Facebook y Cambridge Analytica

Muy buenas,

Ya hacía tiempo que no escribía, cosa imperdonable, lo sé, pero al final el día tiene las horas que tiene y uno, que es culo inquieto, se dedica en su tiempo a todo tipo de extraños menesteres que, de una forma u otra, a pesar de parecer completamente aleatorios, acaban respondiendo a una necesidad vital de satisfacer el apetito de la mente.

En primer lugar: la mayoría del tiempo, en estas semanas, me lo paso investigando extrañas páginas y videos de Internet, donde una banda de pirados geniales publican su forma de escribir interesantes programas informáticos que consiguen cosas maravillosas.

Esa es la parte productiva de este uso de mi tiempo: he decidido que, en mis ratos de asueto, voy a intentar crear un sistema de aprendizaje de máquinas (Machine Learning) que pueda predecir una serie de cosas sobre las que trabajo.

Así, puesto en texto, suena que te pasas de bien, lo cual tendría sentido si, por lo menos, supiera más o menos lo que estoy haciendo, cosa en la que el asunto se tuerce aunque, claro está, precisamente parte de la diversión es aprender a hacerlo.

La parte restante del tiempo que me queda libre, a grandes rasgos, me lo paso descansando: una mente inquieta tiene el inconveniente de agotar a cualquiera, sobre todo cuando ya se va alcanzando una edad, que parece que no, pero se va notando poco a poco...

En estas estaba yo, la semana pasada, hasta que saltó la liebre que ha conmocionado a medio mundo con respecto a las prácticas de una compañía inglesa y sus devaneos con los datos que, a través de Facebook, consiguieron de forma "más o menos clara" de unos cincuenta millones de personas, con el objetivo de influenciar la campaña electoral de Estados Unidos.

Antes de soltar el "te lo dije", vayamos por parte: de este movidón nos hemos enterado porque uno de los empleados de la compañía de marras (ex-empleado, para ser correctos) decide cantar la Traviatta la semana pasada, contando los extraños compañeros de cama de los susodichos, así como sus prácticas.

Una empresa a cuyo fundador Channel 4 (un canal inglés) le hizo una cámara oculta, mientras se hacían pasar por integrantes de un grupo político, y donde el tipo de cubrió de gloria, además de aterrorizar con el tipo de cosas y prácticas que podían llegar a poner en práctica con gente que iba y venía de Moscú para trabajar con ellos, hasta con el "extraño resquicio" que encontraron en el sistema de gestión y acceso de datos por parte de aplicaciones que utilizaban la plataforma de Facebook, haciendo que, a través de un pequeño cuestionario / jueguecito, 270,000 personas dieran acceso a sus datos y de todos sus amigos en dicha red social, creando el instrumento perfecto para completar la misión de establecer un mapa psico-sociológico al que poder enviar mensajes extremadamente personalizados para, según las proyecciones de sus análisis, hacer cambiar o reforzar tu opinión sobre tal o cual candidato.

La compañía Cambridge Analytica se engloba dentro de un grupo de compañías llamado "SCL Group", una organización que, por su misión y por su objetivo ("Agencia de Gestión de Campañas Globales"), estudia y vende fórmulas para modificar el comportamiento de la audiencia para la que el cliente quiere establecer tal o cual objetivo.

Dicha organización, según se va sabiendo que hay por detrás, recuerda peligrosamente a otra organización, esta sita en Estados Unidos, llamada "Rand Corporation" que, por si no lo sabes, es una versión privada de la CIA (guglea un poquito y verás que divertido es el asunto).

Cambridge Analytica y SCL están detrás de, entre otras cosas, toda la campaña en el Reino Unido para abandonar la Unión Europea (el Brexit) y, además, han sido los asesores de la campaña electoral de Donald Trump en Estados Unidos.

Pero esto, más allá de levantar un par de cejas, es anecdótico para mí (aterrador, sí, pero anecdótico), por cuanto nos quedamos en el efecto, pero no la causa.

