Propaganda y la realidad que desconoces

Buenas:

La verdad es que los temas sobre los que me encantaría hablar se acumulan, pero, a su vez, la complejidad y los ángulos para meterme a saco y dejarlos como a mí me gustan requieren una cantidad de tiempo y esfuerzo que, últimamente, por diferentes motivos, o no puedo o, peor, no quiero dedicarles.

En estos pensamientos estaba yo absorto, cuando de pronto leí un par de blogs que me llevaron a un lugar que, hace casi 20 años, exploré en el ejercicio de mis estudios.

El primer post que me rememoró ciertas cosas estaba escrito por el DoctorChan, donde nos contaba los entresijos y los secretos de los libros de auto-ayuda (el artículo puedes disfrutarlo haciendo clic aquí: altamente recomendable y entretenido).

El segundo post, firmado por la bloguera dicharachera, nos hablaba de un grupúsculo de individuos en Utrecht que han montado una especie de comuna donde, según sus intenciones, aspiran a vivir del aire, de la luz y del amor, renunciando así a la ingestión de alimentos o líquidos (el post está accesible haciendo clic aquí, por si no te crees que pueda existir personal así).

Según iba leyendo dichos artículos, tuve una de esas sensaciones previas a la gran tormenta: sabía que venía un flashback de tres pares de narices, así que, como en las películas, sentí que la imagen empezaba a fluctuar en ondas concéntricas, mientras el sonido de un arpa hacía escalas ascendentes y la imagen terminaba difuminándose...

FLASHBACK

Madrid: en un momento de tiempo indeterminado entre Octubre de 1997 y Junio de 1998...

Tenía 18 años y mis estudios de empresariales y marketing empezaban su andadura: siempre me había gustado el mundo de los negocios, quizás porque se siempre me gustó el rollo de crear algo y llegar a ser alguien en la vida (el tiempo no llegaría mitigar esa visión del mundo, pero sí a matizarlo de diferentes formas).

Durante esos primeros meses, tuve un acercamiento a las técnicas de comercialización y aproximación científica al consumidor, comprendiendo diferentes aspectos, pequeños y grandes, de cómo actuamos ante un estímulo determinado o, mejor aún, cómo hacerte reaccionar cuando se te expone a dichas circunstancias.

En mi carrera, como no puede ser de otra forma, conocí a otros estudiantes con intereses similares a los míos: era interesante tener conversaciones con gente inteligente y creativa, actos que se destilaban con el uso del idioma y con una innata capacidad para, día sí, y día también, acabar en cualquier medio de transporte público dando shows legendarios (circunstancia que acabaría con momentos recurrentes que, al hilo de la repetición de lugares y horas, acabarían con diferentes pasajeros riéndose e incluso entrando en la coña).

Entre esas conversaciones, a veces entraban temas muy interesantes: con eso de que estudiaba lo que estudiaba, me dio por analizar el fenómeno de la génesis de la propaganda moderna, ideado originalmente para la manipulación de masas para fines políticos, con técnicas y tácticas, en algunos casos, que parecían sacados de libros de ciencia ficción.

Aprendí bastante y, sobre todo, supe establecer correlaciones entre algunos de aquellos viejos experimentos y principios que, años más tarde, forman parte de nuestra realidad...

Todavía no lo sabía, pero estaba a punto de encontrarme con la Ley de Godwin.

FIN DEL FLASHBACK

La dichosa Ley de Godwin

En el principio, no había nada y, un día, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos dijo: "Hágase Internet" e Internet se hizo...

Años más tarde, un investigador británico, mientras trabajaba en el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, en su flamante estación de trabajo NeXTcube, empezó a escribir un trabajo sobre un Protocolo de Transmisión de Hipertexto: aquel documento, llamado "Gestión de la Información: una propuesta", fue calificado por su jefe como "impreciso pero excitante" daría nacimiento a la Red Global que hoy te permite leer estas palabras.

Además de para empezar a intercambiar fotos de tías desnudas, el personal empezó a utilizar dicha red para, entre otras cosas, hablar y conversar de temas... Nacieron los servicios de noticias y los foros, donde, poco a poco, centenares, que acabarían convirtiéndose en miles y millones de usuarios, discutían desde arduos temas científicos hasta si en el último episodio de su serie favorita, en el minuto 24, se notaba un fallo en la escena, donde el actor, entre toma y toma, tenía el reloj de pulsera en brazos diferentes...

