Operación Bikini 2017
Buenas,
Creo que el título del post no deja margen a la duda o significado de lo que se avecina (dato: a los no hispano-parlantes, lo de la expresión les mata de risa... Otra cosa no, pero expresiones curiosas, tenemos para aburrir).
En los últimos dos años, con la excusa de que estaba trabajando en un proyecto importantísimo, como la famosa canción, dejé que el caimán se fuera por la barranquilla (no por "Las barranquillas", lugar de Madrid que, salvo si eres reportero de Callejeros, Frank de la Jungla, o simplemente te van las emociones fuertes, no creo que quieras visitar), siendo el caimán el afable bloguero que aquí escribe y que, entre los muchísimos (muchísimos, muchísimos) defectos que tiene, presume de tener buen saque y disfrutar del buen yantar...
Dado que mis pobres rodillas no me permiten correr, siempre he sido un impenitente peatón, llegando a situaciones curiosas (como ser parado por la policía por ir hacia mi casa andando desde el trabajo, cuando vivía relativamente cerca) que, en los últimos dos años, se fueron reduciendo...
"¡Coño! ¡Baklava fresco! ¡Lekker Lekker y al coleto!"
Esta inocente frase resume, a grandes rasgos, lo que poco a poco fue sucediendo en este tiempo: el stress, la enorme cantidad de trabajo y que a uno se le gana por el estómago, provocó que lo que al principio era una divertida lorza o michelín, fuera convirtiéndose en una importante masa de carne (o abrigo natural, dependiendo de cómo de optimistas nos levantemos) que acaba conmigo, en las navidades pasadas, comiéndose a la vida por las patas (lo del famoso programa de Televisión Española, "Un país para comérselo", tiene todo el sentido del mundo).
Total, que uno, como en el fondo, a pesar de sus (muchos, muchos, muchos) defectos, todavía retiene alguna que otra neurona medianamente sana, a principios de este año, decide cambiar de hábitos y empezar la remontada...
Lo primero fue volver a poner al Fitbit en su sitio: mis métricas, hasta entonces, distaban de las métricas de cuando lo compré, hace unos 3 años, llegando a bajar también una enorme cantidad de peso (después vino el proyecto súper-chupi y me dejé ir).
El Fitbit tiene cosas muy guays, como que mide tu actividad física y, en la aplicación del móvil, puedes crear un objetivo que, con disciplina (ir grabando lo que comes y bebes durante el día), te va orientando sobre si vas bien o no.
Y uno no será aragonés (como la bloguera dicharachera), correcto, pero si me pongo cabezón puedo, casi casi, pretenderlo (me falta el acento, pero nadie es perfecto).
Lo primero de todo es la actividad física: estoy haciendo del orden de 20,000 pasos diarios, lo cual, quieras que no, es una marchita...
Y como uno es ante todo práctico, le busco las vueltas: estoy en un extremo del edificio en el que trabajo, así que, verificando el lugar, he encontrado el baño más lejano a mi mesa, que quieras que no, va sumando pasitos durante el día (cada paso cuenta).
Lo segundo es la motivación: "La mafia del Fitbit" se ha extendido entre compañeros de trabajo y amigos de varios lugares, de ahí que, cada semana, gente de varios países competimos en desafíos para ver quien hace más pasos de lunes a viernes (las estrategias y demás se ven claras: es muy divertido y te ayuda a motivarte cuando varias personas estamos con la misma historia).
Lo tercero es la alimentación: aquí es donde el hacking alimentario entra en juego, lugar que puede ser mi talón de Aquiles, pero que estoy intentando mantener a raya...
Trabajo en una oficina donde cada puñetero día alguien cumple años, tiene hijos, se siente rumbero o pasa algo, de ahí que, constantemente, tengamos chocolates, tartas, dulces y lo que se tercie...
Así que, todo eso, se ha acabado: "Eso, no puede ser, María Teresa", que diría Peñafiel...
El dulce es relativamente fácil, pero mi problema empieza en el salado: adiós a las palomitas en el cine...
Esto ha sido más duro... No concibo el ver una peli en el cine sin unas palomitas: es como ir a Viena y no meterte un Schnitzel entre pecho y espalda o ir a Moscú y no ver la Plaza Roja...
Nota: si eres un visitante reciente del blog, no te pierdas los episodios rusos :-))
Así que, aunque algunas veces lo consigo, he conseguido reducir la cantidad de palomitas sustancialmente.
"El picoteo" ha sido lo más sencillo: he encontrado el snack perfecto, del que te puedes jartar sin un incremento sustancial de calorías...
Bienvenidos al maravilloso mundo del té y las zanahorias...
El desayuno ha sido reducido a té y vitaminas con un cuenquito con cereales integrales: esto es receta personal y probablemente no transferible (conoce tu cuerpo). La comida es un platano grandecito con alguna otra fruta u hortaliza (mi pecado es la gula, de ahí que, sobre todo, mantener las cantidades sea fundamental)...