La causa de toda esta historia es que gran parte de la información sobre la que operan para conseguir sus fines está basada en una red social, Facebook en este caso, cuya política de protección de datos es, cuanto menos, cuestionable, mucho más cuando, precisamente, su modelo de negocio se basa en la explotación y venta de esos mismos datos que, tu solito, generas cada día en su plataforma...

Y ese es el problema: una compañía con dos mil millones de usuarios (ojito), que es el sueño húmedo de cualquier estado o entidad que desee saber todo o parte sobre tus dimes y diretes, pone a disposición de quien sea, bajo pago de su importe, mecanismos que permiten todo ese tipo de actividades con, sobre todo, un enorme desconocimiento por parte de sus usuarios.

Los señores de Facebook empezaron la movida diciendo que no, que los usuarios saben exactamente (y dan consentimiento) para que este tipo de cosas puedan pasar... Estoy seguro de que, por tanto, si eres usuario de Facebook, te has leído todas las políticas de uso y privacidad que aceptas al utilizar sus servicios, así como los de terceros que implementan aplicaciones en su plataforma.

Esto acaba con la dimisión del responsable de seguridad de Facebook, a las poquitas horas de haberse puesto farruco en Twitter, pero aceptando que se pueden hacer las cosas mejor (aquí viene la madre del cordero: al parecer, el tipo no es tonto y es consciente de que, obviamente, las cosas se podrían hacer mejor o evitarse).

Cosas como (luego me dicen que por qué tengo iPhone) que la aplicación de Facebook chupa todo tipo de datos de tu teléfono Android (llamadas de teléfono, SMS, emails, lo que sea) no me suena a que el usuario de dicho servicio tenga ni la más remota idea de que suceden.

No solo eso: la movida de Cambridge Analytica es algo que pasó hace dos años, con el conocimiento de Facebook, los cuales no han hecho ni dicho "esta boca es mía" hasta que el ex-empleado de la compañía inglesa ha decidido contar su historia y todo lo que sabe.

Hace unas semanas, escuché una entrevista de la jefa de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg... Iba en el coche, conduciendo hacia el trabajo y, como le confesé a mi compañero de mesa al llegar a la oficina, reconozco que me estoy haciendo mayor, porque no he escuchado en mi vida mayor número de palabras sin sentido que, con el falso alegato del positivismo y de los retorcidos "talking points" de departamentos de relaciones con la prensa, escribiendo y manejando cuidadosamente el tipo de respuestas genéricas que esta clase de ejecutivos suelen soltar, hacen que ya no me crea nada.

Y efectivamente: esta semana, hemos visto al fundador de Facebook, en una entrevista en la CNN, decir que lo sienten mucho, que claro, que no es tu intención, que tienen que hacerlo mejor y bla bla bla...

Es decir: en ningún momento (por su bien) se admite error alguno, alegando que, en todo caso, es un problema muy complejo y que están trabajando en una forma de remediarlo.

Esta última parte es la interesante: en Estados Unidos, situaciones como estas acaban con un acuerdo extra-judicial, donde la empresa paga una mínima multa y, eso sí, se establece que la compañía ni sus empleados son responsables de ninguna negligencia ("the company does not admit any wrongdoing" es algo que verás en la declaración de turno: "La empresa no admite negligencia alguna").

En Europa, para su fortuna, esto sucede justo antes de que entre en vigor la GDPR ("Regulación de Protección General de Datos"), un mecanismo por el cual, cualquier compañía que opere en la UE y maneje datos de clientes de nuestra área económica, ante algo así, se expone a un multazo de hasta un 4% del volumen de facturación mundial, "ojo-cuidao ahí".