En aquellas discusiones, curiosamente, en cuanto tomaban el más mínimo cariz político, técnico, científico o militar, según se prolongaban en el tiempo, las cosas acababan indefectiblemente hablando sobre Hitler, bien el régimen nazi, de ahí que, un día, un tipo llamado Mike Godwin creó un principio por el cual, llegados a el punto donde Hitler o los nazis aparecían en una discusión, ésta debía terminar.

El origen de este principio era, en esencia, evitar que las discusiones en Internet abusaran de la hipérbole, donde cualquier asunto al final fuera comparado o comparable con las atrocidades del que, sin duda, y a kilómetros, ha sido la peor expresión del mal que el ser humano ha perpetrado en su historia (y esto lo dice un español, consciente de que el descubrimiento de América y su posterior conquista y colonización no se hizo dando besos y abrazos a los pobladores de aquellas tierras).

Oye... Una pregunta tonta: ¿Por qué me cuentas todo este rollo?

Buena pregunta, me gusta cómo piensas: te cuento todo esto, porque estoy a punto de desafiar la ley de Godwin, así que, si eres un purista de Internet, deberías parar aquí y saltar a otro blog o a otra cosa...

Pero, si te gusta la aventura, quizás podamos jugar al ratón y al gato con la historia...

Que le den a la Ley de Godwin: ¡Vamos al turrón!

Hace no mucho, hace cuatro días como aquel que dice, antes del Internet, los teléfonos móviles y la Coca-Cola Light, unos señores, que tienen reputación de tener poco sentido del humor, perdieron una guerra...

Fueron años terribles: además de la lógica humillación y los brutales daños que provoca un conflicto bélico y su derrota, a aquellos pobres ciudadanos se les impusieron cláusulas de reparación de daños, por parte de los países ganadores, que los hundió, todavía más si cabía, en el pozo de mierda en el que estaban.

Mientras eso pasaba, un antiguo soldado del ejército de aquel país derrotado, que ni siquiera había nacido en él, empezaba a escribir cosas desde una cárcel...

Este tipo, siendo un innovador sin igual, creaba el fenómeno del cuñadismo, dando discursos simplistas para problemas muy complejos en los biergarten de Munich, entre jarra de cerveza y cerveza (en honor a la verdad, los españoles ya conocíamos estas técnicas, pero tardaríamos décadas en ponerle un nombre específico).

Entre unas cosas y otras, el tipo llega un día al parlamento alemán y, a partir de ahí, como la chica de la piscina, "la lió parda": la debilidad del sistema político del lugar, unido a la situación económica, le pondría la democracia de rodillas ante sus pies, pudiendo así empezar a realizar sus macabros planes para el establecimiento de un mundo según sus reglas y pensamiento.

Este tipo de cosas sabemos como empiezan siempre: por casualidad, confluencia de factores, la cobertura defensiva en el achique de espacios no asiste al doble pivote en el centro del campo, no hay rival pequeño, qué merluza más fresca llevo hoy muchacha, ponme cuarto y mitad de chopped y que la Fuerza te acompañe...

Con los años, y siempre a toro pasado, es cuando llegamos a entender cómo llegan al siguiente nivel, esto es, el control y el dominio del sistema.

El otro cuñao...

El señor que prometía arreglar todo cagando leches, entre cerveza y cerveza, en los biergarten de Munich, tiene entre sus filas a un hombre con una sonrisa siniestra, fruto quizás del corte en la cara que gastaba y que, probablemente, le hizo perder algo de movilidad en la expresión de sus músculos.

Un tipo fanático y fiel, que acabaría suicidándose cuando su compadre se vio acongojadito en el búnker, casado con una mujer que, más fanática incluso que su marido, envenenó a sus hijos y suicidándose también porque, al parecer, la buena señora no concebía un mundo donde sus retoños no pudieran estar bajo el mando del cuñado supremo.

Este personaje, más allá de su abyecto fanatismo y sus despreciables creencias, tuvo una misión clave en toda la historia: fue el responsable de unificar y convencer a todo un pueblo de que ese líder, que llegó de rebote al poder, sería realmente la solución para todos los problemas, así que nada mejor que poner en marcha todo aquello que estuviera a su disposición para hacer efectivo y eficaz el mensaje de su jefe, el cual le dio manga ancha para que aquello prendiera mecha...

Este señor, si has leído algo de historia, se llamaba Joseph Goebbels, y es el padre de las técnicas de propaganda moderna, las cuales han trascendido desde la esfera política hasta las nociones más básicas de comunicación corporativa o de comercialización moderna.

