En todos lados cuecen habas
Nota Bene: Este es un Post que se quedó en el tintero hace ya un buen tiempo, esperando ser terminado, de ahí que nunca se publicara.
Hasta hoy...
Hasta hoy...
Buenas,
En varias ocasiones hemos hablado y usado en este blog la expresión que da título a este post: con ello, habiendo tenido un poquito de mundo y, más importante, viendo, conviviendo y trabajando con diferentes culturas, uno empieza a sacar conclusiones, más allá de puntuales anécdotas que puedan suceder en tal o cual territorio.
Las habas de las que vamos a hablar hoy son parte de una receta muy peculiar y un tanto desconocidas, por el notable esfuerzo que sus principales consumidores ponen para no desvelar el secreto del jugoso plato (esa misma receta que provoca cosas como estas).
Hoy, niños y niñas, hablaremos de las muy nutritivas habas à la centro-europea...
Ingredientes
3 Puñados de centro-europeos cabezones
10 Litros de Cerveza
1 Taza de "Aquí no está pasando nada"
1 Taza de "Aquí no está pasando nada"
2 Cucharaditas de "En cambio, mira esas otras habas que malas son"
2 Puñados de Discrección
2 Kilos de Patatas
3 Paquetes de Alka-Seltzer Plus
Preparación
En un gran recipiente, repártanse bien los tres puñados de centro-europeos, preferiblemente de la variedad "alcornoque cabeza-buque", hasta que queden muy bien distribuidos en el mismo.
BRICONSEJO: este plato, es esencial la sensación de plenitud y de opulencia, más allá del grosor o cantidad real del guiso final.
Riéguense bien a los susodichos con la cerveza de trigo, hasta que el sonido que suelen producir (un extraño lamento entre-enfadado y serio, como si tu vida no tuviera ningún objetivo o capacidad de gozo) se convierta en un desenfrenado algarabío (una forma de preparación muy extendida en las costas mallorquinas: gugleen "alemanes borrachos en mallorca" a ver qué sale).
Cuando los problemas empiecen a saltar (y saltarán) por la incapacidad manifiesta para variar el plan establecido de antemano, espolvorearemos el saborizante "Aquí no está pasando nada", que garantizará que el guiso final no cambie un sólo ápice del rumbo de los problemas, sin los molestos olores o el pegado del alemán cabezón y borracho en la cazuela.
Como el "Aquí no está pasando nada" es efectivo, pero tampoco hace milagros, el siguiente paso será, una vez asumida la incapacidad para solucionar el problema, echar, en dosis controladas y removiendo el guiso, las cucharaditas de "En cambio mira esas otras habas que malas son", ingrediente milenario y, ojo, abundante en todas las culturas, consistente en mirar hacia otra parte o, una variante más sofisticada, empezar a culpar o buscar ejemplos similares o superiores con respecto al ya más que seguro resultado del potaje, donde lo secundario es ahora el mal sabor del mismo, sino el mal sabor del guiso del de al lado.
Nos acercamos ahora a la parte más delicada del plato: la pericia, paciencia y buen hacer del cocinero es esencial en ese punto, una vez que debemos seguir, con exactitud, la secuencia de pasos para conseguir el resultado esperado.
Dicen que "Con paciencia y con saliva, se la metió el elefante a la hormiga": esta ingeniosa copilla deberá será canturreada cuando se echen los dos puñados de discreción en el guiso.
BRICONSEJO: es muy importante que este ingrediente se distribuya de forma uniforme, puesto que si quedan partes sin la sustancia, se pueden producir amargos cambios de sabor.
Pónganse después, cortadas en rodajas finas, los dos kilos de patatas por encima del mejunje, no por nada en particular, pero, por esta parte del mundo, todo lleva patata, así que este guiso no puede romper la rica tradición de la gastronomía centro-europea.
Póngase en el horno unos cuantos años a temperatura constante y, cuando se sirva, ofrezcan un par de tabletas de Alka-Seltzer para cada comensal, porque hay que tener mucho cuajo para tragarse semejante montón de mondongo sin que te devore las vísceras por exceso de segregación de bilis.