Y mientras todo esto pasa, no dejo de pensar que, hace ya dos años, dejé de usar Facebook porque, ya en su día, sabiendo lo que sé, me empecé a plantear que algo no va bien cuando una organización posee tantísima información personal sobre ti y, una y otra vez, es pillada intentando cambiar las políticas de privacidad o de gestión de tus datos, haciéndolo cada vez más complicado, menos transparente, con un lenguaje pseudo-legal al que el común de los mortales no llega y que, cuando alguien descubre el pastel, es tratado de paranoide, loco o, como han intentado una y otra vez, establecer que tener la privacidad es un derecho humano negociable o que, directamente, ha muerto.

Y quien dice Facebook, dice Instagram (que pertenece a Facebook) o WhatsApp (que pertenece a Facebook también), o Twitter, o Google, o cualquier compañía cuyo modelo de negocio se basa en vender lo que sabe de ti...

Y esta es la parte interesante: no está mal que te quieran vender publicidad (si no pagas por el producto, de alguna forma se tienen que financiar, creo que en eso estamos de acuerdo), pero sí que hagan y deshagan con tu información para fines oscuros o, simplemente, que se comercie con tus datos sin que tu tengas claro qué, quién, cómo, cuándo, dónde o por qué se hace (lo cual se soluciona cuando uno explica claramente qué se va a hacer y las consecuencias de que tus datos estén en sus servidores o, simplemente, cuando respondes a ese jueguecito tan divertido que te dice qué personaje de Juego de Tronos eres, o en qué país deberías vivir, etcétera, etcétera...).

Mi ejemplo aquí es Amazon: yo entreno al algoritmo de Amazon para que me enseñe cosas que me pueden interesar... La transacción entre Amazon y yo es clara: "Yo vengo a tu página a comprar cosas, así que quiero ponértelo fácil para que me ofrezcas cosas que me pueden interesar y, si lo haces bien, me gastaré unos Eurillos"...

Así de fácil, así de sencillo: no veo ningún tipo de conflicto, por cuanto conozco y entiendo la relación entre los datos que genero y el fin de los mismos (saber más de mí para venderme productos).

Pero sí habría un conflicto si Amazon vende esa información de mí a terceros (y estoy casi seguro de que lo hace, de alguna forma u otra) sin un consentimiento repetido y expreso (estoy seguro de que está enterrado en alguna de sus páginas con sus políticas de privacidad que, si no lo hacen, lo podrían hacer... Nunca hay que ser un iluso)...

Para esto, para que no me molesten mucho, tengo un bloqueador de publicidad que elimina el seguimiento intensivo que todos los agregadores de publicidad utilizar con dicha información (otros que tal bailan: entiendo que un periódico pueda poner publicidad en sus páginas, pero el proceso de rastreo de los agregadores de publicidad, como Google, es próximo a los métodos de almacenar olores de gente sospechosa en tarros que utilizaba la Stasi en la RDA).

Pero (una vez más), cuando usas un servicio que es gratuito, el producto eres tú: tenlo en cuenta y, si es posible, intenta por lo menos entender o informarte de cual es su política de datos, teniendo en cuenta, y esto sí que me toca la moral, que mientras hoy pueden poner veinte veces que "ellos nunca venderán tus datos", mañana pueden cambiar de opinión, por cuanto en sus condiciones de uso se establece que pueden ser modificadas unilateralmente, haciendo que el acuerdo que el usuario aceptó originalmente y que, en dicho cambio, sin aceptación explícita, con tan solo seguir utilizando el servicio, se considera que el usuario se da por informado y que acepta las nuevas condiciones.

Tenlo en cuenta: no son tus amigos, son empresas, quieren ganar dinero y todo aquello que les haga ganar dinero es bienvenido (por eso Facebook permite toda esa mierda de noticias-bulo: porque genera tráfico sobre el que generan ingresos de publicidad, igual que Youtube, por poner otro ejemplo).

Y ahora sí, que ya me he "desajogao", puedo soltarlo: "te lo dije".