Recuerda que, hasta ese momento, éste señor ya había creado algo que los Millenials llaman "Viral" y que, tradicionalmente, los expertos en comercialización llaman "Marketing de Guerrilla", esto es, dados unos recursos mínimos, conseguir difundir un mensaje de forma sencilla, rápida y muy barata a través de canales o fórmulas no convencionales.

Es decir: lo que hoy en día consigue un cuñado en Youtube con un ordenador de 500 Euros y casi 40 años de constante innovación en tecnologías de la información, el tipo lo consigue con papel, lápiz, boca a boca y con métodos de impresión más próximos a la imprenta de Guttenberg que a una simple fotocopiadora moderna.

Y sólo estamos calentando motores: en el año 1933, cuando este señor es nombrado Ministro de Ilustración Pública y Propaganda, tiene a su disposición toda una serie de potenciales canales de comunicación: prensa, radio, cines y teatro...

Actualmente, con estos medios, llegarías a un segmento muy limitado de la población, pero, en aquel entonces, sólo con la prensa y la radio, llegabas a un gigantesco porcentaje de la misma, cuya única forma de saber qué sucedía en el mundo eran ambos canales.

En términos militares: pasamos de usar tirachinas a disponer de bombardeos.

Cómo (le lavé el cerebro y) conocí a vuestra madre

El amigo leal, haciendo gala de la tradicional reputación de los laboriosos habitantes del país aquel que perdió una guerra, se pone de inmediato a la tarea, para despejar cualquier duda de que su querido líder es sin duda el hombre adecuado para recuperar la gloria perdida de su país, poniendo de paso otros temas en la mesa, cosas como que una porción de la población, al parecer, según sus sesudas reflexiones, está detrás de todos los problemas que sufre la población y para los que, sin prisa pero sin pausa, preparan una solución acorde a la fama que gastan: definitiva y final.

Todas las barbaridades y atrocidades que sucederían a continuación parten de un plan maestro para unificar, reeducar y adoctrinar a toda una población para que todo aquello que hicieron fuera, no sólo no cuestionado, sino aceptado como lógico, inevitable e incluso necesario para su nación.

¿Cómo lo hicieron? Aplicando unos principios que, debidamente entendidos y aplicados de forma sistemática y precisa, permiten que pasen las cosas que pasan.

Entre otras cosas, el manual de operaciones se consigue resumir, a grandes líneas sobre los siguientes puntos:

De acuerdo con el excelente libro "Los principios de la Propaganda de Goebbels", escrito en 1950 por Leonard W. Dobb, existen 19 principios que detallan la operativa que se llevó a cabo para conseguir que el personal aceptara pulpo como animal de compañía:

1. El propagandista debe tener acceso a información sensible (inteligencia) respecto a eventos y la opinión pública.

Esto te explica la increíble obsesión actual por todas las compañías para obtener todos los posibles datos de sus clientes, usuarios y/o mercados o potenciales clientes a los que quieren dirigir su mensaje.

2. La propaganda debe ser planeada y ejecutada por una sola autoridad.

La coherencia del mensaje es fundamental: enviar mensajes contradictorios diluye el efecto de unidad... Esto te explica, entre otras cosas, por qué, cuando escuchas a los ejecutivos de empresas o a los políticos, repiten sistemáticamente las mismas frases o eslóganes.

3. Las consecuencias de la propaganda de una acción debe ser considerada a la hora de planificar la acción.

Es decir: lo que importa no es el contenido, sino el continente... Da igual lo que sea: lo importante es lo que parece...

4. La propaganda debe afectar a las políticas y acciones del enemigo.

"El que golpea primero golpea dos veces" y, sobre todo: si dominas el mensaje, entonces el otro tiene que cambiar su estrategia... Ya no lidera la acción, sino que va a remolque de lo que tu hagas... Que se lo digan a Hillary Clinton.

Procura no hacer nominal tu mensaje: "Algunos piensan" ("Some say" en inglés) es una fórmula cojonuda para decir lo que te dé la gana con el falso pretexto de que tu reflexión no es tuya, sino de alguien más, incontable, lo cual refuerza tu mensaje (observa las preguntas de los periodistas actuales: lo utilizan constantemente).

5. La información operacional, desclasificada, debe estar disponible para implementar una campaña de propaganda.

Cualquier cosa que esté en el dominio público puede ser utilizada para contar tu historia... "La gente quiere seguridad" se traduce en una bonita campaña para venderte el teléfono móvil, que te tiene siempre conectado, por si te pasa algo.

