Las colonias de benevolencia en Holanda

Buenas:

Cuando uno piensa hoy en día en Holanda, indefectiblemente, nos vienen a la cabeza cosas como el tema de la marihuana, los tulipanes, los zuecos de madera, bicicletas por todas partes y, en general, como país, la visión de una nación rica o, como algunos cachondos decidimos resumir todo el batiburrillo, usando la expresión "Disneylandia" como colofón a lo que el desarrollo económico, social y estructural se refiere.

La realidad así nos lo dice e, incluso, muy hábiles ellos, cuando uno piensa en su pasado, se acuerda de la época dorada del país, cuando Holanda era una potencia comercial, sus puertos eran lo más de lo más y aquí se movía dinero como si no hubiera mañana.

PERO, hay otra parte de la historia de Holanda que, no sé sabe muy bien por qué (o sí: los países tienden a pasar de puntillas por las épocas menos brillantes de su pasado), es bastante desconocida.

Hoy, la historia va de esto: de esa parte de la que algunos habíamos escuchado hablar a gente más culta e inteligente que nosotros y que, unos añitos más tarde, con una excusa magnífica, utilizaré para contarte algo que, espero, encuentres tan interesante como lo encuentro yo.

El siglo XIX (19 para los de la ESO) se hizo bola en Holanda...

El siglo empezó "de aquella manera" con Napoleón entrando hasta la cocina en el país y poniendo a su hermano Luís al cargo (lo mismo sucedería en España, aunque en este caso puso a su hermano José, alias "Pepe Botella" y con resultado desigual).

De esa invasión, dos cosas quedaron que marcan administrativamente a este país desde entonces: la creación de un censo que, desde entonces, refleja oficialmente los nombres y apellidos de sus ciudadanos y el hecho de que, entre pitos y flautas, la división administrativa y constitucional de la capital de Holanda esté dividida entre La Haya y Amsterdam (sí: esto también se lo deben a los franceses, un caso de libro de "coitus interruptus" burocrático en toda regla).

Dato curioso: algunos holandeses, cachondos ellos como pocos, al ser registrados en el censo, pusieron apellidos que, obviamente, los franceses no sabían lo que eran...

Francés: A ver... ¡El siguiente!
Holandés: nosdías señorita...
Francés: Menos cachondeó, monsieur... ¿Cuál es su nombre?
Holandes: "JAN", su graciosa excelencia.
Francés: le he dicho que menos cachondeo... ¿Cómo deletrea su nombre?
Holandés: Pues una Jota, una A y una Ene, su ilustrísima.
Francés: Le vuelvo a decir que cachondeo o le meto un paquete que ni Napoleón le salva...
Holandés: Bueno, bueno, no se enfade, que aquí somos amigos...
Francés: amigos aquí no somos... ¿Apellido?
Holandés: "POEP"
Francés: ¿PUP? ¿Cómo deletrea eso?
Holandés: Pe, O, E, Pe.
Francés: correcto total... ¡Jan Poep!
Holandés: Repítalo a ver si lo ha escrito bien, que no me fío...
Francés: ¡Jan Poep!
Holandés: ¿Me lo puede repetir una vez más para estar seguro del todo?
Francés: Te voy a mandar a combatir en Rusia como sigas con el choteo...

Y así es como el apellido "Poep" ("mierda" en holandés: esto es absolutamente cierto) apareció en Holanda y, con él, otros del estilo que a día de hoy, levantan cejas de asombro y atormentan a cientos de holandeses cuando les preguntan por su apellido en el colegio, en el trabajo o, simplemente, cuando esperan en la consulta del doctor y la doctora o su asistente les llama usándolo.

Para variar, te has ido catorce pueblos del tema...

Toda la razón: me centro, lo prometo.

El caso es que, como el Real Madrid después de las seis copas de Europa en blanco y negro, Holanda tuvo un una temporadita bien larga donde no hubo "ni chicha ni limoná": un país que, después de la ocupación francesa se empobreció y que, más allá de los vestigios de su pasado (en la formación de sus ciudades, sus colonias en Indonesia y su escuela de artistas flamencos), aquí quedar, lo que se dice quedar, no quedó mucho...

Y con esas, porque el personal estaba canino, en el Reino Unido de los Países Bajos (que entonces comprendía lo que hoy llamados Holanda, Bélgica, Luxemburgo y una parte de Alemania), a alguien se le encendió una bombillita y decidió intentar hacer algo al respecto.

Ese alguien fue Johannes van den Bosch, un general que tiene una historia alucinante y que te recomiendo que te leas, al cual se le metió una idea entre ceja.y ceja: intentar eliminar la pobreza en el país y ayudar a los más necesitados.

En ese empeño, se crea una entidad llamada "Sociedad del Humanitarismo", con el apoyo de algunos nobles, el rey y algunos municipios, unidos para tal empresa y con una sola premisa: comprar tierra y crear viviendas para esos pobres, los cuales a su vez tendrán que trabajar y ser autosuficientes para, eventualmente, pagar por las mismas.

Esta idea es revolucionaria en el siglo XIX: dar tierra y cobijo a los más necesitados para que, al menos, un techo en el que dormir y un poquito de tierra donde plantar vegetales les pueda ayudar a comer, mientras buscan la fórmula para ganarse la vida y después pagar por las mismas (es el concepto de vivienda pública en su estado más primigenio: yo te soluciono las cosas a corto plazo, te doy los elementos para que puedas al menos producir comida, vender los excelentes y repagar lo otorgado para, probablemente, seguir haciendo iniciativas similares, mientras educo a tus hijos para que, la siguiente generación, quizás pueda salir de la miseria).