Eso es todo: ahora me toca leerme todos los blogs que no me he leído en semanas (señoras y señores: llega flood de comentarios en sus bitácoras :-)).


Paquito
Emilio: sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Twitter: @paquito4ever

Comentarios

  1. Pues tienes razón, hacen con nosotros lo que quieren. Yo espero que al querido Facebook (y a Instagram) les gusten mis videos de entrenamiento de perricos, porque básicamente es todo lo que posteo. Y fotos de perros. Y artículos de perros. Y sigo páginas...........de perros, y pertenezco a grupos..........de perros. Claro que pueden ahorrarse todo eso viniendo directamente a mí y diciendo, a ver, Sta Pelocha, a usted, qué le gusta? Qué podemos venderle? Con qué podemos sacarle los cuartos......y yo contestaré, pues con cosas de perricos...

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    1. Buenas:

      Gracias por pasarte por aquí: no es tanto que hagan con nosotros lo que quieren (eso no es nuevo: sólo cambia la manera y la profundidad de la observación), sino la evidente falta de entendimiento de lo que supone y que, sobre todo, el personal no es consciente de lo que está pasando (no en su conjunto, desde luego).

      El problema es que cosas para perritos están bien, pero cuando gugleas problemas médicos, el precio de la publicidad de esas historias se dispara (guglea algo sobre negligencia médica en tratamiento oncológico y haz click en cualquiera de los anuncios que te aparezcan: ese click cuesta cientos de Euros que pagan empresas de abogados oliendo una crujida judicial, por poner un ejemplo).

      Y eso sólo desde la parte financiera: ahora, una empresa que vive de vender tus datos sabe que, a lo mejor, tienes problemas de salud...

      ¿Te gustaría que eso acabara en manos de alguien que se lo puede ofrecer a tus potenciales empleadores en el futuro?

      Eso es lo que me aterra.

      Un abrazo y, de nuevo, mil gracias por la visita y el comentario :-)

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  2. Pues enlazando con tu post de cryptomonedas, creo (o quiero pensar) que el paradigma va a cambiar y que habrá un día que podamos vender informaciones privadas conscientemente a través de lo que llama "contratos inteligentes".. y en vez de vender tu info a Facebook y este a terceros, poder vender nuestra info (si queremos directamente a terceros)... Personalmente solo utilizo facebook para colgar videos de música y me da bastante igual "vender" mis datos
    Me parece interesante, por ejemplo, esta moneda https://www.streamr.com/ , donde podríamos vender ciertos parámetros de consumo de nuestro coche...
    Creo que cuando la burbuja de las monedas pete, la euforia baje un poco y las cosas se pongan en su sitio, las cryptomonedas están aquí para quedarse y tendrán un papel importante.
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Buenas:

      Gracias por la visita y el comentario. Me he tenido que releer el artículo del Bitcoin, porque no me acordaba.

      El problema es que, al usar Facebook, crees que tu relación con ellos acaba ahí... Y no es así: sus traqueadores de publicidad te siguen una vez que estás fuera de su plataforma (esto el personal lo desconoce).

      No me gustan las monedas electrónicas tal y como están concebidas a día de hoy (la idea es buena, pero lo que está pasando es, simplemente, un sistema de "pump and dump", donde unos especuladores se están enriqueciendo, mientras incautos se acercan al candor de lo que parece que es dinero fácil).

      Pero, sin duda, el dinero digital ya existe: BitCoin pretende eliminar a los agentes intermediarios (y curiosamente, en cuanto BitCoin ha empezado a dar pasta, han aparecido intermediarios nuevos que cobran esas comisiones que, se suponía, BitCoin iba a eliminar).

      Gracias una vez más por la visita y el comentario.

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    2. Si, de hecho había un plugin de Firefox del dinero que tu ibas generando en Facebook en tiempo real en publicidad... Me lo desinstalé y ya no me acuerdo del nombre.... Era curioso

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