6. Para ser percibido, la propaganda debe evocar el interés de la audiencia y debe ser transmitida a través de medios que atraigan la atención.

Internet ha acelerado el ansia de aquellos que quieren creer que dos y dos no son cuatro... La televisión es para gente con bajo nivel cultural, la radio para gente mayor, la prensa para las personas que quieren leer las noticias como les gusta leerlas e Internet o Youtube para aquellos que desean reforzar sus propias creencias.

7. Sólo la credibilidad debe determinar si el resultado de la propaganda debería ser verdadero o falso.

Tu presentador favorito, que gasta un pelazo estupendo, te dice que el secreto del mismo es el champú no sé cuantos... Si quieres vender un yogur, pon a alguien con bata de doctor hablando de sus estupendísimas cualidades: 9 de cada 10 dentistas aprueban esa maravillosa pasta de dientes que te ayuda a obtener la chica (o chico) de tus sueños.

8. El propósito, contenido y efectividad de la propaganda del enemigo; la fuerza y efectos de una exposición; y la naturaleza de las actuales campañas de propaganda determinan si la propaganda del enemigo debería ser ignorada o refutada.

Apple no responde jamás a las críticas: cuando lo hace, es un evento en sí mismo... Responder a las críticas es darles crédito: nunca menciones a tu enemigo o tu competidor por su nombre (lo hablamos anteriormente)... Si debes responder, hazlo de forma sencilla de derogatoria: cuestiona siempre la credibilidad de aquellos que te atacan, busca en sus trapos sucios cualquier cosa y utilízalo en su contra, aunque no tenga nada que ver con su acusación.

9. Credibilidad, inteligencia y los posibles efectos de la comunicación determinan si los materiales propagandísticos deben ser censurados.

Si no te gusta lo que dicen de ti, ataca al medio: censura Internet, crea leyes mordaza, haz un boicot publicitario a ese periódico o medio que te critica... La publicidad es el oxígeno de los medios: procura utilizar ese grifo como válvula para que entiendan que, si se levantan contra ti, habrá consecuencias.

10. El material de la propaganda enemiga debe ser utilizado en operaciones cuando ayuda a reducir el prestigio de tu enemigo o presta apoyo al propio objetivo del propagandista.

Si tu enemigo la caga, procura que lo sepa todo el mundo: si el argumento de tu enemigo beneficia su posición, procura que lo sepa todo el mundo.

11. La propaganda negra (información camuflada como proveniente de una fuente que puede parecer que está a favor del mensaje del contrario) en lugar de propaganda blanca (información claramente proveniente de una fuente claramente determinada y conocida) debe ser empleada cuando esta última es menos creíble o produce efectos indeseables.

Creas una campaña para tu producto maravilloso, pero el personal sabe que tiene componentes nocivos para salud... Consigues un estudio de algún lugar absurdo, con nombre rimbombante en inglés, que dice que no es para tanto.

Tu propaganda dice que no hay calentamiento global y el personal se chotea: busca algún think tank con nombre amigable (dato: los lobbies más cabrones, como las leyes más jodidas, suelen tener nombres benignos: "Instituto para la Protección de la Familia", "El Instituto de la Herencia Americana", "USA Patriot Act").

12. La propaganda debe ser facilitada por líderes con prestigio.

Le caes mal a la gente: eres antipático, tu producto es una mierda... Vete al programa pedorro de turno o invita a quien sea a un paradisíaco o peculiar lugar para hablar de las bondades del mismo, con el señor y señora que se ríe tanto: crea un ambiente amigable, cuenta confidencias entre toma y toma, hazle sentir que confías en el y crea un lazo personal... Al final de la entrevista, deja que el tipo se vaya a su casa feliz: cada vez que le pregunten por ti, hablará maravillas...

13. La propaganda debe ser puesta en marcha en un momento perfectamente calculado.

Los anuncios de juguetes deben aprender durante la época de las comuniones, al final de curso y, sobre todo, en Navidades... Busca los espacios infantiles más exitosos y que empiece el bombardeo. Repite el mismo mensaje una y otra vez: ese anuncio con el coche que tiene esa musiquita tan guay y tan pegadiza es la caña... En la radio, siguiendo el éxito, empieza a poner la canción y, cada vez que la escuchas, no puedes dejar de pensar en ti conduciéndolo... Cuando llegue ese momento, para el anuncio, o de lo contrario la gente asociará negativamente la canción con tu producto.