Ejemplos de presentación
Un auditorio portentoso atraca en el puerto de Hamburgo
Thomas Hengelbrock dirige un programa audaz en el concierto inaugural de un edificio de Herzog y Meuron, que ha pasado de 75 a 789 millones de euros de coste.
Aeropuerto sin aviones... En Alemania
El nuevo aeródromo de Berlín retrasa dos veces su inauguración por fallos de seguridad y problemas en su estructura que multiplican sus costes.
Otras variantes de receta
Podríamos hablar de la estación central de Ámsterdam y la extensión del Metro que, creo, si todo va bien, acabará este año o a principios del siguiente (y que, fieles a la tradición culinaria holandesa, tiene mucha zahanoria, rica en Vitamina D, muy buena para la vista, aunque insuficiente para aquel que no quiere ver).
La cosa se ha disparado hasta 3 veces el coste originalmente presupuestado: nada nuevo bajo el sol.
Moraleja
En todos lados cuecen habas: desafortunadamente, eso sí, las nuestras son de una riqueza gastronómica singular, porque lo nuestro no es normal, pero también se demuestra lo que, desde hace muchos años, he observado fuera de mi país.
El famoso accidente del avión de Lufthansa dejó a las claras el procedimiento: como el avión partió de Barcelona (dato que, desde el principio, remarcaban muy mucho, como si explicara algo), los alemanes inicialmente pensaron que era un avión español, así que, oliendo la sangre, empezaron a cargar las bayonetas.
Cuando la cosa se empieza a aclarar y se descubre que:
- El avión era de Lufthansa (empresa alemana).
- El piloto era alemán (intentaron buscarle los tres pies al gato en esto hasta que, finalmente, quedó claro que era teutón).
- El piloto estaba de baja por depresión y su propio sistema de control de empleados requería que el propio empleado declarara si estaba bien o no, de ahí que el tipo decidiera suicidarse, estrellando el avioncito en ese rinconcito de las montañas de los Alpes, que tanto parecía gustarle.
Entonces se produce la retirada en orden (recuerden la receta: "aquí no ha pasado nada" y a tragar Alka-Seltzer Plus como si no hubiera mañana.
La última es que, la familia del suicida, ahora viene con que no es posible que su hijo hiciera eso (alemanes negando la involucración de un familiar en un acto horrible donde un montón de gente muere: no sé porqué, pero esto a mi me suena).
La última es que, la familia del suicida, ahora viene con que no es posible que su hijo hiciera eso (alemanes negando la involucración de un familiar en un acto horrible donde un montón de gente muere: no sé porqué, pero esto a mi me suena).
O los famosos pepinos con el E-Coli: ahí sí lo vimos en todo su apogeo, como acusaron a los agricultores y los productos españoles de mil y una vilezas, hasta que quedó claro que, esa pobre gente, nada tenía que ver (llegó hasta Rusia la cosa y, sí, lo sé, porque básicamente yo estaba allí cuando sucedió).
Dicho lo cual
Todo lo arriba expresado, no sirve para, precisamente, intentar dejar de mirar de forma crítica a las cosas que suceden en nuestro país: todavía me acuerdo del accidente en unas cocheras de Metro en Madrid, donde murió una niña de origen suizo, que estaba de intercambio en la casa de uno de los consejeros de la empresa madrileña y al cual, a saber qué tendría en la cabeza, le dio por llevarse a la familia al lugar e intentar arrancar y mover un Metro...
A mí, más que a nadie, me duele el modelo "cortijo" que nuestros gobernantes aplican sobre los ciudadanos (los cuales, a su vez, eligen a los primeros: recordemos que no son alienígenas que aterrizaron en España y tomaron el poder, sino que son señores y señoras (la paridad en la desvergüenza también es importante) que son elegidos y que siguen el mismo rol que el sistema, desde los tiempos del Conde Duque de Olivares, ha regido nuestro país.
Y eso duele, duele muchísimo, no lo voy a negar: me duelen esos comportamientos, sea quien sea quien los cometa.