La cena es, siguiendo el modelo holandés, el lugar donde viene el plato estrella: un buen Wok de verduras salteadas, con Quinoa o legumbres cocidas, con un paquete de lonchas de pavo (por aquello de que haya proteínas) para, una vez cenado, ponerme en la cinta andadora y, con el iPad, ponerme a caminar lo más rápido que pueda y hacer unos cuantos miles de pasos...
Los fines de semana me doy tregua: no camino tanto y, si acaso, como "un poquito más de lo normal", pero bueno, hay que vivir, que tampoco todo tiene que ser sufrimiento (no somos calvinistas: somos personas).
De momento han caído diez kilitos, que se dice pronto... El "toque de calidad" lo tiene la señora Paquito, que me dijo hace poco que, el "Culo a lo Kardashian", expresión heredada de mis compañeras de trabajo, que son un amor y que me hacen reír con sus cosas ha desaparecido, lo cual no puedo verificar por motivos obvios, pero sí noto que, poco a poco, el pantalón (que tuve que comprar en Londres, porque aquí ciertos tipos de corte, con eso de que visten todos igual, no son fácilmente accesibles) se empieza a sentir un poquito más amplio, mientras que el cinturón ha recuperado un par de agujeritos al apretarlo (eso es lo único que utilizo para ver cómo va la cosa: si el cinturón sigue cediendo, vamos bien).
Si todo sigue su curso, en un par de meses entraré en zona normal otra vez (mis chaquetas volverán a ser vestibles y podré utilizar los botones, sin el sentimiento de que los estoy estrangulando: toda mi ropa de talla normal volverá a ser cómoda y no se pegará a mi cuerpo como si la piel de un chorizo fuera)...
Ésta, es la Operación Bikini de 2017, a grandes rasgos: té, zanahorias, frutas, verduras, pavo y caminar un buen trecho todos los días, con el Fitbit diciéndote que el cabrón del escocés va 5,000 pasos por delante de ti, desconociendo que uno de los competidores españoles es capaz, como la semana pasada, de meterse 42,000 pasos en un día, por aquello de dejar el pabellón bien alto (le acabé ganando, pero el tipo es un pata-negra que corre mañana y tarde: durito el competidor).
Seguiremos informando: otra tarta de otro compañero acaba de llegar...
Paciencia... No la mires: seguro que no está tan buena como parece... Sácate una zanahoria y ponte otro té, que no saben lo que se pierden, descubriendo el placer en las pequeñas cosas...
No saben lo que se pierden... No saben lo que se pierden...
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Yo te doy otra receta: te alquilo a Kiva un par de meses . Te puedes jartar a comer lo que te pase por los pies, pero te aseguro que adelgazas. En el último mes me he relajado un poco, pero hasta ahora estabamos caminando una media de 10km todas las tardes, 7-8 km el día que tenía vago, pero a cambio de ser vaga, tenía que aguantar un perro hiperactivo en casa. Y es que un perro cansado es un perro obediente y tranquilo, y un perro hiperactivo sin cansar es una autentica pesadilla. He perdido unos 5kg comiendo como un cerdo todos los días (incluyendo las tartas y dulces de los compañeros)
ResponderEliminarBuenas,
ResponderEliminarSe me acumula el trabajo: hora de responder mails, mensajes y demás (lo que viene siendo la hora de la tutoría :-)).
Pues no me vendría nada mal, la verdad: yo estoy diseñado para ganar peso (estoy con un régimen hipocalórico que dejaría a cualquiera en nada, pero conmigo, si me paso de 1500 calorías, dejo de perder peso, a pesar de quemar 3000 y pico diarias).
Se dice pronto, pero es así.
Mujer: algo bueno tiene vivir la versión holandesa de "La fierecilla domada" (te puedes jartar: qué envidia más mala...).
En fin: siempre me quedarán mis zanahorias...
Buenos días,
ResponderEliminarBienaventurados los que tenéis fuerza de voluntad para adoptar semejantes regímenes alimentarios, vuestros esculturales cuerpos os lo agradecerán en el futuro ;)
Porque lo que es yo, con lo que me gusta la buena mesa (Como buen vasco) y lo negado que soy para el deporte, no me pongo a dieta ni bajo amenaza de muerte... :)
Admiro vuestra voluntad, mientras tanto, me voy a finalizar los huevos con chistorra, bacon, setas y esparragos verdes fritos con té rojo que constituye mi desayuno.
Antxon.
Buenas,
EliminarA todo al que quiere ir a España, le recomiendo que, si le gusta zampar, se pase por el norte (que en Asturias y en el País Vasco, particularmente, las panzadas rozan el nivel épico).
Lo de empapuzarte unos huevos con chistorra, beicón, setas y demás me ha costado una zanahoria extra...
"No sabe lo que se pierde... No sabe lo que se pierde" :-))
Gracias por la visita y el comentario.
Paquito.