14. La propaganda debe marcar a eventos y personas con frases distintivas o eslóganes.

"Estamos en la Champions League de la Economía", "España va bien", "El del bigote no tiene carisma", "El de la ceja", "La casta", "Venezuela", "Beca Black", "La marca blanca del PP"... Mensajes cortos y sencillos, para que hasta un niño sea capaz de retenerlo... Repítelo hasta la saciedad, suéltalo como puedas y donde puedas, aunque no venga a cuento: acabará calando, con independencia de que sea veraz o no.

15. La propaganda hacia el frente debe prevenir el levantamiento de falsas esperanzas que pueden ser reventadas por futuros eventos.

"Nunca digas nunca", "Yo no pongo la mano en el fuego por nadie", "Ese señor de quien me habla", "No sé, no me consta, confiaba en mi marido"... Una vez que la estrategia habitual de favorecer el acceso a fuentes favorables deja de ser efectiva, repliega velas: mide tus palabras y procura darte una cierta salida cuando te pille el carrito del helado.

16. La propaganda hacia el frente debe crear un nivel de ansiedad óptimo.

"El teléfono vende muy bien en la Conchinchina, no hay motivo para preocuparse", "No estamos tan mal: estamos a un paso de cambiar la situación", "No somos tan malos como parece: sólo tenemos un pequeño problema de percepción porque el mercado no nos conoce"... Intenta siempre minimizar los efectos de tus problemas, pero procura advertir a tu audiencia afin que, con todo, "mejor malo conocido que bueno por conocer"... "Todos roban, pero al menos estos..."

17. La propaganda hacia el frente debe reducir el impacto de la frustración.

"No todos somos corruptos", "Sólo han estallado unos cuantos teléfonos", "Siempre se dice que las cosas van a peor antes de mejorar"... Compra tiempo: es lo único que puedes hacer.

18. La propaganda debe facilitar el movimiento de la agresión especificando los objetivos para el odio.

"La culpa es de los inmigrantes", "Tal empresa no innova, sólo copia"... Busca un objetivo claro y tangible al que tu público objetivo pueda tener una cierta capacidad para no ser simpático... Si tu competencia es extranjera, destaca su origen... Si tu competencia es nacional, intenta buscar ejemplos específicos de problemas y maximízalos: tu formas parte de los buenos y ellos son los malos.

19. La propaganda no puede afectar a fuertes contra-tendencias de forma inmediata: en su lugar, debe ofrecer alguna forma de acción, despiste o ambas.

"Y tu más"... "Nadie está salvo", "Todos tenemos problemas"... No puedes evitar ciertas cosas, pero puedes diluirlas si encuentras vicios similares en tus contrincantes: "Ver la paja en ojo ajeno y no ver la viga en el propio".

Conclusión

Vives en un mundo terrible, marcado por cosas que parecen aleatorias, pero no lo son: hace 70 años, una banda de descerebrados asaltaron el poder de un país en problemas y, a través de todo lo que su intelecto fue capaz de crear, consiguieron domesticar y adoctrinar el pensamiento de, no ya sus propios habitantes, sino de personas de otros países que quisieron ver en estos iluminados la solución a sus problemas.

Piénsalo la próxima vez que veas la tele y veas tu programa favorito: recuerda que "algunos dicen que se están riendo de ti".

Me ha quedado largo... 8 horas escribiendo y pensando: ya verás tu cuando me dé por contar cosas más complejas...

Seguiremos informando.


Paquito
Emilio: sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Twitter: @paquito4ever


Comentarios

  1. Estas mierdas llegan a ser bastante extremas. Si es algo apuntado a gente joven, descalificarán a la generación de tus padres y puede que hasta el mismo concepto de familia para llegar a ti.

    En cuanto a apuntar al sector adecuado... Exactamente seis meses después de casarme empecé a recibir un bombardeo publicitario de sitios de citas para infieles que me llegó a rallar mucho. Por suerte el dueño de toda nuestra vida, digo... Google, permite marcar ciertos anuncios como no deseados.

    Yo ya llego a tener miedo de estar cuestionando demasiado debido a esta mierda.

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    Respuestas
    1. Buenas (otra vez):

      Lo que está sucediendo ahora es lo que ha sucedido siempre, pero con unos medios de difusión insólitos en nuestra historia.

      No entender, en cambio, cómo funciona la cosa, es lo preocupante (el medio de difusión cambia, pero la lógica del mensaje sigue los parámetros explicados).

      Esa es la parte que más me preocupa: el personal no es consciente de qué y cómo se lo están haciendo.

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