Pero
Cuando a mí me viene "uno de estos" a darme lecciones de según qué cosas, sin negarle que, efectivamente, la dieta y la tradición gastronómica del Mediterráneo hace maravillas con las habas (unas buenas habas al jamón son "Capriche des Dieux"), me gusta recordarle que, puestos en las mismas circunstancias, ellos no son mucho mejores.
Pero
Cuando a mí me viene "uno de estos" a darme lecciones de según qué cosas, sin negarle que, efectivamente, la dieta y la tradición gastronómica del Mediterráneo hace maravillas con las habas (unas buenas habas al jamón son "Capriche des Dieux"), me gusta recordarle que, puestos en las mismas circunstancias, ellos no son mucho mejores.
Es decir: si tu a un alemán, a un suizo o a un holandés, sin ir más lejos, le enseñas a hacer tortillas de patatas o croquetas, las pueden acabar haciendo igual o mejor que las de tu madre (a la que seguro que le salen deliciosas, aunque las croquetas de mi madre son insuperables).
Nada más: nada menos.
Buen provecho.
Buen provecho.
Paquito
sugerenciasapaquito (arroba) yahoo (punto) es
Buenos días a todas partes con explicación: "Buenos días" es una expresión que indica un deseo, no una constatación.
ResponderEliminarEl contenido de la receta viene, si no a desmentir sí a debilitar, una posición intelectual largo tiempo mantenida por el autor del post.
Esta postura consistía en diferenciar a los individuos por la cultura bajo la que vivían, dicho a grandes rasgos.
Así, los alemanes eran descritos como personas con poca imaginación, tendentes a la obediencia, ... etc. No me voy a molestar en continuar con el catálogo de tópicos y lugares comunes bien conocido que alienta esta postura.
La cultura bajo la que vivimos nos moldea, es cierto, pero mucho más en todo cuanto tenga que ver con i.e. con qué mano tomamos el cuchillo y el tenedor, cuáles son nuestras preferencias alimentarias, a qué horas se desayuna, cena, come, y demás, cuánta es la distancia a la que sentimos invadida nuestra intimidad, el volumen con el que hablamos, si estamos descalzos en casa, y así hasta un número no menor de 800 'paquetes de si-entonces' que se supone el mínimo al decir de los antropólogos que estudian las sociedades modernas. Ver "Más allá de la cultura" de Edward T. Hall.
Ese conjunto de nexos es muy fuerte y denso y somos concéntricos a él. No lo notamos, tendemos a creer que todo el mundo debería hacer lo mismo. Es evidente que no.
Por otro lado, ese conjunto de microreglas suele dirigirse al ámbito privado de la vida de los individuos. La dialéctica con las reglas de actuación pública supone otro nivel.
Así, un español, habituado a pagar el conjunto de sus consumiciones en un bar después de ir pidiéndolas ahora una, luego otra, otra un poco más tarde al camarero, se habituará al sistema e.g. británico en el que debe pagar cada cosa cuando la pide. La conclusión es que es difícil y un poco largo adaptarse a microreglas y que no se debe juzgar. (Estos británicos porqué son tan simples? No podrían ir apuntando lo que pides "como hace todo el mundo"?).
La confrontación público y privado y la confrontación de valores es permanente. No es necesario el catalizador de la cerveza ni que los intervinentes sean especialmente cabezotas, aunque importa, para llegar a situaciones muy tensas.
Los humanos somos los mismos en todo el planeta, las mismas virtudes y pecados. Cambian las condiciones.
Es hora de abandonar el simplismo parroquial de las nacionalidades. Porque hablar sobre condiciones es mucho más difícil, más crítico y más exigente.
Lo que acabo de decir vale para las identidades. Hoy hay discursos políticos dirigidos a las identidades. Ya vemos las consecuencias.
Espero haber sido lo suficientemente breve y explicativo.
Un saludo nuevamente,
Pedro
Buenas,
EliminarGracias por la visita y el comentario: todo un placer :-))
Me encanta que la gente discrepe de mí: me hace pensar y repensar lo que digo o, mejor aún, lo que pienso.
El autor es fruto de su experiencia y de su conocimiento adquirido: a veces se equivoca y, otras no.
El Post pretendía ilustrar algunas de las cosas vividas (en primera persona o como testigo en primera fila) de lo que son ciertas posiciones culturales sobre otras.
