en el Diccionario Etimológico de Joan Corominas una mina sobre el castellano, más allá de la wiki.
    E. En inglés hay una joya más allá también de la wiki: "Keywords" de Raymond Williams. La historia y más de las palabras llegadas al uso y cultura inglesas en los últimos 100 años.
    F. Para volver a la simplicidad: en español el barco es masculino/neutro. En inglés es femenino. O preguntar por el género de la luna o el sol en alemán, o de la muerte, o de la vida. Y lo más interesante, claro: ¿Por qué?

    ResponderEliminar
  3. Hola Pedro:

    Gracias por pasarte por aquí. Como siempre, todo un honor y un placer.

    A) Es como decir en castellano que una chica es "muy buena" y transliterar lo mismo al francés (hablo por experiencia propia: no me gané una manta de palos de un montón de chicas de milagro... Menos mal que entendieron que fue un malentendido).

    B) Efectivamente: lo peor es que me encantaría entrar en muchísimas más cosas, pero el miedo es meterme en un vasto mar del que sé que no saldría en un tiempo (de ahí que, los ramalazos son discontinuos y, afortunadamente, infrecuentes).

    C) La cuestión es que, un mismo sentimiento, en diferentes lenguas, utiliza palabras que, de por sí, tienen significados u orígenes ligeramente diferentes al uso que se les atribuye (y eso me fascina, como ya has visto :-)).

    D y E) Me apunto los libros (gracias por las sugerencias).

    F) Efectivamente: el uso de los géneros en diferentes idiomas, incluso en inglés, donde el "The" lo oculta todo, es curioso y también te hace pensar.

    Gracias una vez más por la visita y el comentario.

    Paquito.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Todo comentario, siempre y cuando sea educado, es bienvenido.

Quizás te pueda interesar...

Tener un coche en Holanda

Es cuestión de organizarse

ChatGPT - Ahora empieza lo bueno

"No hay huevos" - La compra de Twitter por Elon Musk

Para mí Tanya es Ucrania