Repito: esto, en un continente donde la posesión de una vivienda y de la tierra ha sido objeto de guerras e historias entre pueblos y vecinos, fue legendario: recuerdo que, en este tiempo, en la formación de los Estados Unidos de América, cuando se regalaban tierras para los colonos que llegaran hasta ella, había gente que no se lo creía, por aquello de que, una vez más, la tierra en Europa, donde el feudalismo de la edad media, en mayor o menor medida, seguía coleando.

Y así es como, a través de esa visión y de esa iniciativa, se crearon las "Colonias de la Benevolencia", siete en total, donde este experimento se llevó a cabo para, repito, acabar con la pobreza y ofrecer dignidad y capacidad para las personas que recibieron viviendas en las mismas para poder repagar lo ofrecido de forma razonable.

A tener en cuenta: en esas colonias se crearon escuelas, encaminadas a no sólo ayudar a los adultos en dificultades en la visión general del experimento, sino también a labrar, en modo figurativo en este caso, un futuro para sus hijos.

Cinco de esas colonias están en hoy en día en territorio holandés y dos en territorio belga, en el norte, muy cerquita de la frontera.

Estas dos últimas, desde su creación en 1822, continúan hasta el día de hoy con esa labor humanitaria: combatir la pobreza, aunque no han estado exentos de dificultades y desafíos de todo tipo (en doscientos años ha pasado de todo por esa parte del mundo, obviamente.).

Entre otros desafíos, la división del país entre Holanda y Bélgica, la bancarrota de las colonias (el objetivo era la autosuficiencia, pero hubieron problemas de todo tipo, como la baja productividad de algunas cosechas), el hecho de que, hasta esa bancarrota, las colonias belgas seguían perteneciendo en cierto modo a la corona holandesa, la compra del estado belga de las dos que estaban en su territorio cuando la cosa se empezó a torcer, entre otras vicisitudes.

Vamos: que la cosa daría para una telenovela histórica, con gente pasándolo realmente mal, con todo tipo de eventos históricos de por medio, y un experimento que, con un montón de dificultades, aunque colapsa en su principio, sigue funcionando en Bélgica como fórmula para ayudar a los más necesitados.

Un ejemplo de esos desafíos llega en 1993, año donde el vagabundear dejó de considerarse delito por Bélgica, momento en el que la organización que velaba por las dos colonias en su territorio, así como sus funciones, dejaron de tener una parte de sentido y el riesgo de abandono o venta apareció en el horizonte.

Una de las colonias, la 5-U, es la que se vió más amenazada (afortunadamente, aquí apareció un grupo de belgas de la región de Amberes que, a través de una fundación, decidieron comprar el lugar y los terrenos de alrededor para, por una parte, proteger lo que allí había y, de paso, seguir haciendo labores de ayuda a los más necesitados).

¿Y por qué te cuento esto?

Te cuento esto porque, en 2015 Holanda propuso a la UNESCO que se reconociera a las cinco colonias que están en su territorio como patrimonio cultural de la Humanidad y, hace unos días, la comisión de expertos que se encarga de estas cosas, ha dado su visto bueno a la proposición, allanando así el camino para el paso final que sería otorgarles dicho reconocimiento, ofreciendo así la protección que necesitan para que no sean alteradas o destruidas si algún tiburón inmobiliario tiene un ramalazo de codicia (hay que tener en cuenta que, a día de hoy, por ejemplo, dos de ellas son simples ciudades).

¿Dónde se encuentran actualmente estas colonias?

Como te decía antes, cinco de esas colonias está en el norte de Holanda (repartidas entre las provincias de Drenthe, Fryslân y Overijssel) y, dado que el experimento, ya en el siglo XIX, no fue muy exitoso, hoy en día son parte del patrimonio de la Corona holandesa o se han convertido directamente en ciudades (hay casitas e historias, pero básicamente se ha intentado preservar, en la medida de lo posible, el estado original de las mismas).

Las otras dos, como te conté, están al norte de Bélgica, casi en la frontera con Holanda y, a día de hoy, siguen ejerciendo labores de ayuda a personas necesitadas (como gente sin hogar y demás).

Tienes toda la información que desees consultar al respecto en su página web, accesible aquí.

Detalle interesante

Se estima que más de un millón de holandeses y belgas tienen relación con alguna de las personas que por allí pasaron y se mantienen archivos con los datos de aquellos que un día tuvieron que o simplemente pasaron por allí por necesidad, por aquello de facilitar a gente el buscar a sus antepasados.

Esas colonias son hoy en día lugares para visitar y aquí, el abajo firmante, en cuanto pueda, se va a ir a visitarlas, porque me apetece un montón conocer aquello.

Espero que esta historia te haya gustado tanto leerla como a mí escribirla :-))

Seguiremos informando.


Paquito

Emilio: sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es

Twitter: @paquito4ever

Comentarios

  1. Pues no tenía ni idea de esto y la historia me ha encantado, cómo no siendo yo un amante de la Historia! Si algún día vuelvo, iré a ver alguna, aunque quede lejos lejos de AMS.

    Apertas, meu!!

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    Respuestas
    1. Buenas:

      Gracias por tu visita y por tu comentario: todo un placer como siempre el verte por aquí (abandonado me tienes :-)).

      Efectivamente: es una historia que brilla por su ausencia en las grandes cosas que este país ha hecho (una verdadera lástima, en mi opinión).

      En cuanto pueda, me pasaré por allí con mi cámara y haré fotos (es el primer lugar que quiero visitar en cuanto termine con las vacunas).

      Un abrazote gigante y, de nuevo: mil gracias por pasarte por aquí y gracias por tu comentario.

      Eliminar

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