Está estudiado, sobre todo en entornos multiculturales, el peligro de juzgar algo desde la cultura en la que uno ha crecido (en el mejor de los casos) o, simplemente, desde la cultura que uno cree que mejor ilustra ciertas cualidades (positivas) frente a otras.
Los ejemplos provistos son reales: el ejemplo del tipo que estrella el avión en Los Alpes se describe por sí solo (no diré que yo estuve allí, pero sí que vi como los medios de según qué latitudes se empezaron a mover en la dirección descrita).
El autor explica que, efectivamente, en todos lados cuecen habas y que, en la experiencia personal, cuando "uno de estos" se me acerca con según qué postulados, reacciono de según qué maneras (generalmente educadas, siempre irónicas y con una gran sonrisa: hace mucho tiempo aprendí que, si quieres que una persona que piensa diferente de ti consigue sonreír, "We are in Business").
La segunda parte de tu comentario se acerca a lo que pretendía explicar (los humanos somos los mismos en todo el planeta) y, dadas las mismas circunstancias, es muy probable que todos actuemos de la misma forma (lamento que el mensaje no quedara claro).
Lo que yo no acepto son actitudes culturales supremacistas (de esto podríamos hablar) y, como ambos sabemos, en según qué latitudes, se dan con frecuencia, con según qué cosas, en contraposición a otras.
Me apunto el "Más allá de la Cultura" de Edward T. Hall...
Y como último detalle (verídico) de posiciones supremacistas culturales de nuestro país frente a Holanda, cuento siempre el ejemplo aquel de la familia que vino a ver a uno de los hijos a estas tierras y que, en lugar de disfrutar de la maravillosa casa (que tuve el placer de visitar) en la que fueron acogidos, en lugar de disfrutar de los canales y de la belleza (innegable) que este país puede ofrecer a sus visitantes (existe: la he visto) y cuyo único aprendizaje de lo que vieron y vivieron puede resumirse en la siguiente frase (abro comillas):
"Qué lugar más triste: no te ponen tapas en los bares".
Y creo, que ese era el objetivo, equipara un poco la balanza (si de eso se trata el asunto, que tampoco lo es).
Un abrazo y mil gracias por la visita y el comentario.
Paquito.
Buenas tardes,
ResponderEliminarQue España es una país que da muchas veces vergüenza por lo que en el acontece, no es ningun secreto para el que tenga un par de ojos y quiera ver.
Pero mucho ojito con los alemanes, británicoa, holandeses, italianos, rusos, norteamericanos... no hay nada mejor que conocer su pasado para cerrarles la boca cuando nos tocan los cojones.
Pero claro, también es que nos encanta autoflagelarnos como deporte nacional.
Antxon.
Buenas:
EliminarTodos los países tienen vergüenzas que tapar (de eso va el post) pero, sobre todo, lo que hay que tener en cuenta es que las posiciones de superioridad cultural (que nosotros mismos cometemos hacia otros países) no son admisibles y deben ser respondidos, sino de forma educada, de forma argumentada (que es mi labor, por estos lares, desde hace unos años: a mí país le pueden dar por veinte sitios, sin duda, pero yo también puedo darles en otros veinte sitios, mucho más cuando uno de los dos desconoce la historia de ambos y, a su vez, la otra parte se ha molestado en leer y buscar información al respecto).
Y sobre todo: nunca enfadarse... Con una gran sonrisa, se dicen las cosas: no sabes lo gracioso que puede llegar a ser el recordar a alguno de estos el pasado de su padre (ni siquiera de su abuelo) o el comportamiento de sus hijos (ni siquiera sus nietos) con respecto a eventos históricos recientes.
Todo ello, siempre, como respuesta: uno no va por ahí buscando bronca (tengo cosas mejores que hacer) y, cuando a uno le preguntan sobre ciertas cosas, da su opinión o explica el por qué de tal o cual cosa, dice la verdad.
Sólo reacciono cuando la aproximación parte de la mala educación: ahí es donde no transijo.
Un abrazote y mil gracias por la visita y el comentario.
